CAPITULO 50

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Al llegar la hora del almuerzo, me sentía muy hambrienta. Me había saltado el desayuno esa mañana porque el proceso de "elección de la falda" me había tomado unos minutos extra.

Tomé una bandeja y me puse en la fila. Mientras estaba allí de pie eligiendo un sándwich, alguien vino y se puso junto a mí, un poco demasiado cerca para mi comodidad. Fruncí el ceño y me moví ligeramente hacia delante para conseguir un poco de espacio extra, pero la persona se movió para adelante también, presionando su costado contra mí.

Con el ceño fruncido miré alrededor, sólo para descubrir la apuesta cara de Bruno. Tragué saliva y me esforcé en ocultar mi ridícula felicidad.

-Hola, señorita Wright, ¿cómo estás hoy?.- me preguntó sonriendo, probablemente porque sabía exactamente qué efecto provocaba en mis entrañas.

Me mordí el labio y vi que el señor Young estaba en la fila detrás de él.

-Estoy bien, gracias. ¿Cómo estás?.

De mala gana quité mis ojos de él y traté de elegir un sándwich, pero no podía estar quieta, de pie a su lado, el costado de su cuerpo presionando contra el mío.

-Estoy bien hoy. Esperando la noche, tengo algunos planes. ¿Tienes tú algo planeado para esta noche?.- preguntó, ladeando la cabeza, fingiendo estar interesado mientras tomaba una botella de agua.

Me reí un poco incómoda.

-Eso depende de la cantidad de tareas que me asignen hoy. ¿Está usted pensando en darnos la lección completa hoy, señor Mars?.- repliqué.

Elegí un sándwich al azar y me moví a lo largo de la fila, agarrando una bolsa de papas chips sin mirarlas. Se echó a reír y sacudió la cabeza para quitar el pelo de sus ojos, y yo traté de no mostrar ninguna reacción, a pesar de que ese pequeño movimiento hizo que mi corazón palpitara el doble.

-Si ustedes, chicos, terminan con todo en la clase, no debería ser demasiado malo.- respondió él, agarrando su comida. Sonreí.

El señor Young comenzó a hablar con Bruno entonces, así que me escapé hacia la caja registradora para pagar. Estaba tomando un par de servilletas en la última mesa cuando Bruno se detuvo junto a mí otra vez.

Gemí en voz baja. De hecho, me gustaría que se mantuviera lejos en las horas de clase, era una tortura ser capaz de hablar con él apropiadamente o simplemente tocarlo de alguna manera.

-Linda, ¿por qué compras un sándwich de ensalada de jamón?.- susurró, señalando con la cabeza hacia abajo a mi bandeja mientras tomaba algunas servilletas también.

Fruncí el ceño y miré mi bandeja. ¿No lo había hecho, verdad? Leí la etiqueta y me estremecí, rechazándola instantáneamente.
Odiaba el jamón.

Era su culpa por distraerme y hacerme sentir incómoda mientras yo estaba eligiendo. Se rió y puso su sándwich de queso en mi bandeja, tomando el mío de jamón en su lugar.

Me guiñó un ojo y se fue antes de que yo pudiera abrir la boca para preguntarle qué estaba haciendo.
¡Por Dios, era tan dulce! Suspiré soñadoramente y lo vi esperar que el señor Young terminara de pagar su almuerzo antes de que los dos salieran de la cafetería.

Me sentía como caminando por una nube cuando llegué a la mesa de almuerzo de mis amigos. Traté de concentrarme en lo que estaban diciendo, alguien estaba planeando una fiesta para dentro de un par de semanas, pero no pude pensar en otra cosa que en Bruno.

Mi mente derivó hacia nuestro momento en el coche y apreté los muslos pensando en su boca en mi piel. Una docena de fantasías comenzaron a jugar en mi cabeza, las cosas que quería hacer con él o que él me hiciera. Poco más de siete meses, y entonces todo sería más fácil. Solo siete, yo podía hacerlo
Sonó la campana y salté.

A mí no me importa la edad [BM] |Terminada|Where stories live. Discover now