Capítulo VII

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Me desperté por el constante ruido de mi celular. Mierda ¿Quién diablos era capaz de molestarme mientras dormía? No sabía que hora era exactamente pero lo que si sabía era que mataría a quien sea que se atreviera a molestarme mientras malditamente dormía. 

Cualquier persona que me conozca al menos un poco sabe que no puede:

1. Insultar a Damon Salvatore

2. Insultar la comida delante mío

3. Y ultimo, pero no menos importante ¡¡¡NO DESPERTARME CUANDO ESTOY DURMIENDO!!!

Estaba tan dormida que ni siquiera fui capaz de mirar el identificador de llamada. Por lo que tomé mi celular y contesté la llamada preparada para insultar a quien sea que estuviese del otro lado de la maldita línea telefónica.

—¿Quién mierda es?

Que carácter princesa. Te he despertado ¿Verdad? —dijo mientras malditamente reía.

—Oh esto tiene que ser una broma. Si, estaba durmiendo. ¿Qué quieres? ¿Qué hora es? —dije aun con mis ojos cerrados.

Estaba aburrido, y quería saber si vendrías a la fiesta de este sábado —dijo simplemente —Y son las 4 de la mañana princesa.

—Te mataré, ¿Lo sabes? No puedes llamarme para eso... Eres tan... Odioso—dije sumamente enojada y el rió. Una vez más —Y no, no iré, no se me dan las fiestas. Prefiero quedarme en casa de An. ¿Podrías hablarme mañana? De verdad tengo sueño. 

De acuerdo, pero quiero que mañana nos veamos. Y si vendrás. Dulces sueños preciosa, sueña con este hermoso cuerpo caliente dijo y colgó. Será idiota 

¿Que rayos fue eso? Jacob Stuart acababa de llamarme por teléfono, como si le importara. No iría a esa maldita fiesta, no se porque insistía tanto. Cuando digo no, es no. No había nada que me hiciera cambiar de opinión. Definitivamente no asistiría a la fiesta. No me gustaban, nunca lo hicieron en realidad. 

No entendía que es lo que quería ese chico, porque de todas formas podría malditamente llamarme durante el día ¡Y no a las cuatro de la mañana!



(...)


Cuando me levante al día siguiente luego de mi extraña llamada con Jac, decidí que era hora de limpiar la casa. Desde que mamá murió siempre que mi padre no estaba en casa, aprovechaba para hacer la limpieza. Era una forma de no pensar en lo mierda que resultaba ser mi vida viviendo con esa bestia. 

Así que me levanté de la cama, me vestí de forma cómoda, me hice una cola en mi cabello y mientras escuchaba The Beatles, me puse a limpiar la casa. 

Comenzando por los muebles, luego seguí por el suelo y luego por las ventanas. Todo menos la habitación. Su maldita habitación.

*Llamada entrante de An*

Hola preciosura, ¿Que haces?

—Hola An, nada en este momento. Acabo de limpiar la casa porque la bestia no esta y ya sabes... Me gusta hacerlo. 

Oh, eso es una estupenda noticia, porque entonces iré a tu casa con mucha comida y refrescos y no puedes decirme que no. Tienes que contarme que tal tu cita con Jacob. 

—¿Que? No. Es decir, no fue una cita An, lo sabes.  Solo se... Apareció por alguna extraña razón en mi casa y pasamos el rato. Nada mas. Y claro que puedes venir Ana. Te esperare con películas.

Oh eso suena estupendo, ya mismo salgo para allá. 

Colgué y luego de eso fui a ducharme. Los ''Ya mismo salgo para allá''de Ana equivalían a un ''Ya mismo voy a mi armario, me cambio, me cambio, me cambio, me cambio y después ahí, si voy'' 

Cuando salí de la ducha, me puse mi ropa interior, y lo admito, siempre fui igual que An. No es que fueramos unas niñitas rosa que amamos la ropa y todo eso, solo nos gustaba vestirnos... Decentemente. Bueno, no. No siempre era así, solo que a veces me gustaba vestirme... Bien. Aunque generalmente me gustaba ponerme lo primero que encontrara. Lo se, era algo cambiante. 

Así que cogí unos jeans ajustados, una blusa de tirantes blanca con una camisa negra encima, que era mi favorita y mis Vans rojas, que por supuesto no pueden faltar. Luego sequé mi cabello y me hice una trenza. Cuando ya me encontraba terminandola escuche el timbre sonar y sonreí ya sabiendo que mi mejor amiga había llegado.

Bajé las escaleras y abrí la puerta para encontrarme con una hermosa Ana. Ella llevaba puestos unos Jeans claros con una camiseta suelta que le quedaba preciosa. Su cabello suelto, color chocolate era de envidiar. Y obvio sus infaltables Vans. Si lo se, siempre fuimos unas fanáticas.

—Hola guapa, traigo mucha comida chatarra ñam ñam —dijo como una niña, yo reí y cogí las bolsas para luego dirigirme a la cocina con Ana detrás. 

—Creo que es demasiado, An. Nos volveremos obesas—dije mientras observaba todas las bolsas.

—Seremos obesas sensuales, no me importa. -Me respondío divertida mientras abría una de las puertas del pequeño armario en la cocina y sacaba platos para las cosas que había llevado. Era por eso que amaría vivir con mi mejor amiga, es tal la confianza que tenemos que no me importaría compartirlo todo—Entonces... Suéltalo—dice finalmente.

—¿Que cosa?— pregunté elevando una de mis cejas

—¿Por qué lo hizo esta vez? ¿Por que lo dejas Vic? Joder yo intento entenderlo pero no puedo. Mierda. Ese tipo te va a terminar matando—me miró fijo y en sus ojos solo vi indignación. 

—Yo, no lo se An. Déjalo. Creo que fue por Jacob, es decir el me trajo a casa y la bestia justo estaba aquí —mi amiga abrió los ojos como dos putos platos —No creas que lo vio o le pudo decir algo, solo vio que me dejaba en casa y se puso como loco — ella sonrió y rodé los ojos. Después de esa sonrisa siempre venía algo estúpido. 

—Le gustas —ese definitivamente fue mi momento de abrir los ojos como platos.

—¿Qué? —pregunté en un intento en vano de quitarle importancia al asunto. 

—A Jacob, le gustas—dijo ella y yo simplemente negué reiteradas veces.

—An, no empieces—contesté y ella se encogió de hombros.

—Solo lo digo Vic, piénsalo. Ahora comamos todo esto y veamos que películas elegiste.Por cierto, ¿Qué películas elegiste?—sonreí maliciosa y ella me observó espantada.

—MIERDA.-Gritó y yo reí a carcajadas—Dime malditamente que no, Victoria.

—¡Si! —exclamé riendo—¡Lo siento! ¿Ok? Prometo que será la última vez.

—Eso dijiste las ultimas cien veces. Mierda.— dijo mientras se paraba a poner la película en el reproductor—No puedo creer que veremos Crepúsculo de nuevo. Ya te sabes los diálogos de memoria— agregó y yo volví a reír. 

Intenté poner atención a la película, pero por mas que fuera una de mis películas preferidas en todo el mundo, y no, no exagero, no podía dejar de pensar en Jacob. 

¿Yo gustarle? Imposible. 

[CORREGIDO] 






VictoriaWhere stories live. Discover now