parte 11

65.3K 3.2K 2.1K
                                    

- Ritsuka... Esto es... Una broma, no?

- No Mika, no lo es...- dije mirando mi plato ya servido.

- Ritsuka... Tu lo amas?

- No Mika.- sentí algo raro en mi interior- me di cuenta de que solo fue una leve confución, ademas, despues de lo de las fotos, es obvio que él no es para mi.

- Eres un tonto, lo sabias?- me dijo con una sonrisa que no concordaba con el momento.

- Lo se...- dije al tiempo en el que sentia su frio tacto en mis manos.

La 'celebración' fue todo un triunfo a pesar de todo. Mika pareciò no darle mucha importancia al tema. O quiza no mas de lo debido. Al terminar fuimos a casa. Usagi estaba en la cocina haciendo quiza que cosa, mi madre estaba en el sillon con 'padrastro', veian una pelicula. Seguia agradecido de que la cuidara. Pero aun asi... Es mi madre. MIA.

Subimos a mi habitación. Lleve su gran maleta hacia arriba, ella solo se recostó en mi cama y esperó a que yo llegara. Cuando entré vi que estaba de espaldas a la puerta. Dejé la maleta a un lado de la puerta, la cual cerré con seguro, y me acosté detras de ella. Pasé mi braso por su delicada cintura, y delicadamente, la apagué a mi cuerpo. Su calor se me hacia tan familiar, pero a la vez extraño. A pesar de haber pasado casi nada con Usagi, me habia acostumbrado a su calor. Sonará tonto, pero no eran iguales.

- Ritsuka... No quize arruinar la comida, por eso no dije nada. Pero en realidad estoy bastamte molesta.- me dijo al tiempo en que sacaba mi mano de su cintura y se sentaba en el borde de la cama.

- Mika, yo se que no debí hacerlo, pero me confundí, ya no volverá a pasar, mi lugar es contigo. Siempre será contigo.

- Y si vuelves a "confundirte"?- dijo haciendo ademan de comillas.

- No pasará Mika. Te lo prometo.

- JURALO RITSUKA!- se volteó hacia mi. Vi una lagrima correr por su mejilla

- Alguna vez te he dicho por qué no he de jurar?

- N-no... Por qué?

- Porque cuando uno jura nunca lo cumple, en cambio las promesas si se cumplen... Raro, no?

- Ritsuka... A pesar de todo te amo

- Yo igual te amo Mika.

- Aun que... Viendo el lado positivo... Podre molestarte bastante!- me dijo entre risas.

Luego de eso pasamos el rato entre jugueteos y risas. Amaba esos momentos. Son tan especiales. Esos momentos son los que se quedan en tu memoria por siempre.

Bueno... El embarazo de Mika fue bastante normal. Estabamos realmente unidos. Eramos como una pareja madura. Mi madre no ponia problemas, ya que no habia mas que hacer.

Con respecto a Usagi... Se quedó solo. Tampoco le tenia rencor. No soy rencoroso. Él se castigaba solo estando encerrado dia y noche en su habitación. Lo veia algunas mañanas entrando o saliendo del baño.

La relación con Mika, como ya dije, era perfecta. Pero no duró mas de los 9 meses que dura un embarazo.

El dia que nacio el pequeño fue un dia esplendido, estaba soleado, el clima era tan refrescante. Pero yo estaba realmente nervioso. Ver a Mika sufrir por sus lavores de parto fue realmente dificil. Supongo que a todos los padres les pasa lo mismo... O a la mayoria...

Tenia una hija hermosa. Su pelo era castaño claro, sus ojitos eran plomos, tenia la sonrisa de su madre, pero era mas bien parecida a mi. Su nombre era Kohana. Pensamos en ponerle Hana, pero al ver lo pequeñisima que era, nos parecio mejor Kohana.

Mika estuvo interna por 3 días. Al tercer dia nos fuimos a casa. Mi madre estuvo con nosotros desde que nos fuimos al hospital, hasta que llegamos. Y obvio en todo momento desde ahí.

El problema con Mika comenzó al segundo dia de llegada. Ella no queria alimentar a Kohana de la forma tradicional, decia que le dolia. Por lo que optamos por darle leche para bebes, la cual era apta para recien nacidos. Aun asi yo siempre creí que no era mejor que lo que Mika podria darle.

Pasado eso, Mika no queria estar nunca con ella. La dejaba en su cuna mirando los juguetes por horas. Tenia que ir yo por la pequeña y darle su leche. De no ser asi, podria pasar un dia completo sin comer.

Las noches no era tan malas. Kohana dormia realmente bien. Pero cuando despertaba era yo quien iba a verla. Mika solo se tapaba la cabeza con la almohada y seguia durmiendo.

Ciero dia en la noche, antes de dormirme, Mika me abrasò fuerte y apolló su cabeza en mi pecho.

- Prometeme que jamas dejarás de amarme, Ritsuka.- noté su voz quebradiza.

- Si Mika, te lo prometo... Ya lo habia hecho... - le correspondí el abraso- por qué esto tan repentino?

- Porque algun día ya no estaré.

Dicho esto, la habitación quedo en silencio. Yo me dormí. Mika se durmio. Esa noche Kohana no despertò, por lo que dormi toda la noche. Un descanso realmente merecido. Pero mi sorpresa en la mañana fue paralizante.

Mika se habia ido.


...

hermanastros... y algo masWhere stories live. Discover now