Enfermo

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Las gotas de lluvia azotaban la ventana que daba a la avenida. Alicia se había quedado cerca de 30 minutos mirando y siguiendo el ritmo que marcaban. La música se le antojaba tan melancólica que terminó por levantarse únicamente para apagar el reproductor. Se encogió de nuevo bajo la manta de franela y se subió en el sofá que daba de frente a la puerta del departamento. Consultó la hora con desgana: 1:30 am. Suspiró y de pronto se le ocurrió que quizá Tom se habría ido con Nick a algún bar.

Haciendo uso de una fuerza sobrehumana se levantó y cogió el teléfono. Marcó el número del celular del Manager y se quedó esperando; el corazón le dio un vuelco de esperanza cuando escuchó la joven voz al otro lado de la línea.

─ ¿Bue-bueno?

─ ¡Nick!

─ ¿Quién habla?

─Alicia...

─Oh, hola, Alice, querida. ¿Cómo estás? ¿Estás bien?─ la voz de Nick se escuchaba somnolienta, y el ambiente en el que estaba era demasiado quieto para seguir pensando que se encontraba en un bar.

─Sí, estoy bien. Bueno, en realidad no. Se trata de Tom, ¿de casualidad no está contigo?

─ ¿Tom? No, Alice, a menos que esté acostado a lado mío y no lo haya notado...─ Nick trató sin suerte de aligerar el tono de angustia con que la chica le hablaba. ─No, ¿no está contigo?

─Se fue, hace como tres horas o más. No sé en dónde está.

─Pe-pero, ¿ya le has llamado? ¿Cómo que se fue? ¿Está como perdido?

─ ¡No sé! Por eso te estoy llamando, hoy llegó muy raro...

─ ¿Raro?─ Nick parecía luchar, Alicia dedujo que se estaba levantando de la cama.

─Sí, venía como drogado, o tomado... No lo sé.

─ ¡Vamos! Es Tom, él jamás se drogaría...

─ ¡Eso es lo peor! No sé qué tiene... ¿Crees que puedas venir? Eres su amigo, Nick, por favor...

─Claro, claro... Dame media hora, yo llego.

─Gracias...

─Eh, Alicia. Tranquilízate. No debe ser más que una mala jugada del buen Tom.

─Sí, vale... Date prisa, por favor...─ colgaron, Alicia se dejó caer de nuevo en el sofá y se arrebujó como un gato. Se quedó mirando fijamente la puerta esperando que por arte de magia Tom apareciera de nuevo, curado. Los truenos hacían retumbar la tierra a lo lejos. Se estremeció como una niña de seis años, tras 20 minutos que se le hicieron como dos siglos, alguien llamó a la puerta. La chica saltó y corrió para abrir, aún vestía la ropa formal que le era exigida en el trabajo, lo único que no traía eran las zapatillas.

Nick apareció con un rostro adormilado y sostenía un vaso de café en la mano. Bostezó en medio de su intento por decir un "Buenas noches". Alicia lo hizo pasar y le contó con pelos y señales lo que había pasado con su novio, horas antes. Nick no la interrumpió y conforme avanzaba en el relato su sueño, parecía irse difuminando. Cuando terminó de escuchar dio un largo suspiro y se terminó de un trago el café que le quedaba.

─Es bastante extraño... Ni siquiera parece que estuviera drogado. Es otra cosa...

─No sé. Pero, si no fue a trabajar ¿Qué le pudo haber pasado? Y ahora no sé en dónde está.

─Le has llamado, supongo...

─Le he dejado cerca de diez mensajes de voz, y unas 40 llamadas perdidas. No contesta.

Este cuerpo es un errorWhere stories live. Discover now