parte 14

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Aquella tarde no quize hacer mucho, me daba algo de verguenza mirar a Usagi. Que quería Usagi ahora...?, que siga como si nada?, volver?, seguir como siempre?... Como saber si no esta tramando algo nuevamente.

En la noche Kohana no queria dormir, por lo que Usagi se ofreció a verla un rato.

- Ritsuka- me dijo repentinamente- Kohana tiene mucha fiebre.

Me hacerque a ella, y si. Estaba hardiendo en fiebre. La culpa fue inmediata, quiza no debí estar con ella afuera tanto rato.

Fuimos de inmediato al hospital. El termometro marcaba 39,8 de fiebre. Yo estaba desesperado. No la atendian nunca.

Cuando por fin nos llamaron, entré solo, ya que solo podia entrar una persona con ella. Le tomaron la temperatura, marcaba 39,6 en ese momento. Habia bajado un poco, pero aun asi era grabe. Me pidieron sacarle un poco de ropa, para que le bajara un poco mas la temperatura.

A pesar de la grabedad de la fiebre, me dijeron que debia esperar. Kohana estaba realmente grabe. Era tal su fiebre que no podia llorar. Su respiración era pesada. Abria los ojos a ratos. Solo los abria para mirarme. Pero aun así su mirada estaba perdida. Su dolor debía ser incomparable... Me habia pasado esos seis meses tratando de que no sintiera dolor, el menor posible. Pero tarde o temprano debia enfermarse, y es normal, pero quien sufre aqui no era yo, era ella.

Pasaban las hora y Kohana no mejoraba, en realidad su fiebre parecia empehorar. Usagi iba cada 5 minutos a ver cuanto faltaba para que la atendieran. Las respuestas eran un asco. La atención era un asco. Todo era un asco.!

- Ritsuka... Y si vamos a otro lado?

- Pero Usagi... Ya deben estar por llamar... Perderemos todo el tiempo aqui por ir a otro lado a esperar el mismo tiempo, y todo denuevo.

- Ritsuka, podemos ir a una clinica.

En ese momento la respiración de Kohana se sentio mas pesada y ajitada de lo que ya estaba. Sus puños se apretaron con fuerza. Abrió sus ojos, estos estaban brillosos por la fiebre. Sus labios estaban rojos; un rojo intenso, incomparable. Sus ojitos grises miraban fijamente los mios. Pero algo estaba mal, debian atenderla YA.

- KOHANA!- grité de forma casi instintiva.

- Que pasa?- me dijo Usagi preocupado

Me paré de la incomoda silla y fui al meson de atención

- POR FAVOR!, DEBEN VERLA AHORA!, ESTÁ EMPEHORANDO!

- Calmese señor- me dijo la ineficinte mujer.- veré que puedo hacer.

Pero la mujer no se movio.

- SEÑORA MI HIJA ESTA MAL!

- Señor, calmese, todos aqui estan mal, que no ve?, por algo estan en 'urgencia'- remarcó con la voz la ultima palabra.

No podia sentarme. Me quedé de pie mirando a Kohana. Sus ojos seguian mirandome. Estaba hirviendo en fiebre. Era como si la estuviesen quemando por dentro. Mi corazón latía freneticamente, el verla así me partía en mil pedasos.

- Tranquila pequeña... Todo pasará muy pronto.- le decía intentando contener mis lagrimas.- Esto va a pasar, y seguirás con tu vida... Serás una niña hermosa, la mas hermosa del mundo...

No podia dejar de hablarle. Mi voz la regresaba a la tierra, lo notaba porque me miraba con atención, su mirada ya no estaba tan perdida como antes.

- Ritsuka, no mejora?

- No, pero ya lo hará pronto. Es fuerte.

- Ritsuka, en serio, vamonos.

- Usagi... No aguanto mas, vamos.

Dicho esto comenzamos a caminar hacia la salida. Pero estando a un paso de salir por la puerta, pasó algo que jamas eh logrado terminar de comprender.

Miré a Kohana, deteniendome en seco, justo en frente de la puerta. Kohana apretó con fuerza los puños. Yo toqué su carita. Por algun motivo quise agacharme, y lo hice.

- Kohana... No...

Su pesada respiración dejó de sonar. Sus labios seguian rojos, pero era otro rojo, nadie sabria explicarlo, solo los que lo han vivido. Su inocente sonrisa apareció por ultima vez. Sus puños se suavizaron lentamente. Su pecho dejó de moverse al ritmo de una respiración agitada.

En aquel momento no podia oir nada. La vista se me nubló en seco. Pero alcansé a distinguir la figura de un doctor tomando a la pequeña y llevandosela consigo. Usagi me detenía, no queria dejarla ir. A pesar de mis esfuerzos por seguirla, no tenia fuerza. Todo iba en camara lenta. Sentía como se desmoronaba el mundo al verla alejarce en brasos agenos.

... Murió en mis brasos...




...

hermanastros... y algo masWhere stories live. Discover now