Capítulo LXIV: Chica Skogsrå del Bosque

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"Pero aquel cuyo corazón una Skogsrå robó, no piense que podrá recuperarlo: hasta que los sueños a la luz de la luna se apoderen de su alma, no mostrará amor por otra mujer."

—Skogsrået.

[Lado Este del Reino de Corazones].

Según Qin Shi Huang la invasión sería sencilla; iban a atacar un reino que tiene un sistema de magia muy poco desarrollado y una sociedad apenas entrando en la Edad de Hierro. Además, para la invasión, contaban con las predicciones de un humano francés con una desarrollada habilidad de la clarividencia. Todo lo que tenían que hacer era eliminar a las potenciales amenazas a la invasión, y el resto lo haría el propio Qin Shi Huang en su cuerpo original.

Por eso Shuri se preguntaba en qué momento la invasión "sencilla" se complicó tanto; cómo pudieron pasar de intentar eliminar a una anormal "humana" rubia, a tener que sobrevivir de una peligrosa mujer-troll de montaña.

La existencia de los trolls es casi tan antigua como la de los propios Jotnar, ya que los primeros miembros de la especie troll se originaron en el mundo Jötunheim, cuando la raza Jotnar se dividió en tribus y especies; fue así como se supo lo que ocurre si un gigante Jotun era consumido por el hambre y el salvajismo, lo cual aprovechó el Dios Supremo nórdico Odín para su campaña de odio y prejuicio contra los Jotnar.

Los primeros trolls eran casi tan grandes y poderosos como los Jotnar, y bastante parecidos a los actuales trolls de montaña, por lo que resultaban una amenaza incluso para las tribus Jotnar. Y pesar de los esfuerzos de los Jotnar por evitar que un pueblo entero de esas criaturas invadiera otros mundos, no pudieron evitar que algunos individuos inteligentes y más débiles consiguieran escapar de Jötunheim. Además, debido a los constantes ataques de los prejuiciosos dioses de Asgard, no pudieron hacer mucho con los Jotnar caníbales que derivaron en trolls en el continente europeo del planeta Terra. 

Lo grave llegó cuando estos trolls de nueva generación se reprodujeron con los solitarios trolls que escaparon de Jötunheim, y procederían a formar comunidades en otros mundos donde había ambientes y cavernas semejantes a las de Noruega, Islandia, Suecia y Alemania. Así originaron a los diferentes pueblos de trolls que se conocen hoy en día, y que genéricamente se les clasifica como "Trolls del Bosque" y "Trolls de Montaña", aunque no son las únicas variantes de la especie.

Tatiana, por su viaje a Noruega y posterior transformación a mujer-ogresa, ya tenía algo de experiencia luchando contra trolls de bosque y algunas variantes más monstruosas. Pero jamás llegó a toparse con un troll de montaña, por lo que ignoraba el grave peligro en el que se encontraba ella.

—¡Suéltame maldita monstruo! —exclamó Tatiana mientras levantaba la rodilla derecha para golpear el estómago de Elsa, logrando hacer que ésta última le soltara los puños.

A pesar de que la regeneración de los ogros no estaba al nivel de criaturas como las bestias, si bastaba para regenerar los huesos fracturados de los puños de Tatiana, permitiéndole utilizar bastante fuerza en el puño derecho para golpear a Elsa en la cara.

Tatiana recuperó algo de confianza y valor tras comprobar que su golpe hizo que Elsa se tambaleara hacia atrás, pero fue solo temporal, porque Elsa se estaba tambaleando a propósito mientras seguía sonriendo con burla, como si estuviera jugando.

—Perra loca, ¿qué te causa tanta gracia? —preguntó Tatiana mostrando los dientes con gruñidos de ira por la persistente sonrisa de Elsa.

—"Esss-kius-mey". Me estoy divirtiendo... por las cosquillas que me hacen tus golpes —contesto Elsa diciendo mal "excuse me" a propósito, y al final teniendo un tono bajo, antes de sacar su lengua larga y púrpura en un infantil gesto de burla.

Las Bestias de Dios I: el Despertar de DráculaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora