Capítulo 39

243 31 4
                                    

—h-hablas cada tontería— pego mi frente de la de ella y respiro profundo
—voy a contener mis ganas de hacerte el amor porque cuando fui por agua para ti tú mamá me dijo que la comida estaba lista— traga grueso
—tengo los ojos muy hinchados no quiero que me vean así— me alejo un poco de ella
—me encargué de eso, les dije que te encontré llorando por culpa de tus hormonas de embarazo y que te estaba consolando—
—¿mamá creyó eso?— alzo una de mis cejas
—¿tú que crees?— le sonrío ampliamente mientras niega y suspira
—te has ganado a mi familia, ojalá caerle bien a tu padre como tú al mío— vuelvo a colocarme los zapatos y busco algo de ropa para ella
—no me interesa que le caigas bien a Gino así que no hagas ningún esfuerzo en caerle bien—
—pero tú te esfuerzas por los míos, que hay de malo que...—
—aurora, te dije que no quiero que hagas nada por caerle bien y es algo que no quiero que volvamos a hablar, no he hecho ningún esfuerzo por caerles bien a tus padres, ni siquiera les he ofrecido nada más que un perfume y un reloj que ni siquiera usa— ella se levanta de la cama
—en el poco tiempo que llevo conociéndote he notado muchas cosas y tú no ríes Duncan, solo lo haces si estás a mi lado, así que no...—
—Tus padres son buenas personas con intenciones muy humildes hacia mí, me sale natural reírme con ellos son sinceros y cero interesados, generan tranquilidad por eso eres tan consentida, pero sobre todo por eso tienes tantos valores, ellos te han sabido educar lo que le faltó hacer al bastardo de gino conmigo—
Me abraza y yo a ella mientras la aplasto un poco y nos miramos y nos damos un beso suave
—¿crees que lo perdones algún día?— me pregunta mientras me mira
—vayamos a comer y no hablemos de eso— Ella sonríe y salimos después de bañarse y arreglarse no parece la pequeña chihuahua que intento hacer rabieta.

Después de la comida fuimos al patio, jugué un poco con el perro no recuerdo la última vez que tuve tanta paz en dos días, pero se sentía bien. Aurora y yo no teníamos teléfono le pedí que nos concentráramos en nosotros solamente, pero Grace la llamo al teléfono de su mamá.

Al rato entramos a la casa hoy no quería salir aurora estaba teniendo muchos achaques y quería descansar con ella y sobretodo pasar tiempo con la familia era agradable. Su padre me hablaba de negocios y yo a él mientras que aurora ayudaba a su mamá con la cena, la puerta es tocada.

—discúlpeme señor Duncan, iré a abrir— camina hacia la puerta y escucho la voz de un hombre.
—buenas noches señor, Alberto me dijeron que aurora está aquí ¿es cierto?— mi oído se agudiza ¿quien era este cabron que preguntaba por mi hembra? Me siento tenso y creo que me parece algo interesante ir por la pistola, pero me calmo no puedo hacer nada más que observar ¿que quiere? ¿y quien es?.
—si esta aquí jordano, pasa—veo al flaco que entra con "flores" ¿en serio le trae flores a mi mujer? Como quiero pegarle las diez balas que están en la pistola, siento que mi cuerpo se calienta demasiado, nunca había sentido celos en mi vida ¿entonces así se sienten? Salgo de mis pensamientos cuando Alberto me presenta ante él.

—jordano él es Duncan Di marco, el prometido de aurora— me extiende la mano y nos saludamos con fuerza mis ojos no se apartan de los de él dándole una mirada amenazante, pero en su cara hay reflejos de sentimientos
—mucho gusto señor, jordano Díaz— asiento de mala gana y la señora aura sale a su encuentro.
—jordano que alegría verte ¿cómo has estado? ¿Y tú madre?— él le sonríe con agrado
—muy bien señora aura, se puso feliz cuando supo que aurora esta aquí— ella le sonríe y mi mujer sale y sus ojos se agrandan demasiado al verlo ¿quien era este mal nacido?
—J-jordan que haces aquí? ¿C-como estas?— él le sonríe con tristeza
—estoy bien, no sabía que te ibas a casar— sus ojos viajan a su vientre
—¿estás embarazada aurora? ¿Perdiste la beca de la universidad?— chasqueo la lengua ella no me mira y no se porque está tan nerviosa
—eh no, no he perdido la beca mi prometido se encarga de pagarme los estudios— él me mira y suspira
—ya veo, ¿te vas a casar porque estás embarazada?— pero ella hace algo que me enoja mucho y hay una tensión en la sala
—vamos al patio jordano— giro mi cuello en dirección a ella.
—aurora...— le reprocho, ella me hace un gesto de que espere y los dos salen, pero antes de, le entrega las flores a la madre de ella.

¿ME ENAMORÓ EN NUEVE MESES? +18Where stories live. Discover now