Cambios

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-Buenos días. - dijo Lucy gray sentándose en el comedor, la mañana siguiente.

-Buenos días. - dijo la abuelatriz comenzando a cantar

"joya de panem,
poderosa ciudad,
resplandeciente desde el albor."

-Vaya, Coriolanus jamas me había dicho que en su casa hubiera música. - dijo Lucy gray siguiendo a la abuelatriz.
-Ese muchacho es un tonto. - dijo la abuelatriz.
-En donde esta él? - pregunto Lucy gray sigilosamente.

-Se fue a la universidad... Quiso despertarte, pero le dije que no, ya que hoy tenemos un largo día. -
-Ah si? - pregunto Lucy gray.
-En donde esta Tigris? - pregunto la abuelatriz.

-Fue a darse una ducha, entonces desayunemos rápidamente en cuanto Tigris salga. - dijo la abuelatriz apremiando a Lucy gray.

Las tres mujeres desayunaron rápidamente, y la abuelatriz sacó algunas prendas de la madre de Coriolanus.
-¿Entonces te queda la ropa de Esther? - pregunto la abuelatriz entrando a la habitación con las manos llenas de ropa.

-No lo sé, Coriolanus solamente me dio un chal, pero no me dio ropa. -
-Bueno, hoy veremos que talla eres. - dijo la abuelatriz mirandola.
-Ahora, sacate la ropa y ponte esto. - le dijo la abuelatriz dandole un delicado vestido de tirantes blanco con flores azules.

Lucy Gray obedeció y se puso el vestido.
-Eres casi su talla... Eres un poco mas delgada que ella, debe ser por la edad. - dijo la abuelatriz.
-Ahora, ponte zapatos y peinate, porque tendremos un largo día. - dijo la abuelatriz mirando las botas de Lucy gray.

Parecía que la abuelatriz era la mujer más rápida de todo panem, si se trataba de hacer compras, llevaba a Lucy gray de aquí para allá cargada de muchas bolsas y sudando.
Extrañaba demasiado a Coriolanus, quien siempre la mimaba.
La abuelatriz escogía toda la ropa, respetaba uno qué otro gusto de Lucy gray, pero lo hacía "elegante"
Tigris ayudaba a Lucy gray con las bolsas, pero aun así las superaba.

Y cuanto al fin terminaron, Lucy gray sentía que se desmayaba del cansancio.
Tigris trató de aligerar el cansancio pidiendo el elevador, pero tan oportuno como siempre, se descompuso.
Y ya que la abuelatriz necesitaba ayuda, Lucy gray tuvo que cargar todas las bolsas.
Tigris la miraba apenada subiendo las escaleras llena de bolsas.

Gracias a Dios, cuando la abuelatriz tocó la puerta, Coriolanus rápidamente abrió.
-Oh por Dios, me asustaron. - dijo Coriolanus abriendo los ojos grandes.
-Ya sabías que saldríamos. - dijo la abuelatriz rodando los ojos.
-Si, pero no por tanto tiempo! - dijo Coriolanus acercándose rápidamente a Lucy gray.

-¿Ya la viste, abuelatriz? - pregunto Coriolanus señalando a Lucy gray que venia exhausta.
-Esta chiquita y delgada! Le ayudará tomar condición. - dijo la anciana haciendo reír a Lucy gray.
-Te dije que a Coriolanus no le gustaría.- dijo Tigris mirando mal a la abuelatriz.

-¿estas bien? - pregunto Coriolanus mirando a Lucy gray, mientras le quitaba todas las bolsas de encima.
-Si, no te preocupes. - dijo Lucy gray dándole un beso a Coriolanus.
-Te extrañé. - dijo Coriolanus sonriéndole.
-Yo más. - dijo Lucy gray en voz baja.

-Abuelatriz, te pido que no secuestres a mi esposa, para cargar tus compras. - dijo Coriolanus tomando la mano de Lucy gray.
-La lleve a comprar ropa, Coriolanus... Por cierto, les llegó correspondencia del Distrito 2. - dijo la abuelatriz cansada.
-Y que... -
-Es su certificado de matrimonio... - dijo la abuelatriz ganándole a Coriolanus.

una nueva vida junto a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora