El sonido de las botas resonaba en el suelo metálico del corredor. Mis pasos eran precisos, sincronizados con el resto de los guardias, aunque mi mente estaba lejos de ese lugar. El peso del arma en mis manos era familiar, pero esta vez se sentía como una carga insoportable.
No podías dejar de pensar en Jun-hee. La imagen de su rostro te atormentaba ¿Qué estaba haciendo aquí? ¿Por qué se había metido en algo tan peligroso? Desde que la conociste, siempre había sido testaruda, dispuesta a tomar riesgos innecesarios, pero esto era demasiado.
El altavoz resonó por toda la sala mientras la voz programada comenzaba a explicar las reglas del primer juego: Luz verde, luz roja. Parecía sencillo, pero todos los guardias sabíamos la verdad. Este juego no perdonaba errores, y las balas no distinguían entre un pequeño tropiezo y un movimiento mal calculado.
Mi posición asignada estaba cerca de la línea de meta, un lugar estratégico para vigilar a los jugadores que avanzaban más rápido. Me coloqué en mi lugar y ajusté el agarre de mi arma, tratando de parecer indiferente como el resto de los guardias. Pero mis ojos traicionaron mi fachada. Estaban buscando desesperadamente entre la multitud.
Y entonces la vi.
Jun-hee. Su uniforme verde con el número 222 cosido en el pecho lo delataba. Se veía perdida, desorientada, como un cachorro que había sido abandonado en medio de un caos incomprensible. Mis labios se separaron ligeramente detrás de la máscara, pero las palabras no salieron.
Mi corazón se hundió.
— ¿Qué demonios estás haciendo aquí, Jun-hee? — Murmuré en voz baja, como si ella pudiera escucharme entre las filas de jugadores y la música inquietante que llenaba el lugar.
El juego comenzó, y con él, la pesadilla.
Luz verde.
Los jugadores corrieron hacia adelante, algunos con desesperación y otros con cuidado.
Luz roja.
El sonido de las balas cortando el aire fue instantáneo, seguido de gritos desgarradores y cuerpos desplomándose al suelo. La arena, que al principio parecía un simple campo de juego, se transformó rápidamente en un lugar de cacería.
