Capítulo quince

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Rachel-Rebekha

—El señor te espera para desayunar — me indican y suelto un suspiro colocándome una sandalias sencillas en los pies. Ver mis uñas pintadas es algo que me gusta, en el cautiverio nos mantenían arregladas de mala gana y mis pies siempre estaban sucios o no estaban arreglados, no hasta que Marcos me hizo "la transformación"

Lucas ha perturbado mi sueño durante toda la noche, no dejé de pensar en él y la forma en la que su rostro se contraía de placer mientras se follaba a esa otra mujer. Sentí rabia, por alguna razón sentí mucho enojo porque debí haber sido yo quién era follada de esa manera.

Soy una mujer con el líbido alto, no disfrutaba el sexo cuándo me vendían en el burdel, odiaba ser usada de formas retorcidas y aunque mi cuerpo reaccionaba de otra forma para que ellos creyeran que me gustaba y no ser maltratada.  Durante tres meses sufrí golpes, insultos y me lavaban el cerebro diciéndome una y otra vez que si no lo disfrutaba los golpes serían peores.

Así que acepté mi destino.

Cómo ahora estaba aceptando el hecho de que Lucas D'Angelo me gusta.

Y no debería gustarme. Apenas es un mes que estoy con él, pero supongo que en mi interior las cosas son diferentes.

—Buenos días — me saluda cuándo llego y tomo asiento frente a él. Es una mesa enorme, con muchas sillas pero solo somos él y yo— el ratón te ha comido la lengua.

Lo miro fijamente.

—No.

—Bien, ahora desayuna que se va a enfriar.

Miro la comida. Pan con mermelada, pan con queso amarillo y jamón y trozos de queso como también hay trozos de fruta. Hay jugo de naranja y en un plato tengo huevo y tocino. Tengo apetito y por ello comienzo a comer devorando todo, muy pocas comidas así he podido disfrutar. Llevo un mes aquí y siento que ninguna comida es suficiente.

—Hoy tendremos que asistir a una boda, es de alguien importante en la mafia y tenemos que asistir. Tu vestido llegará en cualquier momento al igual que el estilista, tendrás que estar lista a las siete pm.

Asiento en su dirección y de pronto Tintin aparece agitado, ambos lo miramos con curiosidad.

—Don, se requiere de tu presencia lo más antes posible. Hubo un atentado en las embarcaciones con destino a las Bahamas.

Lucas se levanta y se acomoda el botón de su camisa con elegancia y se va sin mirarme. Ahora quedo yo sola y termino de desayunar.

Aún no tengo información de la verdadera Rebekah y eso me frustra.

Quisiera saber dónde está, darle la información a Luca y que haga con ella lo que debe hacer para así obtener mi libertad.

Extraño mi vida, no me importa tener que contarle a mi hermano lo que pasó pero ahora mismo deseo verlo. Abrazarlo y decirle lo mucho que lo extrañé.

La boda se aproxima, no la mía claro. La fiesta a la que iremos mi amado prometido y yo, pensar en él me trae descargas eléctricas en el cuerpo y es algo que no debo de tener. Pero me gusta el mal nacido mafioso, me gusta mucho y no debería.

Me asomo por la ventana y hay una mini van color blanca de dónde están sacando mujeres que llevan por la fuerza hacia la parte de atrás de la mansión, sé que allí Lucas tiene sus laboratorios o como sea que le llamen a las cosas delictivas la que hacen.

El corazón se me encoge y siento rabia al ver como caminan siendo forzadas a avanzar, veo miedo, dolor en sus pieles pálidas y vestimentas hechas harapos. Me doy media vuelta y salgo de mi habitación dando pasos rápidos y largos, los tacones resuenan sobre el mármol y cuándo salgo afuera tengo un solo objetivo, pero unos gritos femeninos llaman mi atención. Una mujer morena de cabello negro con rizos está tirada en el suelo mientras unos de los hombres le apunta con un arma.

—No le hagan daño— ordeno y el hombre alza la mirada para verme. Me acerco a él con el corazón acelerado en el pecho.

—Mi señora, está mujer ha causado problemas todo el viaje.

Asiento viéndola a ella y luego a él.

—¿De dónde vienes?— le pregunto y mi respuesta lo confunde— de una mujer ¿Verdad? Te parió una y mira como tratas a otra — le señalo y me agacho— mi nombre es Rebekah, ¿Puedes levantarte?.

Me mira con cierto recelo y asiente después de segundos, se acomoda y se levanta. Es joven, quizás unos años mayor que yo pero es hermosa y tiene el labio partido y un morado cerca del ojo por un golpe.

Me lleno de rabia. Nada de estás cosas deberían de pasar en el mundo pero pasan, así como con mujeres las hay con niños.

—¿Sucede algo aquí? ¿Porque las mujeres no estan ya dentro?

Suspiro al oír la voz de Lucas y me giro.

—No es nada, amor— hablo con voz suave y cariñosa. Lucas frunce el ceño de inmediato pero relaja sus cejas casi instantáneamente— sólo estaba salvando a esta chica de ser agredida por otro hombre más y además pensándolo bien necesito una dama de compañía.

—¿Una qué? Por supuesto que no, es mi mercancía.

—Lo tuyo es mío y por ello pido que la morena sea mi dama de compañía o estaré próxima a lanzarme del balcón de mi habitación — le digo y él aunque me da una mala mirada y asiente en mi dirección.

—Hablaremos más tarde, amor— dice lo último y se me eriza la piel de inmediato.

Al menos estoy logrando convencer a Lucas de cosas, eso es un gran paso.

Usurpando La Mafia Where stories live. Discover now