Prólogo.

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Victoria. Ése es mi nombre. La que ha triunfado. Y para ser sinceros, no es que haya triunfado en la vida. Tengo 20 años y hoy hace 15 días.

Hace 15 días que no me golpea. Sí, sé lo que piensan. La típica historia cliché de la adolescente buena y desgraciada a la que su padre lastima, y cuando está por quebrarse, aparece un bello príncipe azul y la salva de caer.

Ése es el problema, creer que mi vida es una historia de cuentos y que alguien va a venir a salvarme. Los príncipes azules sólo existen en las historias de niñitas que me contaba mi madre cuando era pequeña. ¡Dios! Mi madre, cómo la necesito...

Pero bueno, ya acepté que en mi vida nada es bueno y que nadie me puede ayudar. Ésta es mi jodida realidad, nadie va a salvarme de los golpes. Nadie va a salvarme de la puta navaja.

Sí, también eso. Auto-flagelo. Un golpe, una cortada. Sé que eso no está bien. Lo sé. Pero aun siendo una persona a la que golpean, una persona que recibe golpes, y no se imaginan cuánto duelen, el dolor emocional es mucho, pero mucho más notorio y fuerte. Entonces necesito liberarlo de alguna forma.

Ésta es mi historia. Mi vida es una mierda.

Nadie puede salvarme.

¿O sí?



[CORREGIDO]

VictoriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora