Bajo sus Encantos

XXVII. El cupo dorado

N1:

Una disculpa por el tiempo sin actualizar, pero he estado a full con la universidad, y el servicio social, el trabajo y no he tenido el tiempo suficiente para hacerlo, se acerca el final de esta historia, y se nos viene drama, lo siento, también vayan a ver 23.5 en Netflix, que es una de mis series favoritas, denle, amor a Milk y Love, que a su propia empresa no les importa y no le han dado la difusión que merecen, y ellas se han esforzado tanto para esta serie.

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Le había dicho a Becky que debía dedicarse al canto y que se acostumbrara a los escenarios porque allí brillaría por su talento nato, ese en el que solo abría la boca y el tono de su voz salía sin esfuerzo alguno.

Pero lo cierto es que estaba equivocada.

Lo que mejor hacía Becky con su boca era lo que estaba haciéndole ahora, mientras le sostenía sus caderas para que no se moviera y tenía la lengua enterrada en su entrepierna. Su novia estaba haciéndola gemir entre gritos y aferrarse a su sábana como si de nada más pudiera.

Llevaba escondida entre sus pliegues y cada vez que el orgasmo parecía alcanzarla, la cantante se alejaba y le sonreía con burla, alargando el momento tortuoso para ella. Cuando de improviso dos dedos se hundieron hasta su punto placentero, arqueó su espalda y retuvo el aire, empujando la cabeza de su novia contra ella.

Con sus ojos apretados y su frente arrugada, lanzó un suspiro y se dejó caer agotada contra el colchón. El cuerpo entero le temblaba y el sudor caía por su pecho, prueba segura de que llevaban en ese encuentro algo más que unos minutos.

- ¿A qué hora vienen tus padres? - le preguntó su novia pasando su lengua hasta llegar a su mentón. Ella se mantuvo en silencio, aun intentando recuperarse y cuando la insistencia de Becky mordió su cuello, jadeó la respuesta-

- A las siete...para la cena- le dijo abrazándola cuando se recostó finalmente sobre ella-

- ¿Crees que les caeré bien? - Freen abrió los ojos y la observó. La mirada entusiasta y soñadora de su novia, así como tímida y nerviosa, la hicieron sonreír.

Habían acordado por fin una reunión para que Roger la conociera, frente a sus repetidas órdenes de que así lo quería. Y sería esa tarde jueves, luego de que él y Naiby llegaran de sus trabajos y compartieran una cena.

Freen le acarició la mejilla y le dejó un beso en los labios, antes de asentir con seguridad.

- Yo les caigo bien a tus padres ¿no? - bromeó y Becky rodó los ojos-

- Si, pero ellos ya saben de nuestra relación... ¿y si se me escapa algo con los tuyos? - le preguntó preocupada - ¿si te llamo de alguna forma cariñosa o intento besarte? -

- ¿Eso quiere decir que cuando me miras te olvidas de lo demás? -

- No desvíes el tema, Freen- la reprendió con un suave golpe en su abdomen - moriría de vergüenza si me ven babeando por ti-

- No te preocupes, es normal que lo hagas todo el tiempo-

- ¡Freen! - exclamó ofendida y la morena rio, tironeándola nuevamente cuando intentó separarse y dejándola sobre ella. Acomodó un mechón tras su oreja y acarició su mejilla. Becky se sonrojó en un acto que le encogió el corazón, tan infantil y dulce y aún desnuda, como si olvidara que esa situación no fuese íntima también - estoy algo ansiosa por esta noche y tú no ayudas a calmarme-

- ¿No? - repitió fingiendo seriedad - ¿quieres unos masajes? Los masajes relajan todos los nudos nerviosos-

- No quiero masajes- aseguró cubriéndose con la sábana y dejando la cama - ¿puedo usar tu baño? - ella se sostuvo por sus codos y se alzó a verla, confusa ante tal pregunta-