14

10 9 4
                                    

La mañana del 25 de febrero había pasado bastante rápido para April, Justin había accedido a hablar con ella

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

La mañana del 25 de febrero había pasado bastante rápido para April, Justin había accedido a hablar con ella. Así que ahí, sentados en el comedor, uno frente al otro, viéndose, como si tuvieran miedo de hablar.

—Come, que si no se te va a poner fea la comida. ¿Qué es lo que quieres hablar? —preguntó Justin viendo a su amiga.

—Sobre lo que dije hace un tiempo…

—Otra vez con eso… —dijo en un suspiro de frustración.

—Si, debemos conversar sobre eso…

Aunque a Justin no le gustara hablar del tema lo tendría que hacer. Su amiga pensaba en exceso las cosas, así que sí la escuchaba. Así fuera con una disculpa barata, ella por fin dejaría el tema y todo sería normal de nuevo.

—Sí, no voy a parar de mencionarlo hasta que lo hablemos… —mencionó inflando sus mejillas.

Justin la observó y sonrió—. No puedo decirte que no cuando pareces más ardillita que persona —recalcó el muchacho tomando los cachetes de su amiga y río mientras los pellizcaba con suavidad, ternura y que la consentía como si fuera una nena de 5 años o menos.

April de la emoción no pudo evitar abrazarlo, lo que lo sorprendió, puesto que su amiga sabía a la perfección que él no era de dar o recibir ese tipo de muestras de afecto, a menos que tuviera alguna relación amorosa. En la que él se obligaba a dar y recibir muestras de afecto.

—¡Lo siento! Olvidé que… —trató de hablar, pero unos brazos alrededor de su cintura la callaron.

—Te quiero, hace tiempo que nadie me abrazaba… a menos que fuera Damon que podía resistir su contacto.

El silencio que tenían en ese momento no tenía ni una pizca de ser incómodo, seguían enredados en los brazos del otro dándose calor en ese frío invierno.

—Muscules, lo lamento mucho por lo que dije la otra vez…

—April, de verdad ya no pasa nada…

—No, si pasa… llevas semanas sin hablarme y ya no me está gustando, eres mi mejor amigo, en realidad el único que tengo —recordó acunando las mejillas del chico entre sus manos.

—No te niego que escuchar esas palabras de ti si me dio coraje… pero entiendo que en parte fue por la crianza que te dieron —mencionó con una sonrisa triste.

Ambos se abrazaron más fuerte y April se dirigió a la cocina, abrió el refrigerador y sacó dos pequeñas cajas. Luego se devolvió a dónde se encontraba sentado el muchacho y habló.

—Perdón dije las cosas sin detenerme a pensar en como te iba a hacer sentir. ¿Pastel? Es de tu favorito.

—Bueno, te perdono, pero vas a contarme qué pasó con Alexia… recuerdo muy poco de lo sucedido.

April al oír la petición se atoró con un trozo de pastel y Justin se acercó a palmear su espalda.

—¿Ya pasó? —preguntó con preocupación a lo que April asintió—. Qué bueno, no puedo creer que siempre hay un susto contigo —preguntó con preocupación.

—La verdad que no recuerdo nada… y tampoco me interesa —recalcó mientras con esfuerzo agarraba aire.

—¿Segura de que no? —preguntó con una ceja levantada.

—No, para nada, en mi cabecita no hay información de ese día.

—¿Entonces no recuerdas lo que hizo Alexia?

April al escuchar el nombre de la muchacha pareció interesarse, lo que ocasionó que su amigo se carcajeara.

—¿Ves como si te importa lo que haya pasado? —mencionó aguantando la risa—y más si es por Alexia—susurró en un tono divertido, pero seductor.

Sin querer, a la chica se le erizó la piel y su amigo casi se orinaba de la risa.

—¡Estás mal! —dijo agarrando su estómago con una mueca.

—¡Estúpida! Deja de burlarte…

—Ay, ay mi barriguita —dijo rojo de tanto reír— ¡y tú! No me trates en femenino ¡Atrevida!

—¡Pues te aguantas! —gritó inflando sus mejillas.

—¿Te gusta Alexia o me equivoco? —aquella pregunta hizo que el aire se fuera de sus pulmones y comenzará a hiperventilar.

Su corazón empezó a latir más de lo normal, sus manos comenzaron a sudar y seguro su expresión era chistosa porque Justin volvió a reírse de ella.

—¡No me gusta! Que parezca que sí ya es distinto…

—Sí, tienes razón, no te gusta, te encanta.

—¡Eso no es verdad!

—¿Y por qué botaste baba cuando dije su nombre?

April en ese momento quería ahorcar a Justin. Sabía a la perfección cómo hacerla enojar y lo odiaba.

—Te dejaré de hablar toda la primavera si no dejas de burlarte —culminó.

—Ya, ya paro de reír…

Ambos amigos siguieron conversando, por ratos April le quería dar un golpe a Justin por ser tan pendejo, pero se le quitaban cuando su amigo le hacía cosquillas.

—Oye Justin, ¿qué tal me queda este vestido? —preguntó mientras sonreía.

—Te queda demasiado espectacular amiga —dijo mientras hacía gestos exagerados con las manos.

—Amaneciste demasiado gay, hoy muscules… —dijo riendo.

—Si… los hombres son muy guapos —mencionó con una sonrisa boba siguiendo el chiste—más el vecino…

—Y es heterosexual, no te le acerques… no te quiero ver chillando como pendejo después de que te rechace —recalcó April apachurrando las mejillas del chico.

—¿Para qué te andas probando tantos vestidos? ¿Algún evento especial?

—Para modelar en lencería esta noche para ti papasito —aquellas palabras hicieron que Justin la mirara feo y llegó su momento de reír.

—Babosa… —dijo empujando a April que se agarraba el estómago de tanto reír.

—Tendré una cita mañana… —confesó.

—Uh, ¿con Alexia? —susurró levantando las cejas.

—¡No! ¡¿Cómo voy…?! ¡No!

—¿Vamos a empezar otra vez? Me avisas para irme.

April sabía a lo que se refería el chico, pero no, de ninguna manera. No lo soportaría.

—Voy a salir con Ciro, está vez sí…

—Ah… entiendo, ¿te gusta en definitiva? —murmuró con voz débil.

—No lo sé, pero lo quiero intentar con él.

—Comprendo… pero si el sentimiento es mutuo es cuestión de que esperes —dijo Justin cabizbajo.

April saltaba de la emoción por todo el cuarto. Y agarrando a su amigo comenzó a saltar con él como cuando eran pequeños, podían hacerlo por horas y no sé aburrían, aunque no sé lo confesaran, se habían extrañado mucho los años que la vida les obligó a vivir separados.

Lo que no dicen del amor PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora