Capitulo 83.

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Sigo a los tres autos pero a una distancia prudente. Menos mal y pude escapar de los gorilas.
Los chicos se adentran a la autopista, cada vez se alejan mas de la ciudad.

Como son varios autos no es tan difícil seguirlos. Pasamos a una carretera donde hay muy pocos autos, ahora se me dificulta seguirlos por que podrían verme.
Varios carros pasan a alta velocidad, yo he reducido la mía, pero los chicos la han aumentado y solo llego a ver pequeños puntos de luz a lo lejos.

Sigo el camino, mas autos pasan a muy alta velocidad a mi lado, entonces acelero y los sigo; seguramente van al mismo lugar. Después de un rato mas de estar manejando, llego al lugar y detengo mi carro lejos de los chicos.

Observo como se bajan, saludan a unas personas que se les acercan. Muchas mujeres con poca ropa enseguida se les guindan del cuello, Joel las aleja, pero Eduardo y Jeff aceptan las caricias atrevidas de esas mujeres.

Como pueden soportar este terrible frío?, yo llevo un jeans negro ajustado, una blusa del mismo color manga larga y encima mi chaqueta de cuero negro y aun así tengo la calefacción prendida.

Sigo dentro de mi auto mirando, aun no me atrevo a bajar, algunas personas que estan cerca de donde estoy se fijan en mi carro pero no pueden ver quién esta dentro por el polarizado de los vidrios.

Veo como un hombre muy conocido para mi se acerca a los chicos, se saludan de mano y luego se aleja, los chicos suben a sus autos y manejan hasta situarse uno al lado del otro.

Luego se les suma un Bugatti que se me hace muy conocido. Entrecierro los ojos, mis dedos tamborilean sobre el volante, los he atrapado.

La ira hierve en mi cuerpo, son unos idiotas, como pueden venir a estos lugares, la gente se esta drogando, tomando y bailando si es que a eso se le puede llamar bailar, como si no hubiese un mañana.

Cuando una mujer parada frente a la fila de carros, deja caer una bandera de cuadros negros y blancos ellos salen disparados; entonces ahí si me atrevo a bajar de mi auto. Me calzo los zapatos altos negro y bajo con cuidado.

Muchas miradas se posan en mi pero los ignoro. Me paro a un lado de mi carro y miro hacia todos lados de brazos cruzados, la brisa fría remueve mi cabello.

Muchas miradas se posan en mi cadena larga de la cual cuelga un rubi en forma de lagrima. Una cara se me hace conocida y apenas siente mi mirada alza la vista de los fajos de billetes que tiene su acompañante en las manos.

Su cara palidece y sus ojos se abren mas de la cuenta. Murmura algo haciendo que su acompañante tambien me mire.

-oye princesa, lindo carro, igual que tu. Demos una vuelta- dice un chico que aparenta tener unos quince o dieciseis años. Que mierda hace aquí? Debería estar en su casa a esta hora.
Le ignoro y miro como Jace se acerca a mi.

La brisa fría revuelve mi cabello y me abrazo a mi misma para darme calor, en serio, como hacen estas mujeres para estar semidesnudas y no sufrir por el frío?

-Ee.. Esmeralda. Hola- tartamudea Jace. Mi mirada seria se posa en sus ojos.

-Jace- contesto seca.

-que haces por aquí? Cómo llegaste?- muchas mujeres me miran con rabia y susurran entre ellas.
No pueden ser mas disimuladas?

Ver a un hombre como Jace tartamudeando e intimidado por mi es gracioso, pero en esta situación no me hace gracia.

-vine a ver porque mis hermanos estan llegando últimamente a casa con los nudillos vueltos nada y con golpes en la cara. Los segui con mucho cuidado para ver hasta donde llegarían y ver cual es el motivo por el que están llegando así a casa- me explico.

Ojos Esmeralda.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora