¿Bailamos?

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La nieve se acumulaba a la orilla de las aceras. Un abrigo y la bufanda hasta arriba de la nariz no evitaban la descarga de aire helado que bañaba su rostro. Temblando subió la escalera hacia su oficina debido al ascensor descompuesto. Al instalarse en su cubículo sucumbió en su silla y cerró los ojos. Las últimas semanas había vivido más de lo que viviría en toda su vida, quizá moriría joven.

─ ¿Carson?

─ ¿Jefe?

─Vendrás a la cena de navidad, supongo...

─Ammm, sí. Creo...

─Puedes traer a tu novio si quieres...

─No, gracias, no va a venir.

─De acuerdo, será el lunes 23. Y les dejo libre el 24 y 25.

─Jefe, muchas gracias...─ el señor con bigote de morsa se marchó para seguir invitando a los demás empleados a la cena. Alicia lo miró irse y suspiró. Sabía que necesitaba descansar y esos dos días le vendrían de encanto. Más para su magnífico plan de rescate que tenía planeado para el sábado siguiente a la Navidad.

Ese día pasó más lento que una tortuga con reumas. Alicia veía con insistencia el reloj, y las manecillas parecían no caminar. Desesperada de estar frente al monitor tanto tiempo, salió para tomar un poco de aire, ese viernes Loki de nuevo se dormiría, entonces haría la prueba que le revelaría si podía seguir pensando en la posibilidad de rescatar a Tom o mejor se olvidaba de una vez de ello para poner todo su empeño en ayudar a Loki para conquistar su mundo.

Fue la primera en bajar corriendo las escaleras hacia la avenida, una suave llovizna de agua-hielo le dio de lleno en la cara, maldiciendo el clima de Londres buscó en la neblina un taxi disponible. Una vez dentro sintió los nervios consumirle las entrañas. ¿Qué estaba a punto de hacer? No sabía, pero lo único que quería era tener a Tom de nuevo cerca.

Sabía que Loki no era malo, bueno sí, pero tenía sus motivos a pesar de no ser justificación. Había visto su vida, los sucesos por los que había pasado y que endurecieron lentamente su corazón, y por un poco, casi lo llegaron a pudrir. Pero sabía que había un toque de luz dentro de ese ser tan frío, si tan sólo supiera la manera de despertar su piedad, su poca compasión... Escarbar dentro del hoyo negro de su alma... pero, ¿cómo? ¿Cómo lo haría? Si tan sólo pudiera...

─ ¿Señorita?─ Alicia dio un respingo, habían llegado al edificio y el conductor la miraba con una ceja levantada.

─Ay, perdón, estaba distraída...

─Lo noté... ¿Está enamorada?

─ ¿Qué? Ah, no... Bueno sí... Bah, ¿cuánto le debo?...

Cerró la puerta del apartamento y se dejó ir hasta el piso. Debía preparar la cena, actuar normal con Loki. Él debía irse a dormir cuanto antes, pondría música relajante... ¡Demonios! Le daría un masaje para hacerlo dormir, pero el dios era astuto, lo único razonable que podía hacer era actuar normal, pensar que sería un día "X", un día en el que no arriesgaría su vida... Otra vez.

Preparó sándwiches de jamón de pavo con queso blanco, y tomate. Se esmeró en hacer una malteada de fresa y té. Se sentó en el taburete a esperar que Loki llegara, habían hablado poco de lo que ella había visto sobre su vida. Ambos aceptaron que actuar indiferentes al hecho, era lo mejor. A las diez Loki, disfrazado a la perfección de Tom, entró. Se quitó el abrigo y fue él de nuevo, su cabello negro húmedo por la lluvia le caía desigual y despeinado a los lados del rostro. Sonrió de lado y Alicia respondió con la mano.

─Buenas noches...

─Loki, creí que no vendrías...

─ ¡Te preocupas por mí! Qué linda...

Este cuerpo es un errorWhere stories live. Discover now