El demonio radio encontró un libro misterioso en un callejón y al leer unas palabras grabadas en este fue teletransportado a un mundo donde todos eran ponis. Mientras él esté en este mundo aprenderá el significado de la amistad y compartirá a grande...
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Alastor se encontraba en el salón del trono, sumido en un profundo pensamiento mientras masajeaba sus alas con gestos suaves y deliberados.
La preocupación se reflejaba en su rostro, surcado por la ansiedad y el dolor. Su mente trabajaba febrilmente, buscando una solución para curar sus alas, cuya regeneración había sido inhabilitada por el poder de la corrupción.
La impotencia se apoderaba de él, como una sombra oscura que se cernía sobre su espíritu.
La voz de Shining Armor interrumpió los pensamientos de Alastor, y al volverse hacia el pasillo, vio al príncipe acercarse con una expresión de preocupación.
Alastor: Te dije que cuidaras de tu esposa.
Alastor intentó ocultar el dolor que aún latía en sus alas, pero su mirada revelaba un destello de desdén.
Sin embargo, Shining Armor no se dejó intimidar y soltó un suspiro profundo, como si intuyera que algo más profundo preocupaba a Alastor.
A pesar de no ser amigos cercanos, Shining Armor sentía un profundo respeto por Alastor, quien había demostrado ser un héroe valiente y poderoso en múltiples ocasiones.
Shining Armor rompió el silencio, su voz calmada y serena.
Shining Armor: Solo pasé por aquí ya que Cadence quería asegurarse de que estuvieras bien, así que vine a verificar de que no estuvieras cansado de utilizar tanta magia.
Sus palabras fueron acompañadas de una mirada atenta, que percibía más allá de la sonrisa de Alastor, detectando la expresión de dolor que intentaba ocultar.
Sin embargo, Alastor respondió con una voz firme, intentando disipar cualquier preocupación.
Alastor: Estoy bien, gracias.
Dijo, forzando una sonrisa que intentaba convencer a Shining Armor de su bienestar.
Shining Armor solo suspiró, sabiendo que jamás sacaría nada de Alastor, y luego se retiró del lugar, dejando al alicornio sumido en sus pensamientos.
Mientras tanto, en la biblioteca del Imperio de Cristal, las chicas estaban sumergidas en una búsqueda incansable de libros que pudieran contener la clave para salvar al imperio.
Rarity, Pinkie Pie y Rainbow Dash se habían tomado la tarea de animar a los ponis de cristal, que comenzaban a perder la esperanza.
Applejack: ¿Aún nada?.
Preguntó Applejack, su voz llena de preocupación.
Fluttershy: No...
Respondió Fluttershy, sacudiendo la cabeza. Twilight, que estaba rodeada de pilas de libros, levantó la vista y dijo:
Twilight: Tenemos que apurarnos, no sabemos si Alastor podrá aguantar y mantener este gigantesco campo de fuerza.
La urgencia en su voz era palpable, y las demás sabían que el tiempo se les estaba acabando.
