Capitulo 9:Un día casi perfecto

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Por las calles de Orario cierto albino caminaba tranquilamente con ropa de civil pero siempre con su confiable espada en su mano.

Normalmente siempre estaba junto a alguna chica de su familia pero esta vez estaba solo dando ese paseo.

—mmm ¿Me pregunto que puedo fabricar con esto? —pensó Bell viendo un mineral que tenia en la palma de su mano.

El mineral era de un negro brillante muy resistente.

Esa mañana Neze llego a su habitación y le entrego esa piedra, ella lo había encontrado hace un tiempo en el calabozo, tenía planeado crear un arma con ello pero al final decidió regalárselo a él, según ella era bueno tener un arma extra con él además de su espada así que con ese mineral podía crear una que sea a su gusto o simplemente venderla.

Obviamente no la vendería ya que era un regalo de su amiga así que forjaria una buena arma con ella para que lo ayudara en las batallas aunque aún no estaba seguro que hacer.

—iré a la forja de Let, talvez el me de algunas recomendaciones —pensó guardando el mineral en una pequeña mochila que llevaba con el donde guardaba también su dinero y una bomba que le regalo Lyra antes de salir, aun no sabia con que intenciones le dio la bomba la hobbit—. Ni siquiera se porque la traje conmigo.

Esos últimos días habían sido tranquilos en la familia, el último problema fue con ese tipo que escupía veneno pero por suerte ya estaba tras las rejas.

Se sentía feliz ya que su relación con todas las chicas iba muy bien, le costó pero por fin se había ganado la confianza de todas siendo la más difícil Ryuu aunque ahora se sentía raro cada vez que se encontraba con la elfa y esta lo trataba de manera amable y le sonreía, ya se había acostumbrado al trato hostil que siempre recibia.

Incluso Kaguya empezó a hacerle bromas a Ryuu sobre su repentino cambio de trato hacia él diciendo que se había enamorado y cosas así con la elfa reaccionando avergonzada por cada burla, eso solo hacia que las burlas se intensificarán.

—según Ryuu-san en el pasado se llevaban muy mal  no me quiero ni imaginar la clase de relación que tenían —pensó Bell con una sonrisa nerviosa—. Principalmente por todos los problemas que causó la era oscura.

A veces deseaba haber estado en la familia unos años antes para poder haberlas ayudado en los momentos complicados cuando la ciudad estaba en estado crítico pero desgraciadamente no se pudo, ahora solo tenía que dar lo mejor de él en estos tiempos y ayudar a eliminar a los miembros restantes de Evilus junto a ellas.

—creo que le escribiré una carta a la abuela y mi maestra y les diré como me esta yendo en la familia, estoy seguro que se alegraran al saber que todo va bien —pensó con una sonrisa—. Y de paso le preguntare como están las chicas en la familia, de seguro han mejorado mucho.

Al estar perdido en sus pensamientos no se dio cuenta como una persona se acercaba sigilosamente por su espalda mientras la gente que caminaba por la calle miraban extrañados eso.

Y se dio cuenta de su presencia cuando recibió una fuerte palmada en su espalda.

—¡Hola Bell! —saludo una chica con un tono de voz animado.

El albino un poco adolorido por la palmada se dio la vuelta para ver quien era viendo a una chica tapada del rostro y con una capucha en su cabeza notándose la felicidad en sus ojos.

—¿Ardee-san?.

—¡Esa soy yo! —dijo animada—. Hola Bell.

—hola Ardee-san, me alegra verte —devolvió el saludo con una sonrisa.

Amo a mi familia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora