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El 28 de febrero, April se levantó un poco desorientada, sentía la cabeza como un globo al que alguien inflaba con la intención de reventarlo

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El 28 de febrero, April se levantó un poco desorientada, sentía la cabeza como un globo al que alguien inflaba con la intención de reventarlo.

El nudo en su garganta aumentaba cada vez más, sus ojos picaban. Sin ganas se dirigió al baño para hacer sus necesidades, al finalizar con su rutina de las mañanas fue a la cocina. Esta vez haría el desayuno por su cuenta.

Apenas despertó. Llamó a su supervisor para decirle que había amanecido indispuesta del estómago, aunque fuera una mentira, ella necesitaba pensar a solas.

«Es una pequeña hipérbole.» Reflexionó. «Pero me siento mal por faltar, es la primera vez que lo hago en años.»

—Ardillita, ¿qué sucede?

—¡Juss! Ly’… Ly’ jefigor, creí que aún estabas dormido.

No le tenía miedo a su mejor amigo, pero escuchar su tono de voz recién levantado, la había puesto nerviosa. Hace mucho no lo oía, y en sí… su cerebro no estaba consciente de la hora que era y seguía en modo apagado.

—¿Qué tienes? Ya es tarde… deberías estar en el trabajo ya.

—No es nada… me duele la cabeza y el estómago, pedí el día libre hoy.

—Lo es… estoy 100% seguro de eso, nunca pides permiso en el trabajo… ni siquiera por sentirte mal.

De fondo se escuchó el característico ruido de la tetera del té. April se dirigió a la estufa y con cuidado sirvió el té para ambos.

—¿Por qué tú no estás trabajando?

—¿Me quieres evadir? Bueno, respondiendo a tu duda… el profesor Manuel se ofreció a ocupar mi lugar hoy… Necesitaba tiempo con los alumnos de hoy. Un examen algo así.

—¿a él fue al que el esposo lo engañó?

—Sí… pero en serio, ¿qué ocurre? ¿Quieres hablar sobre la pesadilla de anoche?

April anhelaba tener un tiempo a solas, al menos de forma mental. Deseaba entenderse ella misma y no hacerle cargar a otro con su peso. Debía poder, ya era una adulta y si eso implicaba esconderle la verdad a él, lo haría.

—¿Qué dices? Estoy perfecta, seguro son imaginaciones tuyas…

Justin solo la miró con pena. Sabía un poco lo que podía estar pasando, pero le daría espacio.

«Acoso… ¿Ya entraría en esa etapa?» Pensó Justin. «Espero equivocarme.» Reflexionó. «¿O le comenzaría a gustar alguien? ¿Ciro? ¿O será Alexia?»

Cuando él empezó a descubrir su orientación sexual, tuvo la compañía de muchos amigos suyos. Pero comprendía que en ese momento April quisiera estar sola. A fin de cuentas, cada quien vive cómo quiere

—Bueno, iré a mi habitación un rato —susurró—. Siempre voy a estar a tu lado. Lo sabes, ¿no? Te aprecio mucho —murmuró dejando un beso en la sien de la chica.

Lo que no dicen del amor PGP2024Where stories live. Discover now