15. No existen

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La película acabó y ni siquiera sé de qué iba pues no le presté atención por estar pensado en el chico a mi lado; Drew me explicó entre susurros que la mayoría de los recluidos están enterados de sus negocios y tiene varios clientes.

Después de eso no volvió a hablar y se dedicó a ver la pantalla mientras yo miraba a todos los que estaban ahí, observaba sus espaldas y nucas intentando adivinar quienes de aquí serían sus clientes. Eso me mantenía ocupada y así dejaba de llenarme la cabeza con preguntas para Drew que había dejado claro, no me iba a contestar.

Las luces se encendieron y los pocos que habíamos entrado para ver la película nos pusimos de pie para irnos; la única que no se movió ni un centímetro fue la niña castaña, que sólo se acurrucó más en su asiento.

—¿Te gustó?— me preguntó el morocho mientras estiraba los brazos.

—Sí— contesté algo insegura; sólo recuerdo algunas escenas algo tontas.

—Nunca nos ponen buenas películas aquí—

—¿Por qué? — pregunté.

—Porque generalmente las buenas películas incluyen algo de violencia, sexo y drogas. Así que sólo nos ponen cosas de superación personal o aburridas comedias— me explicó mientras abandonábamos el lugar.

Después de eso ya ninguno de los dos habló; él miraba para todos lados discretamente, como si estuviera buscando a alguien. Yo sólo me mordía el labio un poco incomoda, no sabía de qué hablar con él, lo único que tenía en la mente eran sus negocios.

—Bueno, me tengo que ir— me dijo de improviso. —Tal vez nos veamos después para ver otra película o tener una charla profunda— eso último lo dijo burlón.

Porque sí, eso fue lo que hicimos las horas que estuvimos drogados en su habitación; hablamos de muchas cosas que ahora no tienen el mayor de los sentidos pero entonces parecían muy importantes. Como esa teoría que dice que leyó hace tiempo en una revista sobre que todos tenemos una persona igual a nosotros en el mundo, que podría ser nuestro gemelo pero no tiene mantiene ningún parentesco.

—Y por lo tanto hay otra tú, aunque tal vez su cabello no sea azul— Había terminado su explicación tomando uno de mis mechones y poniéndoselo como bigote.

Entonces nos pusimos a imaginar cómo serían las vidas de nuestros gemelos, completamente opuestas o las nuestras pues obviamente Drew y yo seríamos los gemelos malvados.

—Seguro que mi gemelo está estudiando para doctor y pasa sus ratos libres ayudando a los más necesitados; es completamente abstemio y virgen— dijo él riendo divertido.

—Entonces no es nuestra culpa ser como somos— medité. —Teníamos que ser los gemelos malos para que el mundo estuviera en orden—

—La perfecta armonía del ying y el yang. Nosotros tenemos algo de bondad y ellos algo de maldad pero en esencia nosotros somos los malos—

—Seguro que a mi doble le gusta patear perritos— dije seria.

—Y la bondad dentro de ti está en que tú no pateas perritos— me dijo sonriendo de lado y yo solté una carcajada rápida que se acabó en cuanto un pensamiento me asaltó.

—¿Crees que si nosotros nos volvemos buenos, ellos se volverán malos?— le pregunté mirándolo seriamente a los ojos.

Ya había imaginado a mi gemela por completo y tenía una vida muy buena, era realmente feliz y todos la adoraban; no sé, me preocupó que su vida se arruinara si yo me volvía buena.

antisocial...Where stories live. Discover now