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Tres meses después.
Tres meses finalmente habían pasado desde que Arabella se había alejado de Thomas Shelby, claro, dentro de lo que realmente permitía el gánster, tres meses en los que la castaña se había vuelto intratable e intocable por causa del mayor de ojos azules, probablemente ya habían sido tres hombres los que Thomas había alejado, era sencillo, no podías sentarte a menos de cuatro metros de la castaña porque el demonio dé Birmingham aparecía, en ocasiones bastaba una mirada para hacerlos alejar. En otras Tommy los sacaba a la fuerza. Arabella Walker se volvió intocable y por razones egoístas.
Las cosas entre ellos no podrían decir que estaban del todo bien o del todo mal, la primera vez que Thomas Shelby se dispuso a recuperar a la castaña había aparecido en la casa de la joven con un ramo de lirios blancos, los cuales sabía que le gustaban, Ara claramente estaba sorprendida de que lo recordara, aún así aceptó las flores y cerró la puerta en la cara del hombre sin dejarle espacio a que dijese algo más.
La segunda vez que se quiso acercar a ella, había solicitado el Garrison solo para ambos, en una especie de cita, cosa que también sorprendió a la joven de ojos verdes, ciertamente el Gánster no era todo cursilerías o romanticismo. En aquel punto Arabella no sabía si estaba cómoda con eso o prefería que dejara todo como estaba, aún así sabía que Tommy se estaba esforzando, y quizás ya lo había perdonado pero no quería volver a estar con el, no al menos por ahora ¿Lo amaba? Claro, sus sentimientos no desaparecerían en tres meses, no cuando llevaba amándolo desde que era una chiquilla ¿lo quería hacer esperar? Claro, se lo merecía.
Aquella tarde noche, había pasado por el Garrison donde previamente había quedado para reunirse con Ada, ambas chicas habían hablado con Freddie insistiéndole en que ambas necesitarían una noche para ellas mismas, y el hombre realmente no tuvo elección de protestar ante lo que le había dicho la joven.
"También tú ayudaste a crearlo, no actúes como si solo quisieras poner la polla y desligarte de tus obligaciones"
Era justo por eso, que estaba esperando a Ada, no había pasado mucho tiempo desde que se había asentado en el lugar, la barra. Harry intentaba controlar todo lo que podía, y ahora con un camarero nuevo y sin la ayuda de la ex camarera rubia, el hombre lo tenía un poco más complicado.
-Buenas noches.
Una voz había sonado junto a ella, volteó su cabeza para encontrarse con un nuevo rostro, claro eso lo explicaba, de lo contrario no se habría acercado a ella de la forma que lo hizo.
-Estaba sentado por aquel lugar - Señaló detrás de él mismo- Junto a mis amigos, y discúlpame pero no pude evitar acercarme.
