Capítulo 1: Infancia

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Naruto Uzumaki

Tenía apenas siete años y estaba aquí vestido de negro cogido de la mano del mejor amigo de mi padre, Fugaku Uchiha y no podía dejar de mirar los féretros bajar en ese agujero en el suelo mientras el cura decía las últimas palabras, las palabras de despedida a mis padres. Todo era muy irreal, creo que ni siquiera me había hecho a la idea de que ya no volvería a verles, aún tenía en la cabeza la esperanza de que cuando me girase, estarían mis padres tras de mí sonriendo y abriendo sus brazos para acogerme como siempre hacían.

Quería llorar pero no me salían las lágrimas, seguramente porque no me había hecho a la idea definitiva, pero no podía esconder mi dolor ni mi tristeza. Miré a un lateral para ver a Itachi con tan solo diez años que agarraba de su mano a su hermano Sasuke, de la misma edad que yo. Ellos habían estado siempre conmigo, erámos amigos desde que podía recordar y lo sabía, porque Fugaku Uchiha estudió con mi padre en la misma facultad y no se habían separado jamás, habían sido grandes amigos.

Mi padre... Minato Namikaze, un gran empresario, un buen amigo y aún un mejor padre, le adoraba, me encantaba su sonrisa, su forma de jugar conmigo, su cariño. Me parecía mucho a mi padre físicamente, rubio y ojos azules, todos los del pueblo comentaban lo guapo que sería de mayor, tal y como mi padre pero también esperaban que fuera igual de buena persona que lo fue él. De mi madre... Kushina Uzumaki, una chica rebelde y enérgica, de ella puede que no sacase prácticamente nada de su físico, ni su color de cabello rojizo, ni sus ojos verdosos, pero saqué su carácter luchador, su carácter alegre y jovial, era la madre perfecta, me quería y yo la quería a ella, pero ese accidente me los había arrebatado y sólo me preguntaba una y otra vez por qué yo estaba aquí... estaba vivo y ellos estaban siendo enterrados. ¿Por qué aquella noche me quedé a dormir en casa de mi mejor amigo? ¿Por qué decidí quedarme con Sasuke Uchiha?

Mi padre había fundado una empresa destinada a la fabricación de vino y Fugaku le había ayudado a fundarla poniendo capital, eran socios, amigos y vecinos. Todas las semanas estábamos juntos, siempre quedábamos para ir a tomar algo y yo me había criado al fin y al cabo, con los hijos de Fugaku, éramos grandes amigos.

Itachi trató de sonreírme para calmarme, pero yo aparté la mirada confuso y entristecido por la pérdida. ¿Cómo era posible? Hacía apenas dos días estaba recorriendo los viñedos de la familia Uchiha con mi padre, le ayudaba con el negocio o eso creía yo... porque a mí sólo me dejaba hacer ciertas faenas no muy complicadas, pero era un rato que estábamos juntos. Había estado corriendo y jugando con Sasuke por toda la hacienda y es que la familia Uchiha tenía una hacienda inmensa, llena de ganado, caballos y viñedos.

Mi padre y Fugaku siempre se habían llevado tan bien, que cuando montaron la empresa, Fugaku le regaló a mi padre una pequeña parcela junto a la casa principal en el propio terreno de la familia Uchiha para que se construyese la casa y esa es la que ahora... era de mi propiedad, aunque claro, seguía dentro de los dominios de los Uchiha.

- Vamos Naruto – me dijo Fugaku mirándome atentamente y sin soltar mi mano – volvamos a casa – comentó cuando el entierro finalizó.

Agradecía a Fugaku que me hubiera acogido en su casa, de hecho estaba haciendo los trámites legales para acogerme y es que al no tener más familia, me habría tenido que ir a servicios sociales y seguramente, a un orfanato, pero Fugaku se había hecho cargo de mí junto a su esposa y sus dos hijos.

- Ven aquí cielo – me dijo Mikoto con esa suave voz que tenía siempre y fui hacia ella recibiendo su abrazo - ¿Estás bien? Venga, volvamos a casa y te haré una sopa caliente.

No hablé pero ella entendía mi dolor. Me cogió de la mano y me hizo seguirla hacia el vehículo. Miré por las ventanillas a medida que nos acercábamos a la casa principal y no podía evitar sorprenderme de los inmensos terrenos de los Uchiha. Cuando me giré, me encontré con Sasuke sentado a mi lado que me miraba con su talante serio como siempre pero me extrañó cuando en vez de meterse conmigo como siempre hacía, cogió mi mano y la sostuvo entre la suya como tratando de darme ánimos y agradecí el gesto forzando una leve sonrisa mientras apretaba más su mano intentando darme fuerzas a mi mismo para afrontar esta situación.

¿Hermanos? (Naruto-Yaoi)Where stories live. Discover now