CAPITULO 57

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Cuando lentamente comencé a ser consciente, lo primero de lo que me di cuenta era de que estaba caliente, verdaderamente caliente, sudando de hecho.

Contuve un gran suspiro y traté de moverme pero no podía, el cobertor estaba a mi alrededor, envolviéndome y era muy difícil respirar. Gemí y trate de lanzar hacia afuera el cobertor, pero no cedía y estaba poniéndome más caliente.

Necesito levantarme y tomar una ducha fría. ¿Cuánto tiempo llevaré así? Probablemente sea la hora de ir al colegio o algo…

Me restregué los ojos para ver la hora y me encontré cara a cara con Bruno, que estaba todavía durmiendo a solo unas pulgadas. De repente me di cuenta de que era su cuerpo lo que me estaba envolviendo del todo, en lugar del cobertor que había pensado al principio.

Jadeé por el shock de encontrarme a alguien tan cerca y luego todo volvió a inundarme, causandome un rubor que calentó mi cara y un rápido ansia se disparó hacia abajo cuando recordé algunos de los detalles íntimos de lo que hicimos hasta primeras horas de la mañana.

Sonreí y literalmente me lance sobre él, provocando que gruñera y que sus ojos se abrieran de repente. Se sentó rápidamente, sujetándome en su regazo y mirando alrededor de la habitación como si esperara que un asesino empuñando un hacha saltara sobre él en cualquier momento. Me reí y coloqué mis brazos en su cuello abrazándole estrechamente.

-¿Qué demonios __(tn)? ¿Qué fue eso?.- Preguntó moviendo la cabeza y todavía un poco aturdido.

Me mordí el labio. El sonido ronco de su voz a primera hora de la mañana hizo que todo mi cuerpo vibrara con excitación.

¿Cómo voy a olvidar lo que hice la última noche? En lugar de responderme, le besé. El respondió inmediatamente, sus brazos me arrastraron mas cerca de él, hasta que estuve atrapada cerca de su pecho.

Su sabor por la mañana estaba fuera de este mundo. El chico increíble se despertaba con un aliento fresco como una fábrica de dentífrico, mientras que yo apostaría cualquier cosa a que el mío era como el filete de la última noche.

Rompí el beso y me coloqué frente a él, sonriendo como una idiota. La última noche fue increíble. Las nuevas reglas estarían perfectas en mi libro.

Técnicamente no habíamos tenido sexo todavía, pero las nuevas reglas permitían otras muchas cosas estupendas. Por primera vez en más de tres meses me sentía físicamente satisfecha, de hecho, muy satisfecha físicamente.

-Buenos días.-  Estoy encantada de que todo mi cuerpo estuviera hormigueando.

Sonrió.

-Eso seguro.- contestó quitándome de la cara mi enmarañado pelo.

Todavía llevábamos solo las bragas y los calzoncillos cuando mi pecho se frotó contra él, causando un pequeño gemido que se escapo de mis labios.

Sus manos acariciaron mi espalda hacia mi culo. Cambio mi peso en sus piernas, obviamente cada vez más cómodo. Sonreí, pero ninguno de los dos habló, realmente no lo necesitábamos.

Sólo me abrazó con fuerza sobre su regazo, sus manos acariciando mi espalda, mientras sus ojos se quedaban fijos en los míos y una hermosa sonrisa se extendía por su cara. Al final, después de solo disfrutar de su compañía, no pude soportarlo más.

Apreté mis labios contra los suyos, capturando el de abajo con los dientes y mordisqueándolo suavemente, haciendo que sus dedos se clavaran ligeramente en mi espalda.

La emoción y la lujuria de la noche anterior volvieron otra vez. Era obvio que él lo sentía porque se volvió y puso de nuevo los pies en la cama de lado a lado.

A mí no me importa la edad [BM] |Terminada|Where stories live. Discover now