Capítulo IX

34.9K 3.3K 55
                                    

Capítulo IX

— Ha sido suficiente por esta mañana, Annette... No debí permitir que salieras caminar.— expresó su padre molesto al verla regresar.

— ¿Por qué me dice todo eso?

— Porque no y es suficiente explicación. Esta mañana he recibido una carta de tu prometido. Necesito que estés preparada antes de que llegué...

— Entiendo...



   Ante  aquella repuesta y actitud , Annette entendió , por sí misma, que sería absurdo continuar la conversación. 



   James bajó de su caballo, miró aquel camino hacia la propiedad de los Cartwright y pensó, incomodo, qué le estaba ocurriendo. No había cambiado de parecer, de eso estaba seguro, pero aquella inquietud seguía en su interior.



   Él no estaba acostumbrado a ese tipo de inquietudes, mucho menos, sentir aquella repentina curiosidad que había crecido debido a la preocupación de su abuela. Bufó para su interior. ¿Acaso había olvidado que se consideraba un hombre que sabía perfectamente cuánto valoraba su libertad y soltería?


   Ese tema no tenía discusión. Él no estaba dispuesto a cambiar aquello. Pero, ¿por qué demonios se había detenido en aquel camino? ¿Por qué no se marchaba de allí? Algo dentro de él lo impulsaba a alejarse, pero él se negaba a aquello.



— ¡No seas tonto James! No es asunto tuyo lo que la vida le depare a esa señorita odiosa...— expresó, mientras se disponía a alejarse de allí, adentrándose al camino que lo llevaba de regreso a la propiedad de su abuela, sin imaginar todo aquello que vivía Annette en la distancia..



Annette se había cambiado de vestido, resignada a su futuro. A aquel que de pronto se colocaba en frente de ella, enjaulándola, y cortando sus alas. Sus lágrimas empezaron a bañar su rostro, mientras se dirigía al salón principal, donde debían esperan aquella visita inesperada para ella.

— ¿Has decidido elegir ese vestido tan horrible?

— Pensé que era adecuado para la primera visita...— se excusó, aunque realmente ella no se había detenido en pensar en ello.

— ¿Cómo pretendes que tu prometido te vea con esas fachas? ¿Acaso pretendes ponerme en ridículo?

— Padre...

— Tu prometido debe ver que te has interesado en su visita... Y no ofenderle con esa vestimenta, como si fueses una campesina.

— Iré a cambiarme... No tardaré...

— Ya es tarde... ¿Acaso no lo ves?— expresó enardecido—. Es mejor que tomes asiento... He de soportar tu presencia solo por ese fin...

— ¿Por qué me dice eso, padre?— expresó Annette intentado no llorar—. ¿Acaso nacer? ¿Por qué le ha dado mi mano a ese hombre si ni siquiera lo conozco? ¿Por qué si ni siquiera a usted le importaba si encontraba un buen partido para mí?

— ¿Por qué?... ¿Acaso no lo ves?— sonrió con malicia—. No tan solo nacer.— en su mirada se reflejó un brillo malévolo—. ¿En verdad quieres conocer la verdad? ¿En verdad quieres saber por qué no me interesa nada de ti y quiero deshacerme de ti al casarte con el hombre que he decidido para ti?

Todo lo que Soy (1er libro )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora