parte 12

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En un principio pense que Mika estaba abajo, por lo que guarde la calma. Fui a ver como estaba Kohana, y al igual que todas las mañanas, estaba estupendamente, y seguia dormida. Bajé con ella en mis brasos, no me gustaba mucho dejarla sola. Cuando llegue abajo encontré a mi madre tomando desayuno con "padrastro". Usagi iba saliendo de la cocina con su desayuno. Al verme dejo sus cosas en la mesa y se hacerco a ver a Kohana. Me habia dado cuenta de que a Usagi le gustaban mucho los bebes. De vez en cuando me ayudaba cuando me desperaba intentando saber que le pasaba a Kohana. No podia evitar mirarlo con algo mas que "amistad" de hermanastros... Me resultaba realmete dificil no hacerlo, practicamente imposible.

Usagi me preguntó si podia cargar a la pequeña, y lo dejé. Siempre lo dejaba. Fui a la cosina por Mika y no estaba.

- Madre, y Mika?- le pregunté cuando salí

- No está contigo?, no la he visto.

Me recorrió un frio extraño por el cuerpo, el cual me hizo subir disparado a mi pieza. No habia nada de ella. No estaba su ropa, nada. Pero algo llamó mi atención. Debajó de mi velador, por ese pequeño espacio que quedaba entre la madera de este y el suelo, se asomaba la punta de un papel blanco.

"sé que estará bien contigo. Me voy a donde pertenesco.

Te amo"

Me sentí destruido. ¿acaso iria a su casa?, ¿que era esto? ...

Bajé corriendo las escaleras, llegue a la puerta principal, la cual abrí bruscamente. Al llegar afuera mire hacia todos lados. La calle estaba decierta. Comenze a correr hacia donde mis piernas me llevasen. Las calles las cruzaba sin mirar, y sin parar.

Como podia estar pasando esto...!?, Mika me dijo que estaría siempre... Me sentia fatal. Durante el trallecto me fue inevitable soltar un par de lagrimas, las cuales rebalaron por mi sien, mojando levemente mi cabello.

En cierto momento me detuve. Solo ahí me di cuenta de que habia llegado a su casa. Se veia tan deprorable como siempre. Fui a ver por las ventanas. El interior era tan o quiza mas deprimente que el exterior. Las gruesas cortinas de color azul oscuro no dejaban entrar mas luz de la que los pequeños espacios entre ellas les permitian a los rayos del sol. Las rumbas de loza sucia llegaban hasta casi el techo de la cocina. En cierta ocación creí haber visto una cucaracha caminando entre los trosos podridos de comida. En una esquina de la cocina, la cual miraba en ese momento, habia una montaña de ropa sucia, con holor a humedad podrido.

Me dispuse a mirar por la ventana de su pieza. No se veia nada, por las mismas cortinas, por lo que abrí la ventana, y sin pensar en las concecuencias, entre.

Su pieza era una maravilla. Era realmente ordenada. Era quiza una pieza ideal. Pero no era ideal sin su dueña... La cual brillaba por su ausencia.

No vi nada fuera de lo común, por lo que salí de ahí. Quiza en un mal momento, porque al momento en el que mis piez tocaron la tierra seca del costado de la casa, el auto de sus padres se estacionaba en frente de esta. Ese auto sonaba tan terrible, que te imaginabas maquinaria extraterrestre imbadiendo la tierra. Era un sonido espantoso.

No sabia que hacer. La ventana de Mika estaba al mismo lado que la puerta. En ese momento, otra pregunta se me vino a la mente... ¿que hacian ahí si ellos trabajan hasta muy tarde?

Comenzé a mirar a todos lados y solo conseguí ver un basurero justo a continuación de la puerta. Este, como era de imaginarse, estaba rebosante de basura. Basura podrida. No era de extrañar que habian moscas... Y otros bichos que jamas en mi vida habia visto en otro lugar...

Me escondí detras de este, intentando esconder lo mas posible me figura, sin tocar la asquerosa masa putrida a mis espaldas.

La pareja llego sin tardar a la puerta. Mi corazón latia a millones por hora. Escucho el sonido inconfundible de un juego de llaves. Y al segundo siguente, el sonido inconfundible de un juego de llaves callendo al suelo.

- SIEMPRE LO HACES TODO MAL!- le grito la madre de Mika al hombre.

- Será que tu me haces hacer todo mal.- le respondio entre dientes.

La gran mujer de agachó para recojerlas. Pude ver parte de su enorme trasero asomarse entre las toneladas de basura y hongos. Me corri levemente hacia atras. Quiza fue lo peor que podia hacer en ese momento. Al apollarme sobre la pared sonò un crujido espelusnante.

- Oiste eso?- dijo la mujer

- De seguro fueron tus pantalones rasgandose. Siempre te pasa igual mujer. Eres una abominaciòn!

Agradecí ese trato por un segundo. Entraron rapido a su casa y de inmediato comenzaron los gritos de peleas.

Me alejé rapido de aquel lugar. El olor me estaba quemando por dentro. Me saqué el poleron para ver que habia aplastado. Y como lo pense... Habia sido una cucaracha del porte de una pelota de tenis. Una sensación desconocida recorriò mi cuerpo desde los pies hasta la cabeza. Dejé la prenda entre los escombros putridos y me fui corriendo de aquella posilga.

Llegue a casa cansado. Lo priero que vi fue a Kohana en brasos de "padrastro". Mi madre me miraba con una cara casi de odio. Se me hacercó y me llevo de la oreja hacia su habitación.

No podia dejar de pensar en Mika. Y en esa cuaracha. Tenia ganas de llorar. Unas ganas increibles... De llorar... Dicen que los hombres no llorar, pero solo son dichos idiotas de gente imbecil. Los hombres quiza lloramos mas que las mujeres. Solo que nos lo guardamos... No se cuanto rato habia pasado de que estab absorto en mis pensamientos, mientras veia la boca de mi madre moverse sin parar. Hasta que vi que se detuvo. Alcanzé a notar en sus muecas que decia mi nombre.

Una lagrima resbalò por mi mejilla, y solo dije lo necesario.

- Mika nos avandò madre.- ella iba a decir algo, pero justo se escuchó el llanto de Kohana.- debo ir.

Sequé la lagrima que ya iba por mi cuello y la que venia en mi mejilla contraria. Tomé aire profundamente. Sonreí como siempre. Y salí por Kohana.

- Tranquila, ya estoy aqui- le dije al tiempo que la tomaba- perdón por dejarte sola tanto rato pequeña, no volverá a pasar.

Cuando la apollé en mi pecho se calmó inmediatamente. Me proujo un sentimiento realmente hermoso, pero inexplicable.

...

hermanastros... y algo masWhere stories live. Discover now