El demonio radio encontró un libro misterioso en un callejón y al leer unas palabras grabadas en este fue teletransportado a un mundo donde todos eran ponis. Mientras él esté en este mundo aprenderá el significado de la amistad y compartirá a grande...
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Alastor se encontraba sentado en la cima de una montaña, con la vista fija en el horizonte, donde el cielo se mezclaba con la tierra en un juego de colores. La sonrisa que siempre lo caracterizaba permanecía en su rostro, pero incluso eso no podía ocultar el aburrimiento que comenzaba a apoderarse de él.
Alastor: Qué aburrido.
Murmuró con un tono despreocupado, dejando escapar un bostezo que reflejaba su falta de emoción. Era solo la doce del mediodía, y la calma del lugar contrastaba con su inquietud interna. Al mirar a su alrededor, anhelaba algo que rompiera la monotonía; un desafío, una aventura, cualquier cosa que lo sacara de este soporífero momento.
Alastor se encontraba perdido en sus pensamientos cuando, de repente, su sombra se despegó de él, tomando una forma oscura y propia. Al mismo tiempo, las voces de las pesadillas comenzaron a susurrar en su mente, esas mismas voces que solían ser tan fastidiosas.
«Lo ves, estás muy aburrido. ¿Por qué no mejor destruimos este mundo de una vez por todas?»
Decían con una calma inquietante, llenas de desprecio, como si anhelaran que él se uniera a su locura y acabara con todo lo que consideraba colorido y armonioso. La sombra de Alastor, que parecía compartir la misma mentalidad, comenzó a hablar también.
Shadow: Esa ridícula pesadilla tiene razón. ¿Por qué no arrasamos con todo? Sería muy fácil, y ahora eres mucho más fuerte.
Su voz era tranquila, casi persuasiva, mirando a su amo con expectación. Sin embargo, Alastor ni siquiera se molestó en prestar atención a esas provocaciones.
Con un ligero gesto de desdén, ignoró tanto a las pesadillas como a su propia sombra, sintiendo que no era el momento adecuado para dejarse llevar por tales ideas. A pesar de la insistencia a su alrededor, su mente estaba enfocada en algo más.
Alastor: ¡No lo haré!.
Exclamó Alastor con una calma sorprendente, mientras seguía mirando hacia el horizonte. A pesar de su naturaleza como un demonio reencarnado en un mundo lleno de ponis, magia y arcoíris, había algo que lo mantenía anclado: sus amigas.
Y claro, eso no le gustaba nada a las pesadillas ni a su propia sombra. Ambos parecían frustrados, como si no pudieran entender por qué alguien con tanto potencial para el caos se preocuparía por un puñado de amistades en un lugar tan ridículamente colorido.
Pero Alastor, con su propia mezcla de ironía y determinación, sabía que había más en la vida que solo destrucción y desdén. Mientras sus voces siseaban en su mente, él simplemente sonreía, disfrutando del contraste entre su oscuro ser y el brillante mundo que lo rodeaba.
???: Alastor.
Resonó una voz femenina, familiar y melodiosa, que hizo que Shadow volviera rápidamente a su lado y las pesadillas se desvanecieran en el aire.