Capitulo 22

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– De igual forma ya no tengo nada que perder – susurró tomándola delicadamente de sus mejillas, y Samantha sabía exactamente lo que pasaría, sabía que sí no se movía, Félix terminaría por besarla, tal y como hacía antes.

– Yo sí – respondió de igual manera, provocando que el hombre se detuviera a un centímetro de sus labios y abriera bien sus ojos – estoy saliendo con alguien – susurró apartando suavemente sus manos de su rostro. Félix creía que su corazón no podría romperse más, sin embargo se dio cuenta de que sí.

– ¿Estás saliendo con alguien? – preguntó confundido, cualquiera hubiera podido notar su tono quebrado. Samantha asintió.

– Y es alguien maravilloso que a pesar de mí, me quiere de forma sincera – respondió recordando a Rocio y en cómo la trató hace unas horas, no era su culpa – y no puedo hacerle esto, Félix.

– Samantha, yo te amo – respondió como si fuera la respuesta que ella buscaba – ¿Cómo quieres que siga adelante sin nuestro hijo, y ahora sin ti?

– Justo como yo lo hice – respondió antes de comenzar a caminar fuera del departamento. Las lágrimas que había retenido en sus ojos salieron al escuchar el ruido de la puerta al cerrarse. Samantha finalmente había salido adelante... sin él, no podía soportar aquello. Tomó uno de los vasos con licor que había sobre la pequeña mesa y lo lanzó a la pared lo más fuerte que pudo, provocando que se rompiera del mismo modo en que Samantha volvió a romper su corazón.

Samantha conducía hacia su casa con la mínima esperanza de que Rocio estuviera allí para ella, lo que menos quería era que se fuera. Era tarde, la calle era iluminada por la luna y cuando entró, lo primero que sus ojos vieron fue a Rocio sentada en las escaleras con su expresión caída, ni siquiera se había puesto su bata de niña rica.

– ¿Samantha? – preguntó levantándose, sus ojos estaban cristalizados. Samantha sonrió al verla y suspiró sin dejar de hacerlo – ¿Dónde estabas? – preguntó mientras que Samantha caminaba con sus brazos extendidos hacia ella – estaba tan preocu... – fue interrumpida por los labios de Samantha sobre los de ella mientras envolvía su cuello. Rocio se sorprendió ante el gesto, pues creía que seguiría enojada con ella.

– Hola Rocio – susurró Samantha al terminar el beso sin dejar de sonreír, con sus parpados cansados que no dejaban de detallarla – volví a casa – Rocio asintió sin dejar de estar sorprendida.

– ¿Dónde estabas, Samy? – preguntó suavemente. Samantha solo la abrazó un poco más, se sentía feliz porque Rocio no se había ido.

– Estaba en el departamento de Félix – respondió sinceramente. Rocio ladeó su cabeza sin entender – Osvaldo me pidió que fuera a hablar con él.

– ¿Y qué sucedió? – preguntó.

– Intentó besarme – respondió con una sonrisa al ver la expresión sorprendida de Rocio – sin embargo, no lo logró. Besarlo habría significado perderte, y no estoy dispuesta a aceptar eso – la suave sonrisa de Rocio volvió a aparecer en su pálido y ruborizado rostro – quería decir que estoy avergonzada por mi comportamiento de esta tarde, no debí tratarte así, Rocio, lo siento – Rocio solo besó cortamente su nariz.

– Está bien, no estoy molesta – respondió sinceramente.

– ¿Eres real? – preguntó Samantha en una adorable risa – no sé qué habría pasado sí Noah siguiera hoy con vida, pero agradezco mucho haberte conocido – asintió sintiendo sus ojos cristalizarse – antes de conocerte no lloraba tanto por cursilerías – Rocio rió.

– Las emociones son lo que nos hace sentir humanos, ¿No es así? – susurró pasando sus pulgares suavemente por los ojos de Rocio quien asentía – a veces está bien no estar bien. 

Paper Hearts || Factor RDonde viven las historias. Descúbrelo ahora