XXII. En mi mente

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- Entonces ¿es como una especie de trabajo? -

- Es un trabajo- respondió Becky. Estaba en la cocina aún de los Chamkimha y Cream sentada frente a ella, mientras bebían un vaso de limonada y conversaban de manera natural. La chica era tan amable y sonreía a cada segundo que ella pensó solo eran parecidas de aspecto físico con Freen. No es que la porrista no fuese amable y le sonriera, pero al principio había conocido otra personalidad y Cream no parecía esconder a simple vista su carácter-

- Y lo hace muy bien- agregó Freen a su lado. Desde la falda de su madre, Oliver agitó uno de sus brazos y balbuceó, riendo por lo alto cada vez que su tía hablaba. Becky apretó los labios, había notado que eso ocurría instantáneamente cuando la porrista decía algo y le parecía de las situaciones más enternecedoras entre ellos. Como una conexión en la que nadie podría entrometerse - debes verla. Becky es incomparable con alguna que hayas visto antes-

- ¿De verdad? - preguntó Cream y Freen asintió - ahora me muero por verla. Hagamos algo- ella sintió el rubor en sus mejillas y se mordió el labio con nervios. No es cómo si no estuviese acostumbrada a hacerlo, pero las miradas de las hermanas Chankimha estaban cohibiéndola, ambas expectantes y sonrientes a que lo hiciera-

- Quizá podrías comprarme un cupo- propuso-

- Los cupos solo son para las que cumplen años- le recordó Freen seriamente - y mi hermana no es del Instituto-

Ella y Cream observaron a la morena. La chica lo hizo con un gesto confundida y la rubia ocultando una sonrisa ¿habían sido celos? Ojalá Cream no estuviese para saltarle encima a la morena y besarla, encantada por lo que acababa de oír.

- Eso es cierto- musitó y la porrista le sonrió - pero puedo hacer una excepción- viendo a la mayor de las Chankimha, sintió de reojo la mirada asesina de la menor y acomodó sus brazos sobre la mesa - en realidad, solo estoy esperando a que mi negocio se expanda más. En algún momento no habrá cumpleaños y entonces quedaré en banca rota- explicó y Freen rodó los ojos, oyendo el dramatismo puro de Rebecca Armstrong - por ejemplo, para el Instituto, estaba pensando en entregar tarjetas o volantes para cantarle villancicos a las familias el mes que viene. Aún queda un mes y días para navidad, pero siempre lo organizo todo con anticipación-

- Y haces bien- la alentó Cream - Freen es igual y aunque no lo creas, yo soy la oveja negra de la familia-

- ¿A qué te refieres? -

- Bueno, por empezar no soy organizada- bromeó la chica y ella rio cortamente - detestaba el Instituto, jamás fui popular, no hacía deportes ni tenía buenas calificaciones. Conocí a un chico en una fiesta, una noche donde mis padres creían que estaba estudiando con una amiga y...comenzamos algo en secreto, o a escondidas. Hasta que un día nos escapamos y a papá solo le tardó horas encontrarme. Terminé el Instituto luego de que él le pagara a su destacado director una buena suma- agregó y ella recordó que siempre le había parecido poco inteligente el señor Lee Soo Man en su cargo, muy por debajo de cualquier nivel o al menos el que merecían - y pagó una Universidad privada, algo que odiaba. Pasaba los cinco días de la semana allí y uno de los sábados que regresé de visita, mi padre ya tenía a mi futuro esposo aquí dentro, solo para presentármelo con ese título-

- No entiendo- murmuró Becky, sorprendida con la sinceridad que Cream contó parte de su historia y no se contuvo en detalles - ¿te obligaron a casarte con él? -

- Ajá. Así es papá, si eres una adolescente rebelde y le llevas la contra, serás una adulta que actúa bajo sus órdenes. Por eso Freen es su favorita ahora y el peso de lo que no pude cargar años atrás, lo lleva ella.

- No soy su favorita- la contradijo la porrista-

- Quizá no, pero nuestros padres esperan que seas la hija perfecta y estás haciéndolo bajo presión de ambos. Pero ella no es la culpable- dijo mirándola y Becky asintió. Lo suponía, la morena era una persona dulce y delicada cuando estaban a solas. Lo demás solo un personaje forzado que sus padres crearon y la obligan a llevar y que, a pesar de las consecuencias, Freen continúa haciéndolo por ellos, porque conoce lo que ocurrió con su hermana y tal vez no quiere vivir lo mismo en un futuro - Asiqué cuando me enteré de las infidelidades de mi esposo, poco me costó el divorcio- regresó Cream al tema de conversación y hubo unos segundos de silencio-

Bajo sus EncantosDär berättelser lever. Upptäck nu