El demonio radio encontró un libro misterioso en un callejón y al leer unas palabras grabadas en este fue teletransportado a un mundo donde todos eran ponis. Mientras él esté en este mundo aprenderá el significado de la amistad y compartirá a grande...
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Alastor surcaba los cielos de Equestria con un vuelo sereno, disfrutando de la libertad que le brindaba el aire.
Sin embargo, su tranquilidad se vio interrumpida cuando una carta apareció repentinamente en su camino. Con un movimiento ágil, detuvo su vuelo y, con un gesto preciso, utilizó su cuerno para desviar la carta hacia él.
Luego, con curiosidad, la abrió y comenzó a leer su contenido. "Debe ser de la princesa Celestia", pensó, mientras sus ojos recorrían las líneas de la misiva.
Alastor terminó de leer la carta, y su mirada se perdió en el horizonte mientras se preguntaba qué podría querer la princesa Celestia.
La invitación era misteriosa, sin más detalles que un simple "asunto de suma importancia".
Sin embargo, Alastor no se demoró en preguntas, simplemente miró a su alrededor para asegurarse de que no hubiera nadie cerca, y luego se lanzó hacia el castillo con su magia de Velocidad Extrema.
Su cuerpo se desplazó a una velocidad increíble, dejando atrás una estela de viento y polvo, mientras él disfrutaba de la sensación de libertad y poder que le daba su magia.
Era una oportunidad perfecta para practicar y perfeccionar su habilidad, y Alastor estaba decidido a aprovecharla al máximo.
Alastor llegó a Canterlot en un abrir y cerrar de ojos, gracias a su magia de Velocidad Extrema.
Desactivó su habilidad justo a tiempo para evitar chocar contra el castillo, y luego caminó hacia la entrada con paso seguro.
Los guardias se inclinaron ante él, y Alastor respondió con un simple asentimiento de cabeza, aceptando el saludo. Al entrar en el salón del trono, encontró a las princesas Celestia y Luna sentadas en conversación, pero al verlo, se callaron y lo miraron con sonrisas.
Alastor: Hola, mis princesas del sol y la luna.
Dijo Alastor, haciendo una reverencia cortés y elegante, lo que hizo que las princesas se sonrojaran ligeramente. La habitación se llenó de un ambiente cálido y acogedor, mientras Alastor esperaba a que las princesas hablaran.
La princesa Celestia rompió el silencio con una sonrisa cálida y un ligero rubor en sus mejillas.
Princesa Celestia: Buenos días, Alastor. Me alegra que hayas venido al castillo después de recibir mi carta.
Su voz era melodiosa y tranquilizadora, pero Alastor notó un destello de nerviosismo en sus ojos. La princesa Luna intervino, con un ligero temblor en su voz.
Princesa Luna: De seguro te estarás preguntando por qué estás aquí.
Alastor sintió un escalofrío al ver a las princesas tan nerviosas, recordando las palabras de Spike sobre su efecto en ellas. Se sintió incómodo y asustado por la posibilidad de algo romántico, pero se apresuró a ocultar sus sentimientos detrás de una sonrisa.
