Capitulo 34.

29.9K 1.3K 21
                                    


•Narra Esmeralda•

Despierto en una cama muy cómoda.
Abro mis ojos y que maravilla.
El cielo azul, nubes blancas, y los rallos del sol; hacen juntos un paisaje hermoso como para fotografiar.
Los pájaros vuelan por encima del techo del cuarto. Esto es hermoso.

Que pena con el dueño de este cuarto pero de aquí no me saca.

Volteo mi cara para ver si sigue allí. Duerme plácidamente, esta profundo. Se ve tan tranquilo. Me tomo mi tiempo observándolo.

Me siento en la cama y es cuando me doy cuenta que solo visto un suéter de Allan y que esta subido hasta mi trasero.
Me bajo de la cama, tomo mi ropa de la mesita y vuelvo a mirar a Allan; entonces se me viene una idea súper.

Tengo que vengarme por haberme secuestrado y a parte no darme su cama completa.
Tomo una de las almohadas se la tiro fuerte en la cabeza y salgo corriendo del cuarto para ir al mio. Escucho a Allan quejarse y decir que se va a vengar.

Cierro la puerta con una sonrisa de satisfacción y me dispongo a bañarme y vestirme.
Después de una hora, bajo a ver si encuentro desayuno.

En el comedor ya esta sentado el dueño de la casa, mira su celular concentrado.

Se ve tan hermoso, usa un pantalón de vestir negro como siempre y una camisa vinotinto, su cara tan perfecta que me dan ganas de acercarme y darle un beso.
Su cabello esta húmedo todavía, y el olor de su perfume le da ese toque perfecto para hacerlo el hombre mas guapo y sexy del mundo.
Sus fuertes brazos están tensos por estar apoyados y doblados sobre la mesa con el celular en mano. Me deleito con la perfecta vista.

-buenos días, te vas a quedar ahí parada viéndome toda la mañana o vas a venir a desayunar?-

No puede ser!
Como se dio cuenta que lo estaba viendo? no ha quitado sus ojos del aparato que tiene en la mano. Me pongo roja de la vergüenza pero aun así me acerco a la mesa.

-que tal dormiste?- recuerdo nuestra conversación de anoche.

Suspiro profundo, creo en Allan, en sus palabras. Confió plenamente en él, pero no se la pondré fácil. Tiene que tener bien claro que conmigo no se juega, y que tiene que aprender a valorar lo que tiene; no dejar los momentos difíciles y huir sin enfrentarlos.

-muy bien. En serio deberías darme tu habitación- digo para molestarlo.

-no, no lo haré. Lo siento por ti- ruedo los ojos y sirvo mi desayuno, ya que él sigue pendiente de su celular.

-cuando se esta en la mesa comiendo, el celular se queda a un lado. No hace parte de las cosas necesarias para alimentarse- lo regaño. Allan alza la mirada y la fija en mi, con una sonrisa burlona.

-y quien lo dice? La mujer que levanta a almohadazos al hombre que le comparte su cama y su cuarto? Que forma tan especial de agradecimiento- lo miro con la mejor carita tierna que puedo poner.

-si, lo digo yo- y empiezo a comer sin esperarlo.

-y tu que? Tienes casas por toda la ciudad? La de la playa, el apartemento, y ahora esta. Dónde mas tienes? En la luna?- me burlo de él mientras me alimento.

-no estaría de más tener una en la luna. Tengo casa a donde sea que voy-

-interesante- respondo sin darle tanta importancia; deja su celular para concentrarse en comer.

-que se supone que haré hoy? A parte de estar encerrada?-

-pues no se. Lo que quieras- contesta sin mucha importancia.

Ojos Esmeralda.Where stories live. Discover now