Capítulo 29

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Miro mi horrible rostro frente al espejo, ojos hinchados de tanto llorar anoche, aún me encuentro un poco roja sólo las mejillas, una que otra lagaña. Decido ducharme para por lo menos mejorar esta asquerosidad, me visto con un viejo short negro de tela y una buzo de Mickey, debo verme mal pero no tengo ánimos de vestirme, luego de esto me maquillo la parte de los ojos colocando corrector.

—¿Maquillarse para estar en la casa?

—No, es para que mamá no se de cuenta que llore.

—Ah okey, no eres tan idiota como pensaba.

Ruedo los ojos internamente.

Me tumbo de nuevo en mi cama, pensando en todos los momentos lindos que viví con Nick y ahora nada de eso se va a poder vivir de nuevo, siempre supe que yo no pertenecía a ese momento pero de igual forma me hice la estúpida pensando que todo iba a cambiar, ese tipo de personas nunca van a cambiar y tal vez Nick no tenga la culpa pero me duele y no puedo seguir escuchando ese tipo de cosas una vez más.

—Hola pequeña— entra mamá por la puerta—. ¿Cómo estás?— me pregunta con su linda sonrisa. Es hora de fingir felicidad.

—Oh muy bien mamá y ¿tú?— le pregunto con una amplia sonrisa falsa.

—Bien chiquita ¿Por qué no has desayunado?— me pregunta mamá mirándome con esa mirada de "Comes o te hago comer"

—Mamá... no tengo hambre, ayer comí muchísimo con Nick y todavía tengo dentro de mi estómago, es que sabía que de igual manera tenía que comer hoy entonces comí para dos días— trato de bromear.

—Pero por lo menos tómate un vaso de leche—me propone mi madre.

—Okey, está bien— le digo resignada, un vaso de lecho no es nada.

Bajamos juntas a la cocina, abro el refrigerador y saco el cartón de leche, luego tomo un vaso de vidrio y lo echo en él, luego me tomo la leche.

—Oye mamá, si alguien me busca no estoy para nadie, quiero estar en mi mundo y no quiero que nadie me moleste— le digo dándome la vuelta.

—Está bien Jade— como la conozco tanto sé que tiene su ceño fruncido sin entender ni una mierda.

Luego de esto, asciendo nuevamente las escaleras, arrastro mis pies hacia mi habitación, me tiro en mi adorada cama que es la única que no me juzga.

Mi iPhone vibra en la mesita de noche, extiendo mi mano, tanteo donde está mi móvil, lo encuentro, luego de esto observo quién es, una llamada privada. Dejo que suene porque puede ser Nick, la llamada se termina, a los 2 segundos vuelve a llamar el numero privado, afirmo que es Nick, él es el único que me llama hasta que le conteste la llamada.

No quiero hablar con él, no puedo, tengo que alejarme de él, así que decido apagar mi iPhone. Al recordar que tengo que estar a metros de él, las lágrimas vuelven a salir sin pedir permiso, los sollozos comienzan a resonar por la habitación pero los callo, no quiero que mamá los escuche porque no quiero darle explicaciones.

Hace cinco horas estoy en mi habitación, sumida en mi libro virtual de Wattpad, obviamente con mis audífonos. Escucho que la puerta se abre pero no le pongo atención seguro es mi madre que está viendo si estoy dormida, siento que alguien está atrás mío, retiro los audífonos de mis oídos, pego un susto al ver quién está ahí.

—¿Qué haces aquí?— le pregunto perpleja.

—No contestas mis llamadas, entonces vine a buscarte— me dice abatido.

Modo frío on.

—Si no te contesto las llamadas es por algo ¿No?— le digo lo más seca que puedo, mientras internamente me estoy muriendo del dolor.

Mi ángel vestido de donjuán.Where stories live. Discover now