Por ti

189 17 3
                                    

Sierra Leona, África

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Sierra Leona, África...


— ¡Por el amor de todo lo que es sagrado, aléjate de mi vista! —gritó Kevin cuando Sunshine apareció a su lado.

—Te necesito—susurró ella dulcemente.

—No necesitas a nadie, solamente usas a los demás a tu antojo—le reprochó él.

—Alguien debe cuidarlo—soltó ella, señalando al niño que dormía en su regazo.

—Lo humanos necesitan morir, es parte de la vida—respondió él fríamente y se sentó en una roca.

—Pensaba que te gustaban los niños—susurró ella tiernamente.

—Cierto me gustaban, en tiempo pasado—le recordó Kevin fríamente.

—No puedo quedármelo, debo ir al lugar del que me llamen. Es un niño muy pequeño Kevin, no puedo arrastrarlo sin rumbo fijo.

—Entonces abandónalo a su suerte, eres todo un éxito haciendo eso Sunshine—dijo Kevin con odio.

—Sé que me odias por todo lo que pasó ese día—dijo Sunshine mientras se acomodaba a su lado y respiró profundamente—Era yo, no Daniel. Yo era tú ángel, fue mi culpa que murieras. Lo admito; pero nunca pensé que te atravesarías para salvar a esa mujer. Te subestimé, siempre fuiste tan banal, pensando que lo único que valía la pena era llevar una vida plagada de excesos, nada más te importaba, aunque con eso te matabas lentamente. Por eso Daniel era malo contigo, odiaba cuando yo lloraba porque terminabas en un hospital debido a tus sobredosis de fin de semana.

—No lo sabía—susurró él sorprendido, su voz sonaba calmada.

—Creí que me odiarías por haberme distraído—por dejarte morir antes de tiempo—suspiró tristemente.

—Me quedaré con el niño, pero por hoy. La muerte no una buena compañía.

—En eso te equivocas, si te cuida la muerte ¿quién te puede dañar? —dijo ella con una gran sonrisa.

—Te lastimaron—comento él mirando sus brazos.

—Son gajes del oficio, ya sabes. Lo peor es que le debo la vida a tu nueva chica de turno.

— ¿Boa? —preguntó Kevin incrédulo.

—Pues si debo, admitir que el engendro de Satán nos saco a mí y a él con vida—confesó ella con fastidio—creo que yo prefería morir.

—Demasiado soberbia para aceptar ayuda—siseó Kevin con tono burlesco y ella lo miró con odio. —Si te gustan los niños, ¿por qué renunciaste a tener una familia?

—Nunca lo entendiste Kevin, yo estoy muerta en todos los sentidos existentes y aún así acepto con honor mi destino. Ya no es nuestro mundo—respondió ella con una sonrisa triste mientras veía al niño jugar con la capa de Kevin.

—Y si, estuvieras viva. Si nada hubiera pasado.

—No te hubiera conocido, porque, aunque eres una molestia vivo y muerto, debo reconocer que no cambiaría eso por tener una vida; en un pasado gris y oscuro.

— Entonces. ¿Por qué estamos aquí si somos inservibles?

—No somos inservibles idiota, ayudamos a los que pueden vivir y eso vale por mil millones de vidas. Somos importantes, porque hasta para morir en paz se necesita alguien que nos mire con cariño. Ese es tu papel darle una sonrisa a quien se encuentra por partir—acotó ella amorosamente.

 Ese es tu papel darle una sonrisa a quien se encuentra por partir—acotó ella amorosamente

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Kólasi se encontraba agotado. Fueron hora tras hora de hechizos y rituales malignos invertidas por Kólasi para evitar que Darah pereciera, aunque no cantaba victoria todavía podía ver como la muchacha respiraba lentamente sobre una cama con sabanas color negro. Se sentó en una silla con la vista fija en ella, el rostro moreno de la mujer se veía pálido. Parpadeo débilmente y susurró con voz ronca:

—Esa perra es una sádica, nunca me lo dijiste.

— ¿Cómo esperabas que fuera la hija de Ölüm? —respondió él con otra pregunta.

—Se veía tan indefensa y de repente, ¡zas! Saltó como una bestia.

—Ella no es la clase de enemigo que quieras tener. No tiene límites Darah, malos o buenos para Aíma es lo mismo.

—Pero a ti no te mataría. ¿Cierto?

—Claro que me mataría, si tuviera que hacerlo, no lo dudo. Ganas de hacerlo no le faltan, cariño.


Ángeles caídos |Trilogía cielo o infierno  #2© |Where stories live. Discover now