Capitulo 39.

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Llego al segundo piso, tal como lo dijo el señor hay tiendas de todo.
Trajes de baño, ropa casual, juguetería, librería, farmacia, zapatería, ropa interior, hay de todo.

No pierdo tiempo y entro a buscar las cosas mas necesarias; aprovecho y compro tambien una billetera y una cartera; no puedo llevar el dinero todo el tiempo en los bolsillos de mis pantalones. No me molesto en escoger lo que mas me guste; al contrario, tengo que tratar de ahorrar el dinero porque no se que nos pueda pasar mas adelante.

Termino de comprar lo indispensable y regreso a la habitación, en el suelo sigue tal como lo deje el cartoncito, eso quiere decir que nadie entro.

Acomodo las cosas y me acerco a Allan que sigue dormido. La fiebre ha bajado por completo.

Estoy tan agotada. Me asomo por la única ventana que hay y es hasta ahora que me doy cuenta que ya ha anochecido. Miro el reloj eléctronico que hay sobre la mesita de noche y son las ocho.

Es mejor cambiar la venda de Allan antes de dormirme. Pero primero me doy un baño y luego lo hago.

Después de ducharme me pongo el pijama que compre hace poco un short y un suéter mangas largas de algodón.
Preparo los materiales necesarios para cambiar la venda de Allan, quito su camisa por completo, está un poco drogado por los medicamentos pero es necesario, necesito que tome la situación con sus manos yo ya no puedo, esto es demasiado para mi.

Mis nervios, sentimientos, pensamientos y corazón están tan enredados como si hubiese pasado un huracán por ellos.

Intento quitar sus pantalones se me dificulta un poco pero logro sacárselos sin lastimarlo con la fuerza que hago para jalarlos. Me sonrojo aunque él no lo pueda ver, y aparto la mirada enseguida, no se como logra hacerlo aun estando inconsciente.

Voy al baño y mojo una de las toallas, regreso al cuarto y la paso por todo el cuerpo de Allan, él se remueve en la cama y suspira de alivio al sentir la humedad de la toalla. Regreso nuevamente al baño y empapo mas de agua fría la toalla y repito el proceso.

Limpio la herida, se ve mejor que esta tarde, le aplico la pomada que me dio la señora y vuelvo a vendar. Busco una toalla pequeña y la paso por agua fría, la dejo bien empapada y la pongo en la frente del herido, medio sonríe en sueños, le gusta esto; entonces busco otra y la pongo en su cuello. Hago ese paso unas dos veces mas, aseguro bien la puerta de la habitación.

Meto la pastilla del dolor en la boca de Allan y hago que tome un poco de agua para que pueda pasar el medicamento. Así dormirá mas tranquilo.
Lo cubro bien con las sábanas y me subo a la cama quedando del lado izquierdo del hombre.

-recuperate pronto AL. Te necesito fuerte y despierto. Descansa amor- le doy un beso en los labios sin poder contenerme y me recuesto a su lado abrazándolo con mucho cuidado.

Acaricio su cara y su pecho, todo esto es muy agotador, estoy asustada pero a la vez impresionada de como he logrado llevar la situación. Nunca pensé que esto podría pasarme a mi.

Qué pasará entre nosotros ahora? Regresaremos a estar juntos? Quiero perdonarlo y seguir con él?

Verlo así me entristece sobremanera y me siento culpable. Le quiero, lo amo y se que ningún otro hombre me amará como él lo hace.

Que estarán haciendo los hombres de mi vida? Les habrá hecho Simon daño? Estarán heridos? Pensando en todo eso al rato quedo dormida.

Ojos Esmeralda.Where stories live. Discover now