Capítulo 4

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El lunes siguiente Emi saludó más efusivamente que nunca a sus amigas, aunque prefirió no comentar nada más al ver que ellas tampoco decían nada acerca del fin de semana; el único comentario que se hizo fue respecto a sus uñas, que aún portaban el barniz transparente que se le había colocado. Como todas las mañanas, Emi procedió a rizarse las pestañas, pero esta vez, por iniciativa propia, se aplicó un par de pasadas más de mascara, detalle que no pasó desapercibido para las tres chicas. "Me gustó cómo se me ven con un poco más de mascara", respondió Emi cuando le preguntó Tamara acerca del por qué, haciendo que las tres lo felicitaran. El único detalle sería que ahora un par de sus compañeras, quienes eran bastante observadoras, estaban al tanto del hecho de que Emi usaba mascara, pero nadie se burló de él, preferían no tener problemas con las cuatro personas más inteligentes del grupo. Por cierto, los cuatro obtuvieron una calificación perfecta en su proyecto.

Llegado el fin de semana, las chicas invitaron a Emi a su reunión semanal, la cual esta vez sería en casa de Tamara. Lo convencieron de llevar bajo su ropa la lencería que le regalaron el fin de semana anterior, y el solo decidió rizar sus pestañas esta vez antes de ver a sus amigas. Al llegar a casa de Tamara, lo recibió la madre de esta, quien se sorprendió por la presencia del chico: no es que no lo conociera, ya que estaba al tanto de su amistad con hija; pero los fines de semana acostumbraban a verse únicamente las chicas. Más perpleja quedó al ver sus femeninas pestañas y la silueta del brasier que se transparentaba bajo su playera, pero al ser de mente abierta y no ver rastro de incomodidad en Emi, se alegró por él.

Sus tres amigas, una vez más, ya se encontraban presentes, así que lo recibieron efusivamente. Ni tardes ni perezosas lo sentaron en una mesa donde Tamara ya tenía todos sus instrumentos de manicura presentes, repitiendo el lavado de la semana pasada. Le retiró el barniz y procedió a exfoliar las manos de Emi, retrayendo también las cutículas. Posteriormente limaría sus uñas, concentrándose en que las uñas de Emi quedaran redondeadas y sin imperfecciones. Esta vez únicamente recolocó el barniz transparente, pero sin duda el resto del proceso había conseguido que, aun así, sus manos se vieran exquisitamente femeninas. Tamara posteriormente se encargaría de la manicura de Sam, siendo que la de Betty la había hecho antes de la llegada de Emi y que la de ella la había hecho su mamá.

Posteriormente las chicas se desmaquillaron, instruyendo a Emi a retirarse también su mascara. Los cuatro fueron a limpiarse el rostro con un limpiador que Tamara les tenía ya preparando, no entendiendo Emi qué se suponía que hacían. Tras eso, Tamara sacó de un pequeño refrigerador un tarro, explicándole al chico que se aplicarían una mascarilla para evitar imperfecciones. Le brindaron una diadema a Emi para que su cabello, aún corto, pero ya creciendo, no quedara sobre su cara; lo mismo hicieron las chicas. Betty procedió a aplicar una capa generosa de la mascarilla a Emi, para después aplicársela ella misma. Debían esperar para que surtiera un efecto adecuado, así que comenzaron una partida de UNO mientras esperaban. En ese lapso, la mamá de Tamara les llevó un tazón de fruta picada, quedando maravillada con el hecho de que las tres chicas no tenían ningún problema con incluir a Emi en sus actividades, así como que él participara voluntariamente, siendo ajena al plan que su hija y sus amigas habían formulado. Entonces decidió intervenir un poco.

Llegado el momento, los cuatro enjuagaron sus mascarillas, pudiendo observar lo tersa que se veía su piel.

-¿Habías usado una mascarilla antes, Emi? – dijo la madre de Tamara, quien entró a la habitación para presenciar el resultado.

-No, es la primera vez.

-Bueno, te darás cuenta de que mejora la apariencia de tu piel, haciendo que se vea más limpia. Pero hay algo que todavía falta para conseguir el efecto total. – y, dirigiéndose a las chicas, dijo - ¿Saben qué es?

Un silencio se hizo presente.

"Es simple, niñas. Son dos cosas, primero están tus cejas, Emi, hay varios pelitos que están fuera de lugar, haciendo parecer que están sucias. Además, aunque no tienes mucho, se ve una ligera sombra de barba y bigote." Ese fue su comentario, con el cual las tres chicas estuvieron de acuerdo. Entonces decidió hacerle una oferta al chico. "Emi, déjame arreglar tus cejas, prometo que no te quitaré mucho, no quedarán delgadas como las de tus amigas, pero sí tendrán mejor apariencia. También tengo una máquina de luz pulsada aquí, si te la paso esos vellitos de tu barba y bigote se irán, y si seguimos aplicándola, hasta dejarán de salirte. ¿Qué opinas? ¿Quieres intentar alguna o las dos cosas?" Animado por sus amigas, Emi aceptó ambas.

Ambosprocedimientos fueron dolorosos, pero realmente valieron la pena. Al final deellos las cejas de Emi se veían mucho más limpias, y él se sintió aliviado deque la madre de Tamara cumplió su promesa y no las adelgazó... tanto, sólo lomínimo necesario; además de que no había rastro de barba o bigote en el rostrode Emi, aunque a decir verdad le ardía un poco. Finalmente, Emi procedió arizarse las pestañas, quedando la madre de Tamara sorprendida con la habilidadque lo hacía, siendo una destreza que algunas chicas de su edad no dominan.Ella entonces se retiró para que los cuatro siguieran disfrutando de su día.Esa vez Emily no hizo acto de presencia, y tampoco tuvieron su sesión depráctica, así que poco más ocurrió ese día, llegando a su fin sin máseventualidades.

Uno de ellasWhere stories live. Discover now