4. el loco.

1.1K 62 5
                                    

Abrí los ojos rápidamente como si acabara de despertar de una pesadilla, y pudo ser así pues en verdad no recuerdo lo que soñé o si soñé algo. Mis manos temblaban levemente cuando me estire para alcanzar mi  IPod que rezaba las 7:30 am.

Estaba ansiosa, me recordaba cuando yo era pequeña y me enfrentaba a mi primer día de clases pero sabía perfectamente que no era porque hoy iniciarían mis sesiones para drogadictos, era más bien que llevaba días sin probar la LSD o mínimo marihuana por lo que mi cuerpo me la pedía... la necesitaba.

No me pude volver a dormir por lo que estuve una media hora ahí, acostada en la cama, con la mente en blanco,  rodando y enredándome cada vez más en las sabanas, viendo las paredes y el techo. Hasta que me harte y me deshice del capullo de sabanas que había creado.

Me metí a bañar sin muchos ánimos, y deje que el chorro de agua me diera directamente en la cara para aclararme las preguntas que golpeaban mi cráneo: ¿enserio funcionaría? ¿Qué hubiera sido si Seba hubiera ido a un sitio como este? ¿Seguiría vivo o nada hubiera cambiado? ¿Será que estamos destinados a ser esto? ¿Siempre dependeré de una droga que me haga ser feliz?

Trate de deshacerme de esos pensamientos mientras me secaba el cabello con una toalla y me vestía con lo primero que encontré; un pantalón de mezclilla oscura, una playera negra y unos tenis viejos.  Pero por más que sacudía la cabeza, ellos volvían junto con los recuerdos de esos ojos miel y cabellos verdes eternamente despeinados, de todos los planes que teníamos; eternos habíamos dicho.

-toc, toc, toc- dijo Emily con un tonito cantado.

-pasa- le dije sin mucho ánimo, y ella entró con esa sonrisa que nunca abandono su rostro el día de ayer.

-es tu primer día ¿nerviosa?- pregunto sentándose en mi cama.

-no- conteste sin verla, mientras comenzaba a delinear mis ojos, los ojos de papá. Como los odiaba.

-¿ni un poquito?- me dijo agudizando su voz y mirándome fijamente.

-no-

-si tú lo dices- me contesto encogiéndose de hombros, pero claro sin dejar de sonreír.

El cuarto se quedó en silencio mientras me terminaba de arreglar, me coloque el collar plateado con un dije en forma de letra "S" y estaba lista. Miré a Emily que seguía en mi cuarto viendo mis cuadros con el ceño levemente fruncido.

-¿terminaste?- me preguntó al notar que la miraba, yo solo asentí.  –Pues vámonos que aun debes de desayunar- me dijo con una sonrisa.

Y al igual que en el día de ayer me tomó del brazo y me arrastro con ella por los pasillos, pasamos las habitaciones donde varios iban saliendo de sus cuartos con cara de pocos amigos y no me soltó hasta que llegamos al edificio donde estaba el gimnasio y convenientemente junto a él, estaba el comedor.

Me llevó a formar para tomar mi comida de una barra llena de platillos mientras me platicaba sobre algo, no sé, no le preste atención.

Ella se sirvió primero y se fue corriendo a buscar un lugar donde sentarse. Yo me tarde un poco más a pesar que solo tomé un plato de fruta y un vaso de leche, cuando salí de la fila busque con la mirada una mesa vacía lo más lejos posible de la rubia animosa.

Era como una versión gótica y friki de la escuela, en una esquina habían algunos chicos con la cabeza gacha que comían sin detenerse ni siquiera a hablar mucho menos levantaban la vista de su plato. Un par de mesas a la derecha habían dos chicas y tres chicos compartiendo comics mientras comían y reían, después había un grupo de los típicos rastafari, pasando por una mesa en el centro que solo pude reconocer como los "populares" ya que era como si todo girara en torno a ellos.

antisocial...Where stories live. Discover now