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Maratón 1/2 

El gran día había llegado, la razón por la que Roier no había asistido a sus últimas clases en la Universidad:

La fiesta del hijo del Licenciado Lange.

Al tratarse de una fiesta infantil iniciaba relativamente más temprano pero debía reunirse con la organizadora del evento para colocar las decoraciones y detalles de los pasteles, por lo que no escatimo en tiempo para salir del departamento junto a su amigo Mariana que lo ayudaría a transportarse.

–Wey maneja despacio y avísame de los baches, este pedido nos va a pagar la renta del mes.– Recordó feliz el castaño en la parte trasera de la camioneta mientras sostenía las cajas con los tres pasteles.

–A tus ordenes mi amor.

Fue un viaje largo, no porque la locación estuviera retirada, simplemente por la velocidad a la que iban por precaución de no arruinar los pasteles.

–Creo que ya vamos a llegar.– Comentó su amigo al entrar a un barrio privado.– Ay que bonitas casitas mien, parecen de muñecas.

Roier miro por la ventana, confirmando lo dicho al ver las casas de estilo victoriano, en sí el edificio no era muy grande, sino más bien el terreno cercado que tenía en sus alrededores.

–Sí, está muy bonito eh.

No hizo falta revisar la dirección particular pues a lo lejos lograron divisar una casa siendo decorada con globos y serpentinas, además de algunas camionetas de la organización.

–Deja envió un mensaje avisando que ya llegue.

[Yo]

Licenciaaadooo, ya llegueeeee.

[Lic. Lange 🐺 ]

Puedes pasar Roier, ya le avise a Nicki que ibas a llegar a esta hora, no estoy en casa porque pasé a un salón a que peinaran a mi hijo 😬

Pero planeo llegar una hora antes de que comience.

[Yo]

Vavava.

Roier no evitó mirar la hora en su teléfono, era la una de la tarde y la fiesta iniciaría hasta las tres, "¿cuánto tiempo se tardan en peinar a un niño?" pensó.

–Wey ya bájate, me están viendo raro.–Le llamó Mariana.

–Voy.– Con cuidado salió de la camioneta y bajó una de las cajas, su amigo llevaba otra entre las manos y así se dirigieron a la entrada donde una chica pelinegra se encontraba dando órdenes a otros empleados.– Uhm hola, soy Roier, el repostero.

–Ah claro Roier,un gusto... Te daría la mano pero veo que ya las tienes ocupadas.–Sonrió brevemente para luego anotar algo en su libreta.– Puedes ir a la cocina del patio trasero, instalamos una nevera extra para los postres que requieran refrigeración. ¿El resto de cosas están en la camioneta?

–Si, en la parte trasera, las traje en cajas etiquetadas.

–Perfecto.– La chica reviso brevemente su teléfono.–Bueno, puedes ir a terminar de decorar los pasteles, ya le dire a mi equipo que los ayude a transportar el resto de cosas.

–Gracias.– Roier sonrió de vuelta, con su amigo atrás impresionado por la casa, iban caminando por uno de los laterales del patio que conectaba la parte delantera de la trasera. Hallando así la cocina exterior que le habían comentado.

Coffee and Sweets | GuapoduoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora