Loki, el dios del apocalípsis

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─ ¿Alguna vez te dijeron que eres una niña bastante molesta?─ la voz retumbó en su cerebro, y Alicia tardó unos cuantos minutos en tomarles sentido y en abrir los ojos. Cuando sus párpados se abrieron vio los ojos verdes de Loki y sus labios unidos en una línea, feliz no estaba. Se acordó del doloroso chasquido de sus huesos al romperse en su pierna y se levantó para sentarse en la cama que reconoció como suya. Su pierna sólo lucía roja en el área de la pantorrilla y rodilla. Miró al Dios recordando de pronto lo que había pasado.

─Yo... Lo siento, tenía curiosidad...

─Pues fuiste una idiota, te pudo haber matado...

─Lo sé, lo sé... ¿Qué diablos es eso?

─Eso, es mi cetro, mi centro de poder. Pero sólo lo puedo tocar yo, reconoce mi tacto, hace lo que le pido...─ Loki se enderezó y se puso de pie, hasta entonces la chica se dio cuenta de que estaba de rodillas a su lado. ─Si alguien más lo toca... Bueno, ya sabes lo que le puede pasar.

─ ¿Por qué lo tienes aquí?

─No lo iba a dejar en Asgard, se supone que lo perdí en batalla, se supone que no existe. ¿Entiendes?

─Esa cosa... Esa cosa hace sólo lo que tú le pides... O ¿Con que seas tú el que pone la mano en él responde?─ él frunció el ceño y Alicia se dio cuenta que estaba preguntando de más, pero algo le había hecho "click" en el cerebro y sabía que necesitaba esa información. Loki suspiró.

─Es cosa que no te importa, Alicia.─ respondió él con un tono frío. Ella bajó la mirada y se puso a sobar con cuidado la pierna mala. ─Te la partiste en dos, pero ya está arreglada, es fácil para mí. Ahora sabes que no debes tocar mi cetro, ¿verdad?

─Sí, ya lo sé.

─Bien, ahora me iré a dormir, no quiero que me molestes... No quiero oír nada, y si vuelvo a escucharte gritar, aunque estés agonizando no abriré mis ojos ni te ayudaré ¿Entendido?

─Sí, señor.─ Alicia no levantó la vista hasta que Loki salió de la habitación y escuchó la puerta de su habitación cerrarse. Respiró con dificultad y se dio cuenta que había estado inconsciente media hora. Se frotó la cabeza y salió de la cama para ir a la cocina por un vaso de agua. Una idea bastante descabellada se le estaba formando en la cabeza, bebió dos tragos y se puso a pensar en las posibilidades que tenía de llevar a cabo el plan. Pensó en escribirlo en su libreta de notas pero desistió, se fue a acostar para concebir el plan en sueños.

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─ ¿Por qué te interesas tanto por ese mortal, Sif?

─Porque sabe algo, y necesito ese algo...

─Sif, por lo que he escuchado está completamente loco, lo que sepa deben ser historias inventadas.

─No están entendiendo, seamos sinceros, ¿de cuándo a acá, Odín trae como prisioneros de guerra a midgardianos?

─Eso es bastante extraño, en realidad, Sif. Creo que en ese aspecto comparto tu escepticismo.

─Gracias Hogun. ¿Lo ven? Díganme la última vez que hayamos tenido a un midgardiano tan... Tan... No sé cómo llamarlo... ¿Tierno?

─ ¿Tierno? ¡No inventes, Sif!─ Fandral negó con la cabeza varias veces. ─Ese hombre está loco, lo-co.

─Bien, loco. ¿Cuándo? ¡Díganme!─ Sif levantó los brazos mientras miraba con disgusto a los Tres Guerreros, ellos compartieron miradas nerviosas y negaron. ─Ahí lo tienen, esto es extraño... Por eso debemos mantener vivo a este prisionero, al menos hasta que Odín vuelva y podamos hablar con él.

Este cuerpo es un errorWhere stories live. Discover now