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-¿COMO QUE YA REGISTRARNOS TOTALMENTE EL DOCE?! - grito Coriolanus lanzando el teléfono de su casa.
-Coryo... Tranquilo. - dijo Tigris calmandolo.
-SON UNOS INCOMPETENTES! SE QUE ELLA ESTÁ AHÍ CON SU FAMILIA, LO SÉ!- grito él tomando su abrigo.

-¿Ahora a dónde vas? - pregunto la abuelatriz.
-Iré yo mismo al doce. - dijo Coriolanus.
-Estas seguro? - pregunto Tigris.
-Debo encontrar a mi esposa. - dijo Coriolanus molesto.
-Bien, te llevaremos a la estación... Empaca rápido. - dijo Tigris.
-No hace falta, vamos ya. - dijo Coriolanus saliendo de la casa.

                       ~🌟~

A pesar de que ese lugar había sido su hogar tanto tiempo... Y siendo tan acogedor y lleno de amor... Lucy gray no podía dormir, ya que cada vez que cerraba los ojos veía a Coriolanus encima de ella acariciandola haciéndola llegar hasta las estrellas.

Ella se revolvía y se revolvía en la pequeña cama qué compartía con Maude Ivory, pero no podía conciliar el sueño.
Se levantó con mucho cuidado, y salió a el patio trasero para pensar un poco.

Fue ahí donde se permitió llorar y extrañar a su esposo.
Extrañaba su calor, extrañaba acurrucarse a su lado extrañaba su olor y su ternura al hacerle el amor.
Pero siempre que lo recordaba, se obligaba a pensar en el motivo por el que ella lo había abandonado.

Y para ella la confianza era antes que el amor.

-¿No puedes dormir? - pregunto Barb azure acercándose a ella.
-Lo siento, no quería despertarte. - dijo Lucy gray apenada.
-No te preocupes, vine a tomar agua. - dijo la muchacha.
-¿Lo extrañas, cierto? - pregunto la chica.
Lucy Gray quería mostrarse fuerte e indiferente pero su voz se quebró y comenzó a llorar involuntariamente.

-Yo, lo siento... Es que por el día es más fácil, pero por la noche... - dijo Lucy gray limpiandose las lágrimas.
Barb azure se acercó a ella y la envolvió con sus brazos.
-No te preocupes, es normal... Después de todo, él era el padre de tu hijo. - dijo Barb azure acariciando el cabello de Lucy gray.

-Es lindo volver a dormir aquí, de verdad que si! Y me encanta... Pero extraño tanto su calor. - dijo Lucy gray.
-Lo entiendo, no te preocupes... Él era todo tu mundo allá. - dijo Barb azure comprensiva.
-Si, él era todo para mi... Pero sabes que para mi la confianza lo es todo. - dijo Lucy gray.
-Lo sé. - dijo Barb azure.

-Lucy gray, ¿te puedo preguntar algo? - dijo Barb azure ruborizandose bajo la luz de la luna.
-Claro, dime. - dijo Lucy gray limpiandose las lágrimas.
-¿No intentaron tener otro hijo? He oído que a los tres meses ya lo puedes intentar de nuevo, no? - le dijo Barb.
-Te diré algo... De hecho el bebé murió hace cinco meses, pero Coriolanus no quiso volver a intentarlo. - dijo Lucy gray.

-¿Él no te buscaba? - pregunto Barb azure.
Lucy Gray se río.
-Si, si lo hacía... Pero siempre nos cuidabamos. Más bien él me cuidaba mucho.
Y aqui entre nosotras... desde la muerte del bebé comenzamos a... Mmm, a ser más cercanos, pero él no accedió a que yo volviera a embarazarme. - dijo Lucy gray.
-¿Porque? Digo, si comenzaron a tener más actividad... ¿No era más factible? - pregunto Barb azure.

-Si, era más posible, pero él era muy cuidadoso siempre. - dijo Lucy gray.
-Es que él no quiere volver ser padre? - pregunto Barb azure.
-Si lo quería, él me lo dijo, pero por ahora no, él quería esperar unos años.
Porque su madre murió desangrada al dar a luz a su hermana, que de hecho también murió... Entonces Coriolanus temia eso. - dijo Lucy gray.
-Tenía miedo de perderte. - dijo Barb azure.

-Si, y mirame ahora... Huyendo de él. - dijo Lucy gray irónica.
-Él lo sabía... Entonces esto no es totalmente tu culpa, pero aún se puede arreglar, si eso es lo que quieres. - dijo Barb azure.
-Si, lo se. - dijo Lucy gray.
-Nos encanta tenerte aquí de nuevo, pero nos importa más tu felicidad. - dijo Barb azure.

-Y a mi me encanta estar aquí! - dijo Lucy gray abrazando a su prima.
-Bien, entonces tu te quedas, y hasta puede que... Encuentres a alguien más...- dijo su prima.
-No, por ahora... Olvidalo, si llega alguien lo recibiré con los brazos abiertos. - dijo Lucy gray sonriendo.

-Esa es mi prima! Date una buena vida.
Pero por ahora, vayamos a dormir. - dijo Barb azure mientras entraban a su casa.

Y Lucy gray pudo volver a dormir.

                         ~🌟~

-Quiero un boleto al distrito doce. - dijo Coriolanus sacando su billetera.
-Lo siento señor, no hay boletos para el doce. - dijo el señor.
-No soy de un distrito, soy del capitolio... Tengo derecho a viajar. - dijo Coriolanus.
-Si, lo sé, lo he visto en sus anuncios... Pero el camino hacia el doce esta cerrado hasta nuevo aviso. - dijo el señor.

-¿Y cuanto tardará? Unos días? - pregunto Coriolanus.
-Ojalá tuviera manera de saberlo... Pero dicen que por las fuertes lluvias en ese distrito el camino está destrozado... Dicen que puede tardar hasta seis meses- dijo el vendedor.

-JODER! - grito Coriolanus asustando al señor.

-Lo siento, muchas gracias, de todas formas. - dijo Coriolanus yendo a su carro.

-¿A que hora te vas? - pregunto Tigris en la camioneta.
-No hay tren al doce... Hubo una tormenta y el camino esta destrozado. - dijo Coriolanus.
-Pobre Lucy gray. - dijo Tigris.
-¿Y si intentas pedirle ayuda a la doctora Gaul? - pregunto Tigris.

-Podría ser... Pero dudo mucho que quiera. Aunque a estas alturas estoy desesperado, necesito encontrarla. - dijo Coriolanus.
-Inténtalo, no pierdes nada. - dijo Tigris.

Entonces Coriolanus se encaminó al laboratorio de la doctora Gaul.
-Ah, veo que ya se ha despejado un poco, no señor Snow? La niñita dejó de ser una distracción. - dijo la doctora.
-Mi esposa no era una distracción, ni tampoco una niña indefensa. -
-Si, eso es cierto, ya no es una niña. - dijo la doctora.

-y bien, a que se debe su visita? - pregunto la doctora.
-Precisamente quería hablarle sobre mi esposa. - la doctora Gaul soltó una carcajada.

-No la busque señor Snow... Por algo se fue, y en cuanto se entere que usted la esta buscando huirá como un conejo. - dijo la doctora.
-Es mi esposa, la necesito... Y esto no hubiera pasado si usted no me hubiera obligado a no contarle nada.
Ayúdeme a encontrar a mi esposa. - dijo Coriolanus.

-Usted decidió por si mismo no contarle nada a su pajarito cantor.
Yo no le amenacé con un arma... Y de hecho piense que esto le beneficia! Ya no tendrá nada de distracciones, asumirá la presidencia y continuará con los exitosos juegos del hambre... Y si su motivo para buscar a su pajarita es saciar sus necesidades... El capitolio tiene buenos burdeles, señor Snow.
Verá que se encontrará con varios amigos suyos. - dijo la doctora sonriendo.

Coriolanus ardía en ira, sentía un enorme nudo de furia e ira.
¿Cómo se atrevia a decirle eso?

-Pero si en realidad la quiere de vuelta... Acepte la presidencia, anuncie los siguientes juegos, y le prometo que encontraré a su Lucy gray. - dijo la doctora.
-Bien, gracias. - fue lo único que dijo Coriolanus saliendo de el laboratorio con ira.

una nueva vida junto a tiWhere stories live. Discover now