Capítulo 16

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Nos sentamos en un restaurante al aire libre un camarero se acerca y saluda a Duncan al parecer era frecuente en este sitio, mientras hablan me quedo observando el área
—aurora, ¿que vas a pedir?— suelto un respingo, miro al camarero y luego a él
—tráigale frutas con miel y una buena ensalada, esta embarazada— él asiente luego de tomar la orden y se va
—no tienes que decirle a todo el mundo que estoy embarazada— está leyendo el libro ese de embarazo me mira y me sonríe
—pero estás embarazada aurora ¿quieres que mienta? Simplemente quiero que todo el mundo te de el trato humanitario que hay que darle a todas las embarazadas— gimoteó y me pasa su iPhone
—ese es tu teléfono ahora— mis ojos se agradan ¿en serio me estaba regalando un teléfono nuevo? Sin darme cuenta hablo de mas
—creo que aquí podré hacer las tareas sin tantos problemas— él me mira y me tapo la boca recordando que ya no estaré en Harvard
—sobre eso, te compare una laptop para que tomes tus clases virtuales desde la comodidad de tu casa— niego sonriendo y nos llevan café para él y para mi chocolate caliente
—¿te gusta la vista?— asiento y tomó el teléfono, todo está en orden y todas mis cosas en el, llamo a mis padres y mi mamá me responde:
—hija ¿ya llegaron de su campamento? ¿Cuéntame cómo les fue?— me quedo procesando todo atónita ¿de que campamento mamá me habla
—b-bien mamá, muy bien gracias a Dios— ella sonríe y me cuenta que papá esta trabajando y que últimamente estaba algo enfermo, me cuanta que adoptó un perrito y se llama tobi y sonrío, pero me desconcierta con lo que me dice
—hija, ¿has estado llorando? ¿Estás bien?— miro hacia Duncan y luego la miro a ella
—mamá, tengo que decirte algo...— pero él niega
—¿que pasa mi amor? Sabes que puedes decirme lo que sea hija ¿no quieres estar allá?— trato de mantenerme fuerte porque las ganas de llorar me atacan
—mamá en dos meses iré para allá— ella se sorprende
—¿puedes venir? ¿No hay problemas con la universidad?—
—no te preocupes madre, no haré una locura bueno no literalmente una locura de dejarla— al final nos despedimos y él me ofrece servilletas
—no es momento de alarmar a tu mamá, eso podría estresarte a ti verla así, eres muy sensible con tus papás y ya entiendo porque— acaricia mi mano y el desayuno llega. Mientras desayuno entra una llamada de un número desconocido Duncan me mira y mira el teléfono y no se porque me siento nerviosa lo pongo en mi oído y contesto
—alo, ¿que quieres?— Duncan me pide que ponga el teléfono en la mesa en altavoz y no entiendo porque siempre le obedezco.
—preciosa, lamento comunicarme contigo ahora, esa vez que cenamos juntos, bueno no llegamos a cenar, se que te deje sin una explicación, pero algo aconteció y tuve que irme de emergencia, perdón por decirte que actuabas como una Virgen— a Duncan se le cae el cubierto y cruza sus dedos y afinca sus codos en la mesa mientras escucha atentamente a ese cretino
—lo dije porque eras demasiado tímida, pero hablé con tu amiga y ella me dijo que si eras, jajaja sabes en tiempo pasado, nunca he tenido la oportunidad de estar con una chica como tú quiero invitarte a cenar y remediar lo pasado, no me refiero sexualmente, más bien conocerte— cuando iba a responder Duncan tomó el teléfono y lo hizo él
—amigo, siento informarte que la mujer a la que llamas con el fin de acostarte con ella fingiendo que quieres conocerla ya encontró con quién perder la virginidad, tanto así que, para que nunca se vaya de mi vida de lo tanto que me gustó la embaracé, te aconsejo que no la vuelvas a llamar porque te voy a encontrar aunque tu número sea privado y te sacaré las tripas y luego te ahorcaré con...— pero colgó , me quede con la boca abierta y sus rasgos faciales me dejaban más que claro que estaba muy celoso aunque me habló suave
—creo que nunca más te molestará— y siguió desayunando tranquilamente, me vuelve a mirar
—¿que?— me pregunta inocentemente
—eso fue cruel, te escuchaste demasiado realista hasta yo me creí eso de sacarle las tripas— suspiro y me desayuno tranquilamente. Se que tengo que llamar a grace, pero no lo haré delante de él porque conociéndola se que me preguntara que si ya nos acostamos y que como tiene el pene porque esta vez lo voy a recordar, la cosa es que ya se como lo tiene.

Toma su teléfono y pide la cuenta me pregunta si quiero algo más y me niego nos levantamos y vamos al coche.
Mientras vamos por al ciudad me gusta la vista no había tenido oportunidad de ver estas áreas, pues no había forma de hacerlo, no tenía dinero ni carro. Duncan sostiene mi mano y no ha dejado de leer ese libro ni una sola vez, me quedo viéndolo es tan joven no parece un señor pese a que viste muy formal, sus zapatos relucen y aunque no usa corbata no deja de verse serio. El me mira y me sonríe
—¿que me ves? ¿quieres algo?— me sonrojo y niego me toma por el mentón como siempre
—no seas tímida conmigo— me da un pico y no entiendo porque me estaba dejando besar por él
—dime si quieres algo o saber algo, no lo sé—
—¿que edad tienes?— acaricia mis mejillas con sus suaves manos
—tengo veintisiete años— mi cabeza explota es demasiado joven y ya quiere hijos
—¿y por qué quieres hijos tan joven?— se muerde el labio inferior
—no quiero hijos— frunzo el ceño, no lo entiendo, pero vuelve hablar.
—quiero hijos contigo que es distinto, si no es contigo, pues no quiero—
—¿tanta es tu obsesión conmigo?— le digo seriamente y seriamente me responde
—no tienes una idea precisa de cuanta es mi obsesión contigo, pero no te asustes ni te alarmes yo jamás te lastimaría, puedes sentirte orgullosa de saber que eres la única mujer que me ha dejado en estas condiciones con solo tocarle la mano— lleva mi mano a sus pantalones y estaba demasiado duro llenándome de vergüenza.
—puedes darle el lujo de decir que eres la única a quien mis ojos han visto para algo más que una noche loca— su teléfono vibra varias veces
—con-contesta— las palabras se quedan a mitad de mi garganta siento calor en mi cuerpo, él me sonríe y responde
—buenos días! Estoy llegando a mi casa, si iré a trabajar mas tarde ¿por qué caraj...— me mira sin terminar la frase y yo a él
—si iré, dame dos horas— cuelga el teléfono y se deja ver algo incómodo, trato de animarlo
—¿problemas con la empresa?— él me mira y pasa la mano por mi cabello
—te dejare sola unos días— no entiendo a lo que se refiere y asiento
—¿no dirás nada? ¿Tan poco te importo?— no se que decir realmente no es como que me afecte
—¡hmm! ¿Es tu trabajo no? Creo que no sabría que decirte ¿dejarás de ir si te digo que no?—
—lo haría, dejaría de ir— niego
—tú estás demente Duncan, necesito tiempo para asimilarlo comprendes, no puedes pretender que yo sienta cosas por ti de la noche a la mañana ¿entiendes?— no pude entender su mirada y solo asintió.
Llegamos a su casa otra vez me baje rápido del coche y vomité justo en la puerta
—estoy harta— dije y él me ayudó a subir y alguien fue a recoger el desastre, empezaba a sentir pena. El mayordomo nos recibió y Duncan me recostó en un mueble y encendió la televisión entregándome el control remoto y cubriéndome con una manta
—sabes que aurora, desde el momento que te vi en ese bar, justo en el momento, supe que quería contigo no lo dudé ni un segundo, porque no tenía que saber todo de ti para saber que eres la persona que mi vida necesitaba—hice una mueca y fui cruel

—esa es la diferencia, tú y yo no somos iguales tú si quieres esta familia y lo deseas con tu alma a tal punto de no importarte si yo quiero ser la madre de tus hijos como dices, simplemente tomas decisiones por mí sin preguntarme o tomarme en cuenta, sin detenerte a saber si quiero o no— pensé que reaccionaría agresivamente y solo se levantó
—tienes razón.— y salió sin decir nada más, el mayordomo quiso hablarle pero lo ignoro, creo que es una persona que trata de sobrellevarme pero su mirada es como la de un pantera asechando su presa apara atacar.

¿ME ENAMORÓ EN NUEVE MESES? +18Where stories live. Discover now