Depauperar

†Capitulo 20† Yo soy el cuervo perverso.

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BIENVENIDOS A MI MUNDO IRREAL

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Notita: Paso por aquí para comentarles que esto es un borrador, el cual ya estoy finalizando (mi borrador en Word). Si ven algún error que se me escape una disculpa, trato de escribir lo mejor posible. Aun quedan veinte capítulos y me di cuenta de algo que les contare mas adelante. Estoy muy emocionada por los nuevos lectores que le están dando la oportunidad a esta historia. Ha sido un reto difícil conseguir lectores, y esta historia me esta dando la oportunidad después de ya haber publicado otras historia que ahora estoy reescribiendo. Enserio muchas gracias por su votos y comentarios. Ya no los retengo mas, disfruten de este capitulo.

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Tu poder radica en mi miedo; yo ya no tengo miedo, tú ya no tienes poder -Seneca a Neron.

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25 DE NOVIEMBRE DEL 2025.

Colombia- Bogotá.

Finca los olivos.

―¿A dónde vamos, D? ―el joven, cuyos ojos son de un tono ámbar, inquiere mientras cierra la puerta del vehículo de forma abrupta.

―Voy a visitar a una persona muy importante para mí, quien además me regalará una Rafflesia arnoldii.

―No tengo idea de qué se trata, pero vamos tarde a la fiesta de cumpleaños de la chica.

―Un segundo, no tardaremos.

La majestuosa residencia que se encuentra frente a mí indica que mi apreciado amigo ha considerado mi sugerencia. No resulta provechoso para su hijo estar recluido y contar únicamente con la compañía de guardaespaldas. La infancia desempeña un papel fundamental en la educación de un niño y todos merecen tener una vida común o, al menos, intentar alcanzarla.

―¡Cómo está mi ahijado favorito! ―con gran regocijo menciono, el niño corre hacia mí, extendiendo sus brazos para abrazarme.

―Bien madrina, que linda estas ―es un coqueto este niño. Cubro su rostro con besos y le provoco muchas cosquillas, llenando el lugar con su risa.

Al detener mis manos que causan cosquilleo, observo cómo frunce el ceño al ver a su padre con un yeso en el cuerpo; específicamente en el brazo y pie izquierdo. Su rostro amoratado y su presencia deplorable son la causante seguramente de su enojo. Me planteo la pregunta de dónde podrían estar los mellizos del diablo. Sin duda, no permitirían que dañen a su hermano mayor.

―Esa cara pequeñín, ¿estás enojado? ¿Quién te hizo enojar? ―masajeé su mejilla.

―Los malos hirieron a papi ―la expresión de su rostro, con la mirada baja y un gesto de disgusto, provoca que frunza el ceño.

―Por eso estamos aquí, los malos no harán que tengas más rabia en esos ojos. Protegeré a tu padre a toda costa.

―El bebé, ¿dónde está? ―cambia su expresión al instante a una entusiasta; siento una emoción intensa al escuchar la referencia. Se trata de Daren, a quien recuerda como el "bebé" debido a que lo conoció cuando aún usaba pañal.