Capítulo 45

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Llegamos a casa luego de un largo viaje y es algo tarde de la noche. Julián nos recibe y al ver a aurora con el anillo se emocionó bastante, me sorprendió verlos abrazarse como un padre a una hija y no me molestó, todo lo contrario.

—¿desea algo de comer?— aurora sonríe
—si, por favor— frunzo el ceño no se para que Julián le ofrece comida a esta hora, son las doce de la noche y me parece que comer algo fuerte le hará daño, pero conociéndola protestará.
—prepárale algo ligero, ya es tarde sería bueno que no acostumbres al bebé a comer a estas horas para que podamos dormir en las noches— resopla molesta y aquí vamos.
—¿lo leíste en ese tonto libro verdad?— sonrío por el tono de la fierecilla la cual es mi mujer y no puedo enojarme.
—si, ese tonto libro me ha ayudado a entenderte bastante—
—no necesitas un libro para entenderme y no, no quiero nada ligero, quiero comer helado y brownie con sirope Hershey de caramelo y un poco de chocolate extra— niego rascando la comisura de mis ojos
—¿toda esa azúcar a esta hora? Eso puede hacerte daño y a mi hija— pero Julián sonríe
—un día no es nada, estoy siguiendo las órdenes del doctor, además recuerden que en dos días tienen chequeo con el doctor. Espero que en esas vacaciones no hayan hecho desarreglos con la comida—
—no quieras imaginar— espeto volteando los ojos y él se va y ella lo sigue. Voy a mi oficina.

Cierro la puerta detrás de mí y busco mi teléfono tenía que saber cuales malas nuevas habían mientras no estaba y podría jurar que Gino esta que arde porque no le dije a que me iría por cinco días.
—Gino—
—hasta que por fin apareces ¿crees que puedes tomarte cinco días libres como si nada? Estoy perdiendo dinero por tu culpa—
—primero que nada bájame el tono, no es mi problema tienes manos para hacer lo mismo que yo, a pero cierto; todos te quieren muerto porque eres un gran hijo de perra ¿verdad pa pá?— escucho su respiración molesta
—NO TE PERMITO OTRA FALTA DE RESPETO MALDITO MOCOSO INFELIZ, MÁS TE VALE APARECERTE EN LA CENA DE MAÑANA CON LOS WILSON—
—tranquilo Gino, ahí estaré— está furioso y eso me excita muchísimo.
—¿dime que pretendes que aceptas sin problemas? hace unos meses odiabas reunirte con ellos y de pronto estás ansioso, espero que no hagas un espectáculo, al final de cuántas solo eres el hijo de un mafioso que no tiene importancia en este mundo y que nadie conoce—
—será porque tengo mi mujer y eso ya no me importa y, siéntete agradecido que no existo en el mundo de la mafia y soy un niño rico que gasta por gastar sino, ya estarías jodido—
—espero que te hayan gustado tus vacaciones Duncan, próximamente tienes un viaje de dos meses como los viejos tiempos— pero me hela la sangre
—¿DE QUE DIABLOS ESTAS HABLANDO?— me cuelga el teléfono y la rabia me hace lanzarlo contra la pared y reventarlo y justamente aurora entra con esa hermosa sonrisa y mi rostro cambia
—esta delicioso ¿quieres probar?— asiento y le hago seña que venga a mis piernas y lo hace ofreciéndome un poco
—¿que sucede?— me pregunta con una ceja alzada
—no sucede nada—
—creo que logro saber cuando estás molesto aunque quieras ocultarlo, además de eso ahora somos esposos tienes que decirme la verdad todo el tiempo- la abrazo con dulzura y le doy un besito

—¿no crees que es tarde? Debemos descansar— trato de ignorar lo que me pregunta, estoy furioso en este momento aunque no se lo demuestre no quiero pagar mi ira con ella no quiero dañarla es tan inocente que lastima, pero demasiado curiosa que me estresa.
—¿entonces no me dirás? ¿Vas a evadirme simplemente? ¿Donde queda mi papel de esposa— suspiro
—¡a caray!, que buena eres para el chantaje mi amor, no es la gran cosa, mi padre quiere que vayamos a una reunión con algunas personas que no me agradan en lo absoluto y posiblemente tampoco a ti si las llegas a conocer—
—¡Hmmm! ¿y que tiene de malo? ¿eso te llevo a destrozar el teléfono?— miramos en dirección al piso donde estaba el teléfono y los pequeños cristales de la pantalla rota.
—lo siento por darte una mala impresión, no quiero que me tengas miedo no soy violento, bueno, no tanto. La verdad es que no quiero ir y me enoja mucho—

En realidad si voy a ir ¿pero como carajos le diré a ella que gino me ha dicho que me tendré que ir por dos meses? Por eso me enoje a tal punto.

—yo iré contigo así que no estes mal— me abraza con cariño y acaricio su espalda dándole besos en los hombros.
Al tiempo cambiamos de tema, come su helado feliz hablando del bebé y de cosas que le gustaría que hagamos en el futuro y yo me dejo llevar escuchándola muy feliz.

Grace fue llevada a su casa por Jack y luego de una linda y agradable conversación tuve que llevar a mi esposa cargada a la habitación porque la señorita se durmió sobre mí, ya me estaba empezando a acostumbrar a esa vida de ser el sirviente de ella.

Mientras ella duerme yo estoy revisando mis pertenencias y busco otro teléfono, salgo del clóset y contemplo a aurora quien duerme profundamente el embarazo estaba haciendo buen efecto.

—lamentó todo esto, pero lo que más lamento es tener que mentirte tanto para que seas feliz. Solo quiero que cuando sepas la verdad no me quieras dejar, ni me odies, ni me repudies. Que no quieras alejarte de mí ¿me hubieras aceptado si te hubiese dicho quien era realmente Aurora? ¿O tendrías miedo de mí?—
Suspiro echando mi cabeza hacia atrás sabiendo que ya es tarde para hacerme esas preguntas y la abrazo
—¿en que momento empecé a sentir tanta dependencia emocional de ti?—
Me pregunté en voz baja más para mí que para ella y sin darme cuenta quede dormido.

¿ME ENAMORÓ EN NUEVE MESES? +18Where stories live. Discover now