CAPITULO 26

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Por la mañana decidí que necesitaba dejar de estar tan afectada por Bruno, después de todo, nosotros no nos habíamos ni siquiera comprometido para largo.

Me sentía estúpida por estar tan afectada por algo tan trivial después de ver a Ronald llorar por su madre. Eso era verdadero dolor, era algo que afectaba, no una relación que apenas había comenzado. No había nada que yo pudiese hacer sobre Bruno ahora, claro que me encantaría verle otra vez y tenerle besándome y abrazándome.

Estaría mintiendo si dijese que no quisiera que él me diga que estaba equivocado y que podemos estar juntos. Antes de que todo esto sucediese yo estaba loca por él, y podía verme enamorándome perdidamente de él. Si las cosas hubieran continuado como iban , yo podría decir que el habría sido el amor de mi vida, pero ahora había terminado y necesitaba dejar de estar tan obsesionada con ello.

Sería difícil viéndole cada día, pero yo necesitaba intentarlo y distanciarme de él un poco y comenzar a verle sólo como mi profesor.

Cuando Ginny metió su coche en la plaza de aparcamiento el lunes por la mañana, yo me sentía mucho más positiva que lo que lo había hecho la pasada semana. La pausa del almuerzo había terminado, así que era justo su clase yo debería superarla, pero aún así decidí centrarme en el trabajo en vez de derretirme por él.

El aniversario de la muerte de la madre de Ronald dio a la situación un nuevo punto de vista para mi e hizo que de algún modo, mis problemas pareciesen menores.

Seguí a Ginny al vestíbulo y paramos delante de nuestras taquillas, cogiendo los libros de la mañana. De la nada alguien me agarró desde atrás. Mi corazón se tambaleó y chillé del susto saltando en el aire. Me giré y vi a Ronald riendo.

-¡Qué gracioso!.- murmuré, golpeándole en el estómago con mi cuaderno.

El sonrió y echó su brazo sobre mi hombro.

-Lo siento, no he podido resistirme.

Eché una ojeada a sus pies para ver si llevaba sus nuevas zapatillas que elegimos ayer.

-¿Te quedan bien?.- pregunté señalándolas.

Ayer había sido divertido. Era fácil (natural) tener a Ronald alrededor, y aunque desperté tendida junto a él por la mañana, eso ,de todos modos, no nos había hecho sentirnos nada incómodos.

Deseé calladamente poder sentir algo más por él, pero no lo hacía. No había ninguna chispa. Yo quería de verdad a Ronald, pero no de ese modo, no como una novia debería.

No estaba segura de haberlo echo. Pensé que le amaba así en aquel entonces, pero después de estar con Bruno y saber qué se siente al estar en ese tipo de relación, hacía que lo que Ronald y yo tuvimos pareciese algo inmaduro y sólo un poco de diversión.

El asintió.

-Sí, Tengo un par de entrenamientos después de clase esta semana, pero puedo encajar las clases el Miércoles y el Jueves.- Ladeó su cabeza.

-Formidable.- sonreí.

El timbre sonó y el se apartó de mi.

-Chicas las veo en la comida.- dijo mientras se dirigía en la dirección opuesta a donde era la primera clase de Ginny y mia.

Cuando él escapó levanté la mirada vi a Bruno mirándome. Un ceño arrugaba su frente. Cogí mi último libro y caminé con Ginny hacia el gimnasio. Cuando nos cruzamos con Bruno sonreí intentando ser educada.

-Buenos días, Sr. Mars.- saludé intentando sonar segura de mi misma aunque mi estómago tenía mariposas.

El se movió incómodamente sobre sus pies.

A mí no me importa la edad [BM] |Terminada|Where stories live. Discover now