₁₄.el club de cuervos

258 59 3
                                    

CAPÍTULO CATORCE

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

CAPÍTULO CATORCE

▪▫▪▫▪














KAZ BREKKER NO NECESITABA UNA RAZÓN. No cuando se trataba de ella. Se había dado cuenta de eso desde la primera vez que ella apareció en su oficina, con los botones de su abrigo sobre su escritorio, una sonrisa burlona en sus labios mientras lo miraba con picardía escrita en su cuerpo, en sus ojos.

Y con cada sonrisa suya, lo había despojado de su armadura, dejándolo vulnerable a ella. A la dichosa agonía de su tacto, de sus besos. Ella tenía razón. Anhelaba la peor de sus vulnerabilidades y era lo suficientemente egoísta como para tenerla.

Era lo suficientemente egoísta como para luchar contra los fantasmas en su oído cada vez que se acercaba a ella, lo suficientemente egoísta como para matarlos mientras ella siguiera con vida. Había días peores que otros, pero Kira se aseguraba de que él fuera consciente de ella, de su piel cálida, sus mejillas sonrojadas y sus brillantes sonrisas.

Vivo, vivo, vivo. Ella estaba viva y estaba con él. No como su debilidad. Porque Kira no era una debilidad que él tuviera, ella no era algo que lo hiciera vulnerable al mundo. Ella era la Susurradora de Barriles, haciendo que los hombres se arrodillaran ante ella con un movimiento de la frente y de los labios. Y por mucho que Kaz odiara admitirlo, él pertenecía a ese grupo de hombres.

Por eso caminaba hacia ella ahora, mientras caminaba por el nuevo, mejorado y abarrotado Club Cuervo. Tenía a un miembro de la escoria caminando detrás de él mientras ella daba órdenes.

—No más licor de malta —dijo Kaz, —Quiero vino de Oporto, whisky Kaelish y ron especiado. Y ve a la casa de fieras y busca a una chica llamada Kesh. Dile que compraré cualquier contrato en el que prefiera trabajar como camarera en el Club Cuervo. Bebidas, mesas de servicio, clientes encantadores. El comercio de pieles no está permitido... —le entregó los papeles al hombre. —Este es un puesto asalariado.

El hombre asintió antes de salir corriendo por la puerta bajo la lluvia torrencial y Kaz se volvió hacia la barra donde Kira estaba sentada encima del mostrador, sonriendo y hablando con la multitud de clientes que se estaban reuniendo a su alrededor.

✓SANTOS -kaz brekker¹Where stories live. Discover now