Capitulo 56.

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Allan me vuelve loca con sus labios y sus caricias. Esta vez es diferente a la primera. No hay dolor, no hay nervios.

Es atento y cuidadoso conmigo y lo agradezco porque esta será mi segunda vez. Mi hombre se encarga de hacerme sentir hermosa, única, especial.

Saber que soy la unica mujer con la que ha deseado estar con tantas ganas y por la que le ha tocado esperar por mucho tiempo, por la que ha dejado otras tantas mujeres que a cada rato se le ofrecen, ser la única que ha amado y amará el resto de su vida, que lo vuelve loco, por la que cambia su actitud de hombre malo, y peligroso a ser el hombre mas tierno, delicado y amoroso, me hace sentir poderosa.

Se que entre mis manos tengo el corazón del hombre mas temido, respetado, poderoso, y peligroso de todo el país.

Aunque se diga que no tiene corazón y él mismo lo diga, yo se muy bien que si lo tiene, soy la única que puede ver mas allá de sus fríos y calculadores ojos, de su actitud seria y de esa faceta de hombre que nadie se mete con él ni siquiera para contarle un mal chiste.

Allan y yo tratamos de saciarnos uno del otro pero por mas besos, caricias, gemidos y palabras de amor susurradas nunca vamos a tener suficiente uno del otro.

-prométeme mi ángel, que pase lo que pase siempre vas a estar conmigo, que siempre me vas a amar y estar a mi lado en las buenas y en las malas- Allan me mira desde arriba, sigue dentro de mi, pero ha parado todos sus movimientos para mirarme intensamente a los ojos.

Tomo su cara entre mis manos y lo miro con ternura porque eso es lo que me ha provocado.

-AL no tengo porque prometerlo, eso es seguro. Solo te amo y amaré a ti, se muy bien que nunca voy a encontrar a un gran hombre como tu. Y nunca dudes en que estaré siempre a tu lado, en las buenas y en las malas; aun si ese día estemos peleados y no quiera hablarte, estaré ahí para ti siempre. Porque te amo AL desde el fondo de mi corazón- sonrió y puedo sentir que se ha relajado.

Nos quedamos mirando tan intensamente por unos largos minutos, un verde esmeralda tan oscuro y un azul zafiro tan potente y brillante; para mi, los colores mas hermosos y mis piedras favoritas.

Allan vuelve a besarme y pasamos el resto de la noche amándonos.

Despierto por las protestas de mi estomago, tengo demasiada hambre.
Miro a mi lado y encuentro al hombre mas hermoso dormido boca abajo profundamente.

Los músculos de su cara relajados, un brazo metido debajo de la almohada y el otro en mi cintura, nuestras piernas entrelazadas. Lo observo por unos minutos, es tan hermoso, sexy, sonrió como tonta enamorada.

Mi estomago vuelve a gruñir, me veo obligada a dejar la comodidad de la cama, con mucho cuidado desenredo mis piernas de las de Allan, y quito su brazo de mi cintura para poner una almohada en su lugar.

Me siento en el borde de la cama y me doy cuenta que voy desnuda, que bueno que Allan sigue durmiendo. Reviso la hora en el reloj del celular de Allan que esta en la mesita al lado de su arma, son las 11:30 de la mañana.

Salgo disparada al baño por si acaso Allan despierta, se que ya no debería sentir vergüenza pero es inevitable no sentirla cuando esos ojitos zafiros te miran tan seductoramente.

Paso por el vestier y tomo la camiseta que me iban a poner anoche, entro al baño y tomo una ducha corta que relaja todos mis musculos, y me quita el sueño. De mi mente no se va lo vivido anoche, en serio que Allan me hace sentir como nunca nadie lo ha hecho. Me siento segura con él.

Salgo de la ducha, porque mi estomago sigue quejándose. Me visto con la camiseta de Allan que me queda enorme y salgo al cuarto, mi hombre sigue dormido plácidamente.

Ojos Esmeralda.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora