Confianza Rota

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-Lucy gray! Felicidades por los logros de tu esposo! Yo sabía desde siempre que Coryo llegaría muy lejos. - dijo Clemencia.
-De que logro hablas? - pregunto Lucy gray sujetando bien las bolsas de sus compras.
-De que se está postulando para presidente! Ya hasta hay anuncios de él! Mira! - dijo Clemencia jalandola para mostrarle una lona con el rostro de Coriolanus para presidente.

-Hace cuanto que esta postulado? - pregunto Lucy gray.
-¿No lo sabias? - pregunto Clemencia palideciendo.
-No. - dijo Lucy gray acercándose al anuncio.
-¿Gaul le ayudo, ¿cierto? - pregunto Lucy gray con lágrimas en los ojos. -Claro, él es su pupilo favorito... En fin, ya debo irme Lucy gray, pero fue un gusto verte, adiós! - grito Clemencia alejándose.

Lucy Gray se dejó caer frente al enorme anuncio, y comenzó a llorar.
-No, no. - decía llorando, la gente que pasaba la miraba extraño.
Después de un rato de estar llorando, se levantó y se dirigió hacia su casa.
Estaba a punto de llegar, cuando un jovén se acercó corriendo a ella.

-Hola señorita... Le puedo regalar este folleto? Vote a favor de el señor Snow para presidente!... Y si no es demasiada incomodidad... Me gustaría invitarle una bebida?-pregunto el jovén sonrojandose.

Lucy Gray sonrió por la pregunta del chico.

-Lo siento cariño, estoy casada precisamente con el hombre de la boleta. - dijo Lucy gray sonriéndole.

-USTED ES LA SEÑORA SNOW?!! - dijo el joven palideciendo.
-Si. - dijo Lucy gray mientras su felicidad se evaporaba mirando el folleto con el rostro de Coriolanus.

-POR FAVOR NO LE CUENTE ESTO A SU ESPOSO! - le pidió el joven.
-Tranquilo, no lo haré, pero solo si me dices como va él en la votación? Va ganando? - pregunto Lucy gray temblorosa.

-Claro! Su esposo va ganando por mucho... Prácticamente esta decidido que él será el nuevo presidente.
Ya debo irme, pero fue un gusto señora Snow. - dijo el chico corriendo.

-Adiós. - dijo Lucy gray preparándose como para entrar al campo de batalla en lugar de a su hogar.

Subió al último piso por las escaleras a pesar de las bolsas, queriendo postergar el momento de encarar a su esposo.
Si le había escondido eso frente a su nariz, ¿Qué otra cosa podría estarle ocultando? De pronto ya no se sentía nada segura estando con él.

Cuando llegó a la puerta, sacó su llave y entró a la casa con las manos temblando.

Entró, y ahí estaba él.
-Coriolanus Snow- dijo Lucy gray entrando y como temblando de ira y miedo.
Él se levantó para intentar besarla, pero ella se apartó.
-¿Que pasa mi amor? - pregunto Coriolanus confundido.

-¿ESTAS POSTULADO PARA PRESIDENTE?!! - grito Lucy gray con los ojos cristalizados.

A Coriolanus le cambió totalmente el rostro feliz a uno asustado.
-Te lo iba a contar, de veras que si. -
-Pero no lo hiciste. - dijo Lucy gray dejando las bolsas en la mesa.
-Dejame explicarte. -
-Ya no es necesario, ya lo sé, me enteré por otra persona en lugar de mi propio esposo. ¿No confías en mi? - pregunto ella dolida.
-Claro que lo hago, perdona, pero la doctora Gaul me dijo que no te contara nada. -
-Entonces esa mujer es más importante que yo? - pregunto Lucy gray más molesta.
-No! Para nada, no estas entendiendo. -
-Si, no lo entiendo para nada. - dijo Lucy gray mirandolo.

-Es que... - cuando Coriolanus iba a comenzar a hablar, el teléfono sonó.
-MALDITO TELÉFONO! - grito Coriolanus regresando a Lucy gray.
-La doctora no quiso que tu supieras porque sabe que tu no la ves con buenos ojos. -
-Claro que no veo bien a la mujer que planea anualmente los juegos del hambre. Y ahora menos. - dijo Lucy gray tapándose los ojos con una mano para tratar de calmar sus lágrimas.

-No, es que yo... - decía Coriolanus, pero el teléfono seguía sonando.
-Dame un momento, si? - pregunto Coriolanus molesto.
Contestó, y mientras hablaba Lucy gray comenzó a guardar las compras en el refrigerador, mientras pensaba en lo sucedido.

Después de un momento, Coriolanus entró a la cocina, y se acercó a ella.
-Era la doctora, quiere verme, no tardaré si? En cuanto llegue a casa te contaré absolutamente todo. - dijo Coriolanus acercándose a Lucy gray.
Tomó su rostro entre sus manos y la beso ruidosamente sin querer.

Pero Lucy gray no lo correspondía, tan solo se dejaba.
Coriolanus lo notó y la tomó de la nuca, pero ella seguía sin responder.

-Lucy gray... -
-Ya vete! - le dijo Lucy gray alejándose rápidamente de él.
-Hablaremos sobre esto más tarde, si? Te amo! - grito Coriolanus saliendo rápidamente por la puerta.

Lucy Gray soltó un suspiro y comenzó a llorar.
Pasó un criado y le extendió un pañuelo.
-Gracias... ¿En donde esta la señora Snow? - pregunto Lucy gray.
-Me parece que fue a visitar a la señora Plinth. - dijo el criado.
-Tigris. - dijo Lucy gray.
-Muchas gracias, ya puedes irte. - dijo Lucy gray despidiéndo al criado a descansar.

Lucy Gray trataba de calmar su conciencia que le decía que no confiara en Coriolanus.
Pero ella trató de callar esa voz, hasta que no pudo más.

Tomó el teléfono y marcó un número.
-¿Hola? - habló un hombre en la otra línea.
-¿Habló con el decano Highbottom? - pregunto Lucy gray nerviosa, vigilando qué nadie la oyera.
-Señorita Baird? - pregunto el hombre de la otra línea.

-Si, soy yo. - dijo Lucy gray.
-¿Que se le ofrece? - pregunto el decano amablemente.
-Esta línea es segura? - pregunto Lucy gray nerviosa.
-Claro, me encargaré de ello. - dijo el decano.
-Bien, entonces quería preguntarle algo.- dijo Lucy gray.

-Dígame. - dijo el decano curioso.
-Su oferta de regresarme a mi distrito, aún esta vigente? - pregunto ella vacilando.

El Decano soltó una sonora carcajada en la otra línea.
-Por supuesto señorita Gray... La aceptará? -
-Si, lo haré. - dijo Lucy gray segura en su corazón, pero su voz temblaba.
-Pues entonces la veo en media hora en la estación del tren, pero espere en el baño, ahí tocaré la puerta tres veces para que sepa que soy yo... Empaque rápido. - dijo el decano.

-Lo veo ahi. - dijo Lucy gray colgando el teléfono.

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