Capítulo 14

231 31 3
                                    

—¿donde está mi teléfono? No he podido hablar con grace necesito que sepa que estoy bien y mis padres suelen llamarme de noche— pero me dice algo que me desconcierta
—ya hablé con tu amiga, y tus padres ¿cuando iremos a darle la noticia de que estas embarazada y nos vamos a casar?— no sé porque siento que quiere evitarme con respecto a mi teléfono
—Duncan, quiero mi teléfono— pero escucho un rotundo no de su parte haciendo que me hierva la sangre
—¿de que estás hablando pedazo de...— me detengo al ver su mirada y los sonidos de ardilla que hizo
—cuidado con esa lengua traviesa Aurora, cosas le pueden pasar— estoy molesta y me levanto de la cama y le extiendo mi mano desde la distancia en la que estamos
—devuélveme mi teléfono, no tienes derecho a tomar mis cosas sin autorización y a no querer devolvérmelas— da pasos hacia a mí hasta hacerme sentar en la cama y toma mi mentón haciéndome una pregunta tonta.
—¿quieres tu teléfono?—
—por su puesto que si ¿que clase de pregunta tan tonta es esa?—
—te he dicho que eres demasiado rápida para insultar y decir groserías, algo malo le pasará a tu lengua— me molesto y lo empujo, pero me toma la mano rápidamente y me asusto al verme en su pecho
—¿que haces?— grito y me carga por el trasero y me pega de la pared
—abre la boca— me exige demandante y esa mirada otra vez que me empezaba a causar estragos
—¿estás demente o que?— chillo enfadada
—te dije que abras la boca por las buenas— me sigue teniendo pegada a la pared, siento su abrazo por mi cintura y lo reto
—y si no quiero ¿que va a pasar?— estoy que exploto y mis brazos están pegados a su pecho sin poder moverme
—¿tientas mi paciencia aurora? ¿Crees que porque estás embarazada y me gustas no te castigaría? Abre tu linda boca ahora y si no contaré hasta tres, si cuando cuente a tres no has abierto esa boquita voy a llevarte a la cama, te ataré de las manos y pies y voy a llevar mi cabeza, mi boca y nariz hasta tu vagina y después de que grites de placer como cuando te hice mujer, te chuparé todo el cuerpo—
Mi cara se volvió un poema quería desaparecer en este instante de la vergüenza, no entendía cómo podía hablar así y no sentir pena como yo
—eres demasiado vulgar— le reclame volteando mi rostro para que no me siga viendo como lo estaba haciendo.
—seguiré siendo vulgar si no abres esa boca como te lo estoy pidiendo amablemente— me mordí el labio inferior y con mis ojos cerrados abrí un poco la boca llena de vergüenza
—ahora saca la lengua— me dijo y quería estrangularlo ¿que rayos iba hacerme? Pero aún así obedecí y saqué mi lengua un poco
—más— refunfuñé y lo hice, pero de pronto él me besa y chupa mi lengua duro sin lastimarme
—que carajos...— digo en sus labios y él me sigue besando aunque yo no lo estoy haciendo
—bésame o atente a las consecuencias— me amenaza dulcemente y trato de besarlo poco a poco. Sigo y sigo y sin darme cuenta estoy sobre la cama abrazando su cuello y el abrazando mi cabeza y mi espalda. Su cuerpo es enorme y sus labios son suaves y carnosos volviéndose adictivos, pero nos alejamos por falta de aire y nos cuelga un hijo de baba, se muerde el labio inferior
—eres tan mala que preferiste ese beso a que te pase la lengua por todo el cuerpo ¿quien se resiste a eso?- me sonríe cálidamente, pero estoy tan avergonzada que volteo el rostro
—quítate— le dijo respirando profundo aún tratando de calmarme ¿que era esta nueva sensación que sentía en mi vientre bajo? Cómo si quisiera más que ese beso, pero me relaje y él se alejó de mí, pase la mano por mi cara y me senté.
Comenzó a quitarse la camisa botón por botón dándome la espalda y luego bajó los pantalones, estaba en shock ¿que pretendía hacer este hombre? y casi me da un infarto al ver cómo se bajo el bóxer sin ningún tipo de vergüenza y se dio la vuelta
—mira como me pones aurora— trato de entender y analizar que ese pedazo de carne con vida propia estaba dentro de mí.
Me subo la manta hasta la cara y escucho su risa
—ya quítate la manta me cubrí— le creo y al hacerlo está al lado mío, suelto un respigo y él agarra mi mano la cual está a un centímetro de tocarlo y trato de voltearme, pero otra vez toma mi mentón
—no t-te volveré a creer nada— le digo fingiendo enojo y para que muera de vergüenza hace que mi mano lo toque
—es tuyo aurora, el no te hará nada que tú no quieras, cuando quieras sentirlo dentro de ti solo tómalo, en el lugar que sea y que quieras. Te desea demasiado, pero no hará nada para dañarte, pero trata de no hacer nada que me parezca muy sexy porque no podré controlarlo como ahora y te tomará de las formas más salvajes que puedas imaginarte—

Era tan grande y grueso que sin duda debería revisarme a ver si cabe otra vez, creo que ahora comprendo el porqué quede con tanto dolor, este hombre era demasiado exagerado
—pr-prom-meto no hacer nada que te haga hacer una locura—mi voz fallaba y él sonrió me dio un beso en la cabeza y me dio la espalda para que vea lo grande de su espalda, su trasero bien acomodado, sus piernas largas y tonificadas y todo él.
Caí hacia atrás tratando de calmar mi cabeza y tiempo después él salió del baño con una bata, se acercó a mí para ver si me había dormido, pero me hice la dormida escuché su risa suave y me dio un beso en la mejilla, sin darme cuenta me quede dormida.

Me desperté con ganas de vomitar y estaba todo oscuro. Me di cuenta de que él dormía con su mano en mi vientre y gemí y él despertó desesperado
—¿que pasó? ¿Te sientes mal?—
—quiero hacer pipí y quiero vomitar— él aplaude y las luces se encienden y para mi grata sorpresa otra vez esta desnudo
—¿por qué estás desnudo?— me mira
—¿no querías ir al baño?— lo miro molesta y un reflejo me ataca y me levanto de prisa, entro al baño y  cuando voy a cerrar la puerta es veloz y mete la mano
—no cierres si estoy en la habitación quiero estar en todo— no aguanto y termino vomitada en el piso del baño voy corriendo al lavabo después de dejar un rastro de vomito y ahí termino mientras él me sostiene por la espalda y veo su reflejo y el mío en el espejo, recuesto mi cabeza de su pecho respirando profundo y hablo
—¡lo siento!— él besa mi cabeza se moja la mano y la pasa por mi cara
—estás esperando mi hijo, es lo menos que puedo hacer para todo el trabajo que te espera— gimoteo negando y me sonríe. Luego me seca y me ayuda a ir al inodoro.
No tengo fuerzas ni para bajar mi pantalón y él lo hace por mi sin mostrarse pervertido este vez. Tenía una bata de baño puesta y mientras yo hacía pipí él limpiaba todo el desastre con tranquilidad y sin asco y tomó un ambientador y lo echó, me agradaba su olor era suave, a frutas.
Me llevo nuevamente a la cama cargada y me dio un vaso de agua el cual tomé con prisa dejando caer agua sobre mí y mojándome, me mire y lo miré claramente al mojarse se dejaba ver uno de mis pechos y se acercó a mí
—te dije que no hicieras nada sexy— fruncí el ceño
—no lo hice a propósito— él resopla y empieza a quitar los botones de la camisa y por alguna razón no se lo impido
—eres jodidamente sexy aurora— sin darme cuenta miré hacia la bata y otra vez su amiguito respondía por él. Me quito la camisa y se quedó viéndome con lujuria sin disimular y luego me miró a los ojos salvajemente, pero se contuvo busco otra camiseta y me la acomodó. Sentí un alivio definitivamente este hombre era Perfecto.

¿ME ENAMORÓ EN NUEVE MESES? +18Where stories live. Discover now