Capitulo 63.

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Estoy sudando, me siento débil y fría; pero lo que me ha despertado es el dolor punzante que siento en la parte baja de mi vientre.
Suspiro profundo y cierro los ojos con fuerza. Ahora se pasará.

Trato de moverme pero Allan sigue abrazándome. Siento la bilis subir por mi garganta.
Sin poder evitarlo y ser un poco mas delicada, me levanto y me siento en la cama de forma brusca.

Allan enseguida abre los ojos y me mira.

-que pasa mi ángel?- dice asustado.

Estoy temblando, pero a la vez estoy sudando; tengo frío y el dolor en mi vientre me hace encogerme en la cama y acostarme de lado, abrazando mi estomago y encogiendo las piernas.

-qué tienes mi ángel? Estas bien?- esta muy preocupado, toca mi frente para verificar si tengo fiebre.

Yo ya se muy bien que es lo que tengo y como solucionarlo.

-AL..- cierro los ojos con fuerza al sentir otras punzadas en la parte baja de mi vientre, van y vienen muy seguido.

Por que las mujeres tenemos que pasar por este horroroso dolor?

-dime mi amor. Quieres que te lleve al hospital?- el pobre esta sentado en la cama a mi lado, desesperado sin saber que hacer.

-No.. No al hospital no- odio los hospitales, clínicas y todos esos lugares a los que recurren las personas cuando no están bien de salud.
Siento que son lugares donde lo único que abundan son las bacterias y virus.

-entonces? Dime que hago? Llamo a tus hermanos?- me encojo mas en mi posición y trato de respirar varias veces profundo para tomar fuerzas y hablar.

-arrópame bien- susurro entre jadeos de dolor.

En seguida me cubre bien con la cobija y me abraza para trasmitirme su calor corporal.

-que mas hago? Solo dímelo mi ángel. Me tienes muy preocupado. Mandaré a buscar un doctor- niego con la cabeza.

En mi casa ya saben que hacer mis hombres cuando me ataca este horrible cólico, no son todas las veces pero ya saben manejar la situación.

Allan no ha vivido con alguna mujer en su vida, entonces supongo que no sabe de que se trata lo que me esta sucediendo.

-AL solo tienes que ir a prepararme una taza de té caliente. Y si no hay entonces prepara un té de canela, y apenas este listo me lo traes enseguida. Que salgan dos tazas, por favor- me mira extrañado.

-quieres té ahora?- me regaña.

-si Allan, es lo único que me va a aliviar el cólico- mi hombre apenas es que comprende lo que me sucede, se levanta de la cama para salir del cuarto pero antes de llegar a la puerta se detiene y regresa a mi lado.

-y como te voy a dejar sola? Y si te pasa algo?- dice desesperado.

-no te preocupes. Solo ve a hacer lo que te pedi, entre mas rápido me lo traigas me aliviare enseguida- sale corriendo.
A los dos minutos regresa.

-estas mejor? Mi ángel segura que no quieres que llame a un doctor? Estas pálida- habla con miedo y preocupación en la voz.

-no AL. Con lo que me estas preparando estaré mejor- trato de sonreír para que se tranquilice pero fracaso porque sale es una mueca de dolor.

Se recuesta a mi lado, me toma mis manos con una sola de él y me abraza, su torso desnudo me transmite calor. Deja un beso en mi frente, después de cinco minutos se levanta y vuelve a la cocina, al rato llega con una bandeja y en esta hay dos tazas grandes de té.

Ojos Esmeralda.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora