Final

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No lo sabía. A decir verdad no me importaba si lo encontraría, si no el hecho de que teníamos un próximo destino. Inglaterra.

Comenzaría una vida nueva lejos de la bestia.

Lejos de Jacob.

Cometí un error. Que es el que cometen la mayoría de las personas. Ese error es idealizar a la persona que uno ama.

Creemos que por amar a alguien esa persona es perfecta. Que no se puede equivocar. Que no nos va a lastimar nunca. Que nunca nada le saldrá mal. Que siempre estará para nosotros ente otra cantidad de cosas.

Entonces cuando esa persona nos falla, sufrimos, nos duele. Lloramos, nos decepcionamos.

Pero no sabemos apreciar lo bello del momento. Cuando una persona nos gusta, cuando nos sentimos enamorados debemos saber que eso puede durar para siempre pero que también puede ser algo efímero y no necesariamente tiene que ser malo por tener un final.

No diría tampoco que nunca debemos estar tranquilos y que siempre vamos a ser lastimados o que tenemos que acostumbrarnos a que las personas que amamos nos engañen.

An me contó que era lo que realmente había pasado con Jacob y sinceramente le creí.

Pero entendí que no puedo atarme a una persona. Que somos seres individuales que nacemos y morimos solos. Que amamos a una persona, y si, podemos amarla por el resto de nuestros días, pero no necesariamente tenemos que estar a su lado.

Yo ya tenía una idea planteada desde que decidimos irnos de esta ciudad. Cuando Jacob apareció en mi vida creí que podía ser una excusa para seguir en la monotonía de lo que era mi vida antes de conocerlo.

Pero la realidad es que, si él no hubiese aparecido, muchas cosas que sucedieron no hubiesen pasado. Por eso tengo que agradecer el haber estado a su lado. Porque gracias a él, pude descubrir que en realidad la bestia no era mi verdadero padre. Pero más allá de eso pude conocer lo que era enamorarse.

No necesariamente siempre vamos a tener historias con finales felices. Pero si podemos tener historias con momentos felices.

No está mal que terminen las historias, mientras haya historias que contar.

Hoy dejaremos la ciudad. Pero con una sonrisa. Me espera algo nuevo. Algo mejor.

Me espera la vida allí afuera. Me espera una vida sin golpes. 

Mentiría si dijera que ya no lo amo. Pero también mentiría si dijera que nunca lo dejaré de amar. A lo mejor me tarde años, pero si, lo haré. Y él también lo hará.

De lo único que estoy segura es que nunca lo voy a olvidar. Ese es mi para siempre.

-Ya, deja de soñar despierta y ayúdame con esta hermosura.-An me interrumpió mientras pensaba y me paso a Rookie, junto con su bolsito para viaje.

-Me parece absurdo que llevemos un perro An, ni siquiera sabemos dónde vamos a vivir.

-No la escuches Rookie.-Señaló al perro.-Es malvada.-Reí

-De acuerdo, me callo.-Dije fingiendo rendición.- Vámonos. Inglaterra nos espera Rookie.-Dije y el perrito me respondió con un ladrido.

-Oye, soy tu mejor amiga-Me señala y luego señala a Rookie.-Y tu madre. ¿Cómo es que tienen una conversación y me excluyen de ella?-Pregunta simulando ofenderse y yo rio.

-Dios, An. Eres todo un caso.-Reímos mientras nos subimos al automóvil y dejamos atrás toda la mierda que pasamos.

No todas las historias tienen un final feliz. Pero mi historia recién comienza.  

Victoria. Ese es mi nombre. Significa Valentía. La que ha triunfado. Soy valiente y triunfé. Conocí el amor. Me enamoré por primera vez. Reí como nunca en la vida. Pude soltar un dolor tan grande que padecí por años y a partir de hoy comienzo a dejar de sobrevivir para vivir de nuevo.








VictoriaWhere stories live. Discover now