Capítulo XXVII: Motivaciones de un Depredador

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"Y ésta es la historia de cómo Mowgli entró a formar parte de la manada de los lobos Seeonee..."

—El Libro de la Selva de Rudyard Kipling.

[La Corte de las Tinieblas]

El ambiente en la sala era en extremo tenso. Y eso era razonable: cada Señor Vampiro conocía a Vlad III Tepes, y era imposible no reconocerlo ahora que estaba frente a ellos, pese a que aún no se había rejuvenecido. Tal como había dicho Terrordar, cada pregunta de Drácula iba a ser respondida, y justo ahora se le fue explicado qué ocurrió en los últimos cuatrocientos años.

Drácula estaba parado enfrente de la ventana, mirando el horizonte, y analizando todo lo que había descubierto hasta ahora. Terrordar estaba sentado en su respectiva silla, al lado del resto de los Señores Vampiros, esperando otra pregunta para responderla. De modo que el silencio en la sala era de tenebroso en toda su expresión.

—Gremio San Bestia... Sociedad Sobrenatural... —decía Drácula con seriedad, y luego sonríe con diversión—. Je, je, je. Siempre supe que ellos lograrían un gran cambio.

—Los elogias demasiado —comentó Orlok con molestia.

—Reconocer las hazañas de tus oponentes, hace que aprendas y seas mejor —contesto Drácula sin siquiera voltearse—. ¿Y qué fue de ellos?

—Se casaron con sus respectivas parejas, y tuvieron muchos hijos; sobretodo Absalón. Los hijos de sus nietos se esparcieron por el mundo. Algunos murieron en batalla. Otros descendientes todavía viven, y están en distintas partes del mundo, y en otros mundos. A estas alturas, no se sabe exactamente cuántos descendientes hay —explicó Maldibion con suma cortesía—. En cuanto a tu sirviente hechicero, murió luchando en la última guerra. Aquel guerrero, Baise, regresó a China, donde también murió en batalla. Aquel peleador humano decidió retirarse de las luchas, y viajó a África, donde se convirtió en un hombre-pantera, y formó una familia. Y respecto al viejo garuda, también se retiró, y regreso junto a su familia a Asia.

—¿Qué fue de mis hijos? —pregunto Drácula, ahora con un tono molesto.

—Tu hijo Adrien todavía vive. Creó un grupo rebelde aquí en Rumania, junto con Julieth Queen, la hija de la actual Reina de las Brujas. Hay rumores de que él y ella se casaron. Pero de ser cierto, desconocemos si tienen hijos —explicó Felsegor con rencor en su tono, al hablar del mencionado Adrien.

—Y en cuanto a Vlad IV, se mudó a Hungría para crear su propio gobierno, y se llevó a los vampiros primitivos que quedaban. Después, se casó con una humana, con la que tuvo un hijo. Pero la humana murió en el parto. Una semana después de eso, Vlad, su hijo, y los demás vampiros primitivos, fueron asesinados por un extraño, enorme y poderoso licántropo, que jamás habíamos visto —explico Mefisto con un tono de voz sereno.

—No era un descendiente de Daniel. Era totalmente desconocido, y parecía... primitivo —decía Apokalis, ahora con una ligera emoción en su voz.

—¿Un hombre-bestia primitivo? —pregunto Drácula, volteando su mirada, haciéndose ver que estaba sorprendido.

—Sí. Y no fue el primero —respondió Apokalis con una sonrisa emocionada—. Tres años antes, apareció, lo que creemos que fue un hombre-tigre dientes de sable. Mató y devoró un cocodrilo comparable a un dinosaurio, derrotó al jefe de los yetis del Himalaya, y diezmo ejércitos enteros de vampiros en China; esto último lo hizo, sin siquiera transformarse. Según nuestros familiares humanos, parecía ser un joven no mayor de 20 años. Pero hasta el momento, esto es todo lo que sabemos sobre él; puesto que desapareció sin dejar rastro.

Las Bestias de Dios I: el Despertar de DráculaWhere stories live. Discover now