Luz En La Oscuridad

46 3 5
                                    

-Dime, te escucho. - dijo Lucy gray.
-Se que no te agrada, pero la doctora Gaul me ofreció trabajo... De vigilante en jefe. - dijo Coriolanus.

Lucy Gray se levantó y lo miró a los ojos.
-Y que le dijiste? No vayas a mentirme, Coriolanus. - dijo ella.
-No le he respondido. - dijo Coriolanus mostrándole el sobre.
Lucy Gray lo leyó por un momento y luego se quedó pensando.

-Hazlo, acéptalo. - dijo Lucy gray sorprendiendolo.
-Pero no nos gustan esos juegos. - dijo Coriolanus.
-Obviamente, pero piensa en todo lo que se les hace a esos tributos antes de entrar a la arena... Los aprisionan sin agua y sin alimentos.
Tu haz un cambio y dales de comer.
Después puedes innovar y puede que hasta puedas acabar con estos malditos juegos. - dijo Lucy gray.
-¿Estás segura? - pregunto Coriolanus.
-Si. - dijo Lucy gray tomándolo de la mano.

Coriolanus aceptó el trabajo después de eso, y durante las dos semanas siguientes estuvo llevando a Lucy gray al hospital a revisión.
Al parecer iba mejorando para bien muy rápido.
Y por suerte no se volvieron a topar con la doctora.
A veces Lucy gray volvía a llorar junto a Coriolanus, pero entre los dos se ayudaban a levantarse y seguir.
Ya no dolia tanto ver las cositas del bebé guardadas.

Lucy Gray accedió a salir de vez en cuando a pasear, pero aún seguía sin muchos ánimos.

Un día Coriolanus salió tarde del trabajo, tan tarde que cuando llegó a su casa las luces ya estaban apagadas.
Colgó su abrigo y caminó en silencio hasta su habitación, abrió la puerta, y vio a Lucy gray de espaldas en el suelo.

-¿Sigues despierta? - pregunto Coriolanus molesto y preocupado.
Pero Lucy gray no respondió.
Pues al acercarse, vio la cajita de las cosas guardadas del bebé.
Coriolanus suspiró dolido y se sentó junto a ella en el suelo.

Lucy Gray lo miró y se limpio las lágrimas.
-Lo siento, no te oí llegar. ¿Cómo te fue hoy? - pregunto Lucy gray guardando todo.
-¿Quieres hablar sobre eso? - pregunto Coriolanus sobre el bebé.
-Estoy muy cansada Coryo... Quiero otro bebé. - dijo Lucy gray acercándose a él para llorar.

Coriolanus la abrazó dolido y escondió su cabeza en el cabello de Lucy gray.
Estaba recién bañada.
-Por ahora no, primor. - le susurró Coriolanus.
-Me siento muy vacía. - dijo Lucy gray.
-Creeme que no me importaría más los mareos y los vómitos. - dijo Lucy gray.
-Yo lo sé, eres muy valiente. - dijo Coriolanus.

-Me siento muy sola... Te extraño mucho. - dijo Lucy gray acariciando el rostro de Coriolanus.
-No me malentiendas... Amo a la abuelatriz, pero... Te necesito a ti.
Mi esposo, mi amigo, mi novio, el padre de mi hijo, mi amante, mi amor... El objeto de mi afecto y mi deseo. - dijo Lucy gray acercándose a besarlo.

Coriolanus lo correspondio, y comenzó a profundizar el beso, primero lentamente y poco a poco le quitaba más el aliento a Lucy gray.
La levantó de los muslos y le recostó en la cama.
Lucy Gray le quitó la camisa mientras seguían besándose.

Después Coriolanus subió su camisón y acariciaba sus piernas doradas mientras ella trabajaba para respirar entre tantos besos.
Él besó su cuello y clavícula.
Lucy Gray solo lo apretaba más contra ella mientras él terminaba de desnudarla.
Llevándola a las estrellas después de lo que les pareció mucho tiempo.

Los dos estaban perdidos y como ebrios de placer, en los mimos y caricias que se daban mutuamente.
Complaciendose el uno al otro.
Lucy Gray se aferraba firmemente a las sábanas de su cama, mientras suspiraba y cerraba los ojos ante los besos de Coriolanus.
Mientras él se deleitaba al verla sentir placer.

Cuando se separaron, Lucy gray se tocó el vientre tratando de recuperar la respiración.
-¿Estás bien? - pregunto Coriolanus girandose para verla.
-Si, todo bien... Es que me cansé. - dijo Lucy gray riéndose.
Coriolanus también se río y volvió a besarla.

Al día siguiente se levantaron y se prepararon para ir a desayunar.
Lucy Gray se cepilló el cabello y se puso un lindo, pero cómodo vestido.
Mientras que Coriolanus se puso un traje rojo y peinó cuidadosamente sus risos.
-Vaya. - dijo Lucy gray levantándose del tocador para verlo.
-Que te parece? - preguntó Coriolanus.
-Te pareces mucho a tu papá. - dijo Lucy gray inconscientemente.

-Y eso es bueno o malo? - pregunto Coriolanus atrayendola a él de la cintura.
-No lo sé... Pero te ves muy bien, olvida lo que te dije. - dijo Lucy gray poniéndose de puntitas para besarlo.
-Y si mejor te alzó en mis brazos? - pregunto Coriolanus oliendo el perfume de Lucy gray.
-Es buena idea... Pero ya es tarde. - dijo Lucy gray bajando la pierna que Coriolanus ya le había levantado.

-Si eso dices. - dijo Coriolanus dándole la mano al salir de la habitación.
Fueron a desayunar, y Coriolanus tuvo que irse rápido a la universidad ya que hablaría con la doctora Gaul.
-Te veo más tarde. - dijo Coriolanus dándole un beso a Lucy gray.
-Nos vemos, te amo. - dijo Lucy gray encantada de.
-Adiós. - dijo Coriolanus saliendo rápidamente de su casa.

Coriolanus llegó a la universidad y bajó de su elegante auto rápidamente.
Le agradeció a él chófer y entró al enorme establecimiento.
En su camino a el salón de la doctora Gaul encontró a varios de sus amigos que le dieron el pésame por su bebé.
Hasta Livia Cardew! Cosa que le pareció demasiado extraña.

Estuvo a punto de preguntarle ¿te sientes bien?

Pero solo le agradeció y siguió su camino.
Y antes de entrar al salón, se arregló su elegante saco rojo, y sacudió su camisa blanca.
Se veía impecable.

Entonces entró al salón.

-Señor Snow... Que lo trae por aquí? - pregunto la doctora Gaul observándolo en el momento en que se apareció.
-Buenos días... He venido a aceptar su oferta. - dijo Coriolanus nervioso.
-Su pajarito cantor entró en razón ahora que su hijo murió? - pregunto la doctora no muy delicadamente.

-¿Porque me pregunta por ella? -
-Porque se que ella es su debilidad... Cosa que no debería tener, pero bueno, todos tenemos nuestros puntos débiles en algún momento. - dijo la doctora jugando con su "arcoíris de destrucción" como hacía llamar a las horribles serpientes de los decimos juegos del hambre.

-¿En algún momento? - pregunto Coriolanus.
-Entonces aceptará el trabajo? Si es así necesito que me reemplace rápidamente porque quiero dedicarme totalmente a mis nuevos bebés. - dijo la doctora.
-Si, lo aceptaré... Gracias por la oportunidad. - dijo Coriolanus.
-Escuche joven Snow, ahora los juegos del hambre estarán bajo su tutela, todo sobre ellos estará bajo su control.
Se convertirá en el villano... Cosa de la que le veo madera, pero quiero que sepa que lo creo muy capaz, pero le quiero hacer entender que durante su camino al poder habrá obstáculos y sacrificios que tendrá que hacer... Sea fuerte y afrontelos como un Snow. - dijo la doctora mirándolo bien fijamente.

-Lo entiendo, y me gustaría implementar algunas cosas a los juegos de este año. - dijo Coriolanus.
-Déjelas a mi secretario... Ahora váyase que es hora de mi leche con galletas. - dijo desinteresadamente.

una nueva vida junto a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora