XII. Decepciones

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- Becky, espera-

- No te me acerques-

- Becky, detente ¡Necesito explicarte cómo pasaron las cosas realmente! - se frenó, con los ojos brillosos y los dientes apretados. Volteó, alzando su mano y empujando su hombro solo con un dedo-

- No me vuelvas a hablar, no me vuelvas a buscar, ni me vuelvas a mirar. No quiero saber nada más de ti...eres un problema para mí, justo como te lo dije. Suficiente de nosotras, Freen- le aseguró volteando y reiniciando sus pasos - No más. Se acabó-

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Había sido infiel dos veces en su vida. La primera, el rumor de un embarazo adolescente llegó a sus oídos antes que al resto del Instituto y lo detuvo a tiempo, pero esa no fue la razón por la que comenzó a verse con Billy cuando apenas acababa de terminar con Heng. Simplemente el chico rubio le gustaba y era más atractivo en muchos aspectos que su exnovio.

Y la segunda, acababa de admitirlo. Una pelota de poliestireno salió volando cerca de su cabeza, posiblemente Plutón o Júpiter. Júpiter definitivamente, pensó, mientras la observaba a un lado y era la bola más grande de ese salón de ciencias. Billy arrancó la mayoría en un ataque ridículo de ira luego de que ella detuviera su locura de propuesta matrimonial.

Y podía volar toda la galaxia completa si quería, pero no iba a dar marcha atrás.

- ¿Es Heng? ¿Es porque quieres volver con él? - le gritó y Freen se cruzó de brazos, tranquila y con su típica ceja levantada-

- Esto no tiene nada que ver con Heng- era por Rebecca. Becky y su maldita orden de que si Billy no salía del medio no iba a responder a sus besos y, a decir verdad, estaba extrañándolos. Extrañándola a ella y a los momentos que compartían. Quería terminar con esa charla cuánto antes porque estaba esperándola en las gradas ya seguramente y estaba atrasada - acabas de proponerme matrimonio ¿has enloquecido? -

- ¡Pero te amo! -

- Podrías demostrarlo de otra manera, miles de otras maneras-

- ¿Yo? ¿yo debo demostrar? ¿Y qué me dices de ti? Nunca me has dicho que me amas, mucho menos te has comportado cariñosa conmigo estos últimos días, así que si esta relación está terminando ¡siéntete culpable! - gesticuló con burla, como si culpabilidad existiera en su diccionario de emociones-

- Está bien, como quieras. Si ya terminaste de hacer el ridículo, quiero decirte algo. Pedirte, en realidad-

- ¿Pedirme? Oh sí, sí, lo que quieras- ironizó él. Freen movió su mandíbula de un lado a otro y pensó un momento. Billy alterado, era como Heng pateando las inocentes sillas que nada tenían que ver con el problema y, si quería pedirle algo más, debía serenarlo primero-

- Billy...está bien, admito que soy la culpable del fin de esta relación, sé que soy terrible demostrando mis sentimientos, pero...no puedes obligarme a continuar con algo que ya no es lo mismo ¿puedes entenderlo? -

- ¿Y por qué en vez de terminar no lo arreglamos? Podemos arreglarlo- propuso ilusionado, llegando a ella e invadiendo su espacio personal. Freen suspiró, no había nada que arreglar y los minutos continuaban pasando; quizá diez ya, diez minutos atrás en los que debería haberse encontrado con Becky-

- No, Billy ¿no ves que cuando una cañería se rompe una y otra vez ya no puede arreglarse? Es momento de cambiarla-

- ¿Una cañería? - rodó los ojos-

- Es un ejemplo. Una cañería, una mesa, el motor de un auto. Con una relación pasa igual y te repito- agregó alzando la voz al verlo con intenciones de hablar - no es tu culpa. Necesito un tiempo para mí misma ¿puedes concedérmelo? - él rascó tras su cuello, nervioso y curvó medio labio hacia arriba, dudando de darle esa libertad porque simplemente no quería entregársela. Tan solo quince minutos atrás aún era su novia y había demostrado cuánto la amaba con ese anillo-

Bajo sus EncantosWhere stories live. Discover now